Reencauzan más de 13 km de ríos desbordados tras la erupción del volcán Calbuco

erupcion volcan calbucoPor Soledad Neira Farías, El Mercurio. 

En sectores de Ensenada, Correntoso y Lago Chapo:

Con maquinaria pesada se han retirado miles de toneladas de roca, piedra y barro, que rompieron las cajas de los cauces.

A seis meses de la erupción del volcán Calbuco, que inició una violenta actividad el 22 de abril pasado, los trabajos de recuperación de los cauces de los principales ríos que nacen de sus quebradas han demandado más de 10.100 horas de trabajo de maquinaria pesada, y las obras aún no terminan.

Los ríos Hueño Hueño y Tepu, por el lado de Ensenada; Río Blanco, Colorado o del Este, por el sector de Correntoso y Lago Chapo, tienen un negro historial de desmadres (desbordes) después de cada inicio del ciclo eruptivo del Calbuco.

Lahares que han ido modificando sustancialmente, incluso, la cima del macizo de 2.003 msnm, que ha perdido grandes bloques de su estructura.

Desmadres consignados por lo menos desde fines del siglo XIX, cuando crónicas del centenario diario El Llanquihue de Puerto Montt citaban extensas inundaciones tras el inicio de la erupción, especialmente en el sector de la ladera sur del macizo. Y en el último ciclo eruptivo, que ya concluyó, no hubo excepción.

Gigantescas avalanchas arrasaron con dos pisciculturas, se llevaron dos puentes de concreto (uno de 30 metros) que fueron arrasados desde sus cimientos, inundaron caminos y borraron del mapa dramáticamente cerca de una treintena de casas.

Hasta cerca de un metro de lodo en algunos puntos y miles de toneladas de material que quedó depositado en las riberas de los ríos se han ido retirando.

Ramas, troncos o enormes rocas y barro que obstruyeron el flujo del agua y generaron los destructivos desbordes de los cursos fueron los que mayor daño causaron no solo en la infraestructura, sino también en los terrenos.

Como dijo el alcalde de la comuna de Puerto Montt, Gervoy Paredes, “aquí la geografía de toda esa zona cambió totalmente. Donde había terreno, ahora hay río”, mientras los cauces de los ríos quedaron completamente obstruidos.

“Lo que hacemos con el trabajo de la maquinaria pesada, como buldózer o excavadoras, es ampliar la caja del río para que tenga tiraje”, explicó la directora de Obras Hidráulicas en Los Lagos, Bárbara Astudillo.

Paralelamente, en los sectores en los que había mucho material de roca en las riberas se está acopiando esa piedra para proteger las riberas de los ríos en algunos puntos.

“Se le dio talud a ese enrocado para habilitar las defensas”, explicó Astudillo.

En la práctica, “lo que hacemos es ordenar el cauce de los ríos” que quedaron desordenados tras la erupción, porque “la bajada de los lahares facilitó que los ríos salieran de sus cauces y tomaron caminos diversos”, dice Astudillo.

A esos trabajos se sumó la reposición de algunos de los puentes que además deberán ser reconstruidos con longitudes superiores a las que tenían antes de la erupción a raíz del ensanche de los cauces.

En el sector de Ensenada, los mayores esfuerzos estuvieron en retirar ceniza y troncos que arrastró el río.

FAENAS
Más de 10.100 horas de maquinaria pesada se han empleado para reponer cauces de ríos.