Detectan que en 14 comunas se incumplen los criterios de calidad del agua potable

calidad agua potablePor Judith Herrera y Myriam Navarrete.

Informe de la Superintendencia de Servicios Sanitarios señala que hay exceso de arsénico y turbiedad del recurso en 17 localidades.

Niveles altos de turbiedad, sulfatos, hierro y arsénico, fueron detectados en el agua potable que surte a 17 localidades de 14 comunas del país. Se trata de incumplimientos en la norma de calidad del recurso, que regula las concentraciones máximas y mínimas permitidas para la seguridad del consumo de las personas.

Así lo demuestran los resultados recabados por la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), en su último informe de noviembre de 2015, que se compone de las autoevaluaciones realizadas por las distintas concesionarias del servicio del país y que registra los niveles de 43 parámetros químicos, físicos y microbiológicos.

Los incumplimientos afectan a un total de 202.397 clientes, principalmente en las comunas de Chañaral, Diego de Almagro y Lo Barnechea. (ver infografía).

En el caso de la Región Metropolitana, en dos localidades de Lo Barnechea ,Valle Escondido y sector Lo Barnechea, no pasaron el parámetro de arsénico, ya que la normativa indica que no debe ser superior a los 0,01 miligramo por litro (mg/L), y en las zonas se llegó a 0,02 mg/L.

La normativa NCh409/1, basada en recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, fue modificada en 2005. Hasta ese año, la máxima de arsénico permitida era 0,05 mg/L. “Para llegar a eso se requieren una serie de tratamientos adicionales que no estaban. En el caso del arsénico, el Ministerio de Salud estableció que existía un plazo de 10 años, a partir de 2005, para llegar al 0,01 mg/L”, dijo Christián Maurer, encargado de Calidad de Agua de la División de Fiscalización de la SISS.

La empresa concesionaria Sembcorp Aguas Santiago, que abastece a sectores de Lo Barnechea, solicitó un mayor plazo y “en enero se les autorizó para cumplir el valor de 0,01 mg/L en septiembre de 2016”, dijo Maurer.

Javier Diego, gerente de operaciones de Sembcorp, señaló que “tenemos una autorización para cumplir hasta 0,03 mg/L, por lo que no habrían daños a la salud. Si fuese así, no nos hubieran autorizado”. Agregó que la empresa, desde el 14 de enero, cuenta con un nuevo sistema para bajar el nivel de arsénico en Valle Escondido, y que a partir de la tercera semana de marzo entrará en operación otro en Lo Barnechea.

Luis Yáñez, presidente de una de las juntas de vecinos del sector, señaló que “sin duda alguna tiene que haber mayor fiscalización para no vernos perjudicados”. Iván Contreras, otro residente, dijo que “las empresas no van a perder la ganancia de un cliente por el deterioro de la salud”.

De acuerdo a la SISS, el motivo detrás del alto nivel de arsénico se debe a que “la zona norte de Santiago también ha sufrido los rigores de la crisis hídrica, lo que ha empeorado el agua, por lo cual se ha debido hacer una serie de etapas intermedias para tratar de dar cumplimiento a los requisitos”.

Para el académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, Osvaldo Salazar, aunque el nivel de arsénico sea bajo, sigue siendo preocupante. “La situación de esta empresa es que continuamente, por los últimos dos años, no cumplió con la norma, entonces, por el consumo continuo con esos niveles de arsénico, al largo plazo las personas podrían estar expuestas a sufrir, al menos, cáncer a la piel”, dijo.

Mayor incumplimiento

La Región de Atacama, donde opera la empresa Aguas Chañar, es la que presenta el mayor número de lugares con incumplimiento de la norma. Cinco son las comunas donde los parámetros organolépticos -que tienen relación con las características físicas del agua- no se ajustaron a la normativa.

“En el caso de Aguas Chañar, hay una situación estructural que se ha repetido en el tiempo, debido a que los sistemas de tratamiento para dar cumplimiento a esos requisitos aún están en desarrollo”, aclaró Maurer.

La situación se agravaría por la sequía que afecta a la región, y que ha significado que “las napas comenzaran a bajar fuertemente y que el agua que quedaba fuera cada vez de peor calidad”, dijo el personero de la SISS.

Desde Aguas Chañar señalaron que la sequía “ha obligado a extraer agua a mayor profundidad, donde el elemento contiene una mayor cantidad de sales. Para mejorar esta condición, la compañía tiene una nueva planta operativa y está en etapa de marcha blanca una segunda”.

Otro criterio incumplido fue el nitrato, que en el caso de Chañaral sobrepasó el nivel máximo indicado de 50 mg/L y alcanzó 59 mg/L. “Su exceso tiene origen en la agricultura y eso tiene relación con la aplicación de fertilizantes. Muchas veces ese nitrógeno que entra al suelo y que es absorbido, dependiendo de la profundidad de la cercanía de la napa, puede contaminarla y eso podría tener consecuencias para la salud”, explicó Osvaldo Salazar.

De acuerdo a Miguel Vargas, intendente de la Región de Atacama, las nuevas instalaciones que exigió la SISS a Aguas Chañar “permitieron incorporar una nueva fuente y con eso el problema del nitrato se resolvió”.

Aluviones

No sólo la sequía estaría influyendo en la alteración de los valores. Los aluviones del 25 de marzo del año pasado en el norte también dañaron los sistemas de agua potable que habían en la región. Así ocurrió, por ejemplo, en Diego de Almagro, una de las comunas más afectadas.

“Hasta noviembre trasladábamos agua desde Copiapó, que es la que tiene más dificultades en cumplir estos parámetros, pero a partir de diciembre comenzó a funcionar nuevamente la planta de osmosis inversa (proceso de purificación)”, señaló el intendente Vargas.

Al respecto, Maurer sostuvo que “los sistemas que habían hasta marzo no fueron capaces de tratar este cambio en las napas que produjo los aluviones, por lo que se debieron implementar sistemas de tratamiento, que partieron en diciembre, y que a partir de los resultados de enero y febrero se estaría dando cumplimiento a los requisitos”.

En el caso de la sequía, la solución definitiva para la zona está en una planta desalinizadora de agua de mar. En noviembre del año pasado, la Presidenta Michelle Bachelet anunció que se dispondrían de $ 90 millones de dólares para la construcción de la planta.

Vargas también indicó que se “debe hacer las inversiones que la SISS le obliga para que las firmas puedan cumplir con su servicio”.