Central Cuervo promete al Gobierno sistema de monitoreo más moderno en últimos 50 años
El mayor proyecto de generación desde el fallido HidroAysén deberá ahora sortear la votación del Comité de Ministros. Sin embargo, aseguró una amplia red sismológica.
En recta final entró el Proyecto Central Hidroeléctrica Cuervo en la Región de Aysén.
Se trata de un proyecto que considera una capacidad de 640 MW y contempla una inversión de US$733 millones, y que corresponde a la primera de tres centrales de la empresa Energía Austral. Esta última es un joint venture propiedad del grupo suizo Glencore y la empresa australiana de energía integrada Origin Energy.
En las próximas semanas el Comité de Ministros deberá resolver las reclamaciones que presentaran opositores a la iniciativa en contra de la Resolución de Calificación Ambiental que obtuviera proyecto el pasado 16 de septiembre de 2013.
A través de un escrito el abogado José Luis Fuenzalida Rodríguez del estudio Vergara, Galindo, Correa (VGC), solicitó al Comité de Ministros rechazar los recursos de reclamación de participación ciudadana en contra del permiso ambiental del proyecto.
En su escrito la compañía puso énfasis en una de las mayores preocupaciones que se tienen de la iniciativa: el riesgo sismológico y vulcanológico de la zona en la que se ubicará el proyecto.
“Este Proyecto será el primer proyecto hidroeléctrico en Chile que contará con una completa red local que permitirá registrar la actividad sísmica y volcánica de la zona de emplazamiento”, sostiene el escrito que presentara la compañía al Servicio de Evaluación Ambiental.
A fin de lograr luz verde para la iniciativa de generación eléctrica -que viene a ser el mayor proyecto hidroeléctrico después del fallido HidroAysén- prometió incluso tecnología de punta.
“Este tipo de monitoreo no ha sido implementado por ninguno de los proyectos hidroeléctricas (de mayor o menor tamaño) construidas en los últimos 50 años, a pesar que el fenómeno de sismicidad es observable a lo largo de todo Chile”, consignó Energía Austral.
El Proyecto comprometió la implementación del Plan de Monitoreo y Alerta Temprana (PMAT) para eventos sísmicos y volcánicos el cual considera acciones preventivas (monitoreo, capacitaciones, definición de niveles de alerta, definición de zonas de evacuación) y de contingencia (acciones de respuesta y protocolos de comunicación) para dichos eventos.
Cabe recordar que el Estudio de Impacto Ambiental del Río Cuervo fue complementado y actualizado en una ronda de 5 Adendas, dando respuesta a un total de 409 observaciones de la autoridad en materia geológica y de riesgos geológicos, concluyendo con la conformidad técnica del Sernageomin.
“Los eventos geológicos modelados incluyen tsunamis provocados por avalanchas y deslizamientos de gran magnitud, escenarios catastróficos, cuyas probabilidades de ocurrencia son extremadamente bajas”, sostiene el escrito presentado por Energía Austral a la autoridad.
La red de monitoreo incluye dos estaciones geodésicas permanentes, cuyo fin es determinar eventuales deformaciones asociadas a movimiento de magma en la subsuperficie previo al inicio de actividad y/o ciclos eruptivos en los volcanes Cay y Macá (además de un monitoreo geodésico periódico con GPS diferencial). A ellos se suman cinco estaciones sísmicas para monitoreo actividad volcánica y sismicidad local; una estación pluviométrica y tres acústicas para monitoreo de potenciales lahares secundarios.
Ayer el Servicio de Evaluación Ambiental de Aysén hizo público un escrito en el que rechazó 173 observaciones y reclamaciones declaradas no pertinentes.
El Comité Nacional de la Defensa de la Fauna y Flora (Codeff) y la Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén (Codesa) acumulan el mayor número de rechazos.