Solo diez barrios de los 140 del Gran Santiago concentran los servicios de mejor calidad

Estudio de Mapcity evidencia alta segregación:

Análisis muestra que la mayor parte de la ciudad tiene déficits en áreas verdes, equipamiento, conectividad y comercio.

Manuel Valencia En Santiago convive una multiplicidad de realidades. Varios vecindarios del sector oriente tienen ingresos per cápita similares a los de países europeos y en zonas como Bajos de Mena, en Puente Alto, urbanistas han indicado que la calidad de vida no dista mucho de países de bajo desarrollo económico de África. Esta disparidad “abismante”, según la califica el urbanista de la UC, Arturo Orellana, es consecuencia de un grave problema institucional que no ha logrado equiparar la calidad de vida en zonas de altos y bajos recursos.

De esto también da cuenta un estudio realizado por Mapcity, con diversas estadísticas reunidas por la empresa, a través de su servicio Mientorno.cl -utilizado para evaluar barrios, buscar lugares donde vivir o zonas donde se requieren ciertos comercios o servicios-, el cual aportó antecedentes sobre la cobertura de áreas verdes, la cantidad de comercios, servicios, equipamientos urbanos, conectividad, transporte, infraestructura, proximidad a recintos de salud y educacionales, entre otros factores.

Con esa información, se construyó un sistema de puntajes para establecer lo que más valoran las personas al buscar un lugar donde vivir, y así se elaboró un puntaje con calidad de cada barrio: “El indicador que hemos construido sintetiza mucha información respecto de lo que la gente valora al elegir el barrio donde desea vivir”, señala Roberto Camhi, director ejecutivo de Mapcity.

Al analizar los 140 vecindarios del Gran Santiago, se concluyó que solo 10 logran obtener una calidad de vida altamente deseable, similar a la que se logra en ciudades de Europa occidental. Estas zonas están, principalmente, en el sector oriente y algunos ejemplos son Santa María de Manquehue, Los Trapenses, San Carlos de Apoquindo, Pedro de Valdivia Norte, Estoril, San Damián, La Dehesa Central, Pío XI, Lo Castillo y Jardín del Este.

En el resto, los 130 barrios, el puntaje muestra diversos déficits e incluso en 20 se detectan niveles críticos de baja cobertura de servicios. Entre ellos, sectores de La Pintana (El Roble), Huechuraba (La Pincoya), Cerro Navia (Dalmacia, Resbalón), Pudahuel (El Arenal, Buenaventura) o Puente Alto (Bajo de Mena).

Arturo Orellana, académico del Instituto de Estudios Urbanos de la UC y autor del Índice de Calidad de Vida Urbana, elaborado con la Cámara Chilena de la Construcción, dice que este contraste y segregación de Santiago se ha ido pronunciando con el crecimiento económico del país y la capital.

A su juicio, la solución del problema pasa por resolver un desafío institucional pendiente. “Se debe cambiar la forma de gobernar la ciudad y el modo en que se asignan dineros, para así modificar la configuración de la desigualdad y los estándares urbanos. Se deben crear agencias de planificación metropolitana que sometan a los ministerios a sus directrices y tengan una visión estratégica de la ciudad. Si no se hace nada, las brechas y la escala del problema no harán otra cosa que aumentar”, plantea el especialista.

Círculo
Académico UC dice que el sector oriente atrae más contribuciones, lo que se traduce en mejores espacios.