Expertos de Japón y Chile modelan impacto de tsunami 2010 y daños en Talcahuano

tsunamiPor: Nieves Aravena.

A cinco años del megasismo, subsisten elementos de riesgo en el puerto frente a la ciudad: Especialistas reprodujeron el golpe de las olas que azotaron a 170 contenedores y los desplazaron al área urbana. Proyectos, con apoyo de agencia JICA, buscan preparar a la población frente a futuros desastres.

Unos 170 contenedores se convirtieron en enormes proyectiles. Estaban apilados en el puerto de Talcahuano cuando fueron desplazados por la fuerza del tsunami, en la madrugada del 27 de febrero de 2010.

Estos bloques, de 2,59 metros de alto por 16 de largo, arrastrados por olas sucesivas, de entre 6 y 8 metros de altura, azotaron edificios, cayeron en patios de casas, sobre autos y cortaron la avenida costera entre el terminal y la ciudad.

Expertos de Japón vinieron a terreno desde el primer momento y les siguieron la pista para estudiar el impacto del tsunami que siguió al megasismo 8.8 Richter en la zona centro sur de Chile. Ellos, junto a científicos chilenos, aunaron esfuerzos para modelar qué fue lo que realmente ocurrió esa noche en esta zona arrasada por el mar.

Son parte de uno de los cuatro grupos que reúnen a 58 investigadores de ambos países para desarrollar proyectos conjuntos, con el apoyo de JICA (la Agencia de Cooperación Japonesa) y JST (Agencia de Ciencia y Tecnología de Japón), con el fin de aprender de lo ocurrido con los maremotos de 2010 en Chile y Japón en 2011. Buscan contribuir a prevenir mayores daños en desastres naturales que se repetirán tarde o temprano (ver nota).

Difunden avances

Si bien los resultados finales de los cuatro proyectos del programa “Mejoramiento de tecnología para desarrollar una comunidad resiliente a tsunamis” se conocerán en marzo de 2016, uno de los equipos, que lideran el Dr. Takashi Tomita (del Instituto de Investigación en Puertos y Aeropuertos de Japón) y Rodrigo Cienfuegos, de la U. Católica, ya expuso algunos avances para la bahía de Talcahuano en el municipio local.

Se trata de una modelación de 180 minutos, que se hizo en Japón con participación de investigadores chilenos, y que reproduce cómo se recoge el mar y registra el desplazamiento de los contenedores desde su posición inicial hasta el lugar en que quedaron una vez que las olas -cuatro en total- los sacaron de su lugar. Se hicieron cálculos matemáticos de precisión, con datos reales en computadores de gran capacidad de almacenaje, incorporando detallada información de la ruptura sísmica, de mareógrafos, profundidades y área de inundación.

Tomita, quien presentó un video sobre el efecto, explica que tanto en Chile como en Japón trabajan hoy para crear una cultura preventiva y una “comunidad resiliente a tsunamis”. Dice que le impresionó ver la cantidad de contenedores dispersados por la ciudad de Talcahuano y el daño que causaron. “Este modelo ya lo hemos usado también para reproducir daños provocados por el tsunami de Japón en 2011”, añade.

El oceanógrafo Gubbler Otárola, del Instituto Nacional de Hidráulica del MOP, quien investigó junto a Tomita, destaca que el modelo es preciso para determinar “la deriva de los contenedores”, movidos por el agua que penetró 300 metros y los llevó hasta la plaza de la ciudad.

Alcalde preocupado

El alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra (PS), observa con preocupación la reconstrucción de lo ocurrido, y dice que está consciente de que el riesgo está aún frente a la ciudad. “Puede existir el puerto, pero estos contenedores no pueden estar almacenados ahí. Lo mismo que las 103 lanchas, hay que relocalizarlas, de manera que los efectos de una ola no las reinstalen en la ciudad. Porque la recuperación posterior como proceso productivo es enorme”, señala.

Agrega que ha planteado la creación de una “plataforma logística” o un “antepuerto”, con una localización distinta en la costa, alejada de la ciudad, al igual que un puerto pesquero para las lanchas. “En Tumbes cayeron sobre la escuela y el efecto es tremendo, es devastador”, explica.

Saavedra recuerda que en el último terremoto de este año, en Coquimbo, pasó algo similar con enormes embarcaciones lanzadas por el mar que causaron destrozos.

“Todos nos dimos cuenta (del problema de los contenedores). Es una pelea enorme, porque hay intereses muy grandes. Pero esta investigación nos da la razón a lo que tenemos presupuestado como modelo de desarrollo de la ciudad”, dice.

El jefe comunal afirma que les interesa construir espacios seguros y afirma que gracias a la cooperación japonesa crearon un departamento de gestión de riesgo; involucraron a los vecinos para formarlos en prevención; y avanzan hacia un ordenamiento territorial que excluya peligros de proyectiles como los contenedores. “Somos una península y siempre vamos a tener el riesgo de un tsunami”, concluye.

300 METROS
fue la distancia que penetró el mar en Talcahuano a causa del tsunami del 27-F. Otros tres proyectos en desarrolloAdemás de este proyecto de modelo del impacto de tsunami en la bahía de Talcahuano, hay otros tres trabajos, en el mismo programa marco que reúne a 22 instituciones públicas y universitarias de Chile y Japón.

Uno de ellos busca estimar a través de modelos matemáticos cómo se comportaría el tsunami que vendría tras un gran terremoto en el norte de Chile, con varios escenarios de inundación. Incluye una propuesta de medidas de mitigación.

Otro está hoy en marcha blanca con el Servicio Hidrográfico de la Armada (SHOA): un método para predecir con precisión la zona que será afectada por tsunami , una vez que se conocen los datos del sismo, como magnitud, profundidad y distancia de la costa.

Por último, está el diseño de un programa que aprovecha el intercambio de conocimientos, para elaborar guías que logren crear una población bien preparada y resiliente para enfrentar los riesgos de un tsunami .

Entre las instituciones chilenas participantes están: el MOP, la Onemi, el SHOA, y las universidades Católica, de Chile, Federico Santa María, Católica de Valparaíso, la U. Católica de la Santísima Concepción y la U. Católica del Norte.

Por el lado de Japón, participan las agencias de cooperación vinculadas con la capacitación y ciencia (JICA y JST), el Instituto de Investigación en puertos y aeropuertos, la Agencia Meteorológica, el Ministerio de Tierras, Infraestructura y Turismo, el Instituto de Investigación Meteorológica, la Agencia para Ciencias Marinas y de la Tierra y las universidades de Kansai y Yamaguchi.

Kizuna: preparación para reducir riesgos en América LatinaA partir de la transferencia tecnológica y el trabajo científico conjunto entre Chile y Japón, surgido de ambas experiencias en desastres, en octubre de este año se optó por expandir estos conocimientos a través del Programa de Formación de Recursos Humanos para Latinoamérica y el Caribe en Reducción de Riesgo de Desastres.

Se le denomina “Kizuna”, una palabra japonesa que significa vínculo, y representa la importancia de estrechar lazos humanos y aprender a sobreponerse a los grandes desastres, según describe Keizo Nonomura, primer secretario de la Embajada de Japón en Chile.

La plataforma chileno-japonesa de Kizuna estará en Chile y la meta es capacitar a unos 2 mil profesionales de países de la región, incluyendo a chilenos, en un plazo de cinco años.

Partió con talleres y cursos sobre rescate urbano, seguridad estructural de edificios, criterios sísmicos al construir puentes, y protección frente a incendios forestales.

El programa buscar construir nuevas redes de cooperación en la región y fomentar la gestión de riesgos. La Onemi está a cargo de la gerencia técnica para aportar su experiencia en emergencias y desastres en Chile.