La historia tras la escultura de Pedro de Valdivia
Exposición en el Centro Cultural de España:
El conquistador en la Plaza de Armas es un ícono de la ciudad. El artista español Pepe Murciego reconstruyó la ruta de esta obra de 1959.
La fotografía permaneció por más de cuarenta años dentro de la billetera de don José Murciego, fundidor español y padre del artista Pepe Murciego. Allí aparece la enorme estatua de un conquistador del siglo XVI sobre un caballo.
“De niño la veía, cuando curioseaba en la cartera de mi padre. Siempre me llamó la atención. Cuando él murió, la foto seguía ahí”, cuenta Pepe Murciego, acerca de la fotografía del monumento a Pedro de Valdivia, la misma obra que se impone en la Plaza de Armas de la capital. “Para mi padre fue un trabajo que llegó a cambiarle la vida. Por eso la foto era un símbolo”, agrega.
Murciego inició entonces una investigación en España acerca de la obra escultórica de 1959. Documentos, cartas, fotografías o intervenciones de otros artistas sobre el monumento forman hoy su propia obra, “Perspectiva caballera”. Se exhibe como un mural de muchos componentes hasta el 23 de octubre en el Centro Cultural de España, como parte de la muestra colectiva “Marcha”, con los españoles Quiela Nuc y Raúl Querido, y los artistas nacionales Patricia Domínguez y Javier Rodríguez.
“Cuando vine a Chile la primera vez, en 2008, traje la fotografía, pues sabía que tenía que ver con Chile. La mostré y todos me decían ‘claro, es Pedro de Valdivia’. Me di cuenta del ícono que representaba acá”, explica Murciego. “Salvo Hernán Cortés o Francisco Pizarro, otros conquistadores no son muy conocidos. Yo recordaba a Pedro de Valdivia del colegio”, agrega.
El monumento fue encargado al escultor Enrique Pérez Comendador por la Asociación de Instituciones Españolas en Chile -aún vigente-, como obsequio a la ciudad de Santiago, para conmemorar el aniversario 150 de la Independencia. “Dada la prisa con que debía originalmente entregar la obra, ocho meses, Pérez Comendador decidió utilizar el modelo del caballo que había preparado para un monumento a Franco. Claro que lo modificó un poco”, cuenta.
En la obra, en cuyo equipo de técnicos y fundidores de Arganda del Rey trabajó el padre de Murciego, se utilizó bronce de cañones “victoriosos” del Ejército español. El terremoto de 1960 suspendió la urgencia de la entrega y el monumento llegó a Chile en el vapor San Felipe en 1962. Se instaló en las escalinatas norte del Cerro Santa Lucía en 1963 y recién en 1966 llegó al lugar donde iba a estar originalmente: la Plaza de Armas.
“Pero la han vuelto a cambiar, aunque no de locación sino de orientación. Hasta 1999, Pedro de Valdivia y su caballo ‘iban saliendo’ de la plaza. Se instaló una polémica por eso. Y entonces lo volvieron a ubicar ‘entrando’ a la plaza. Se ve que Pedro de Valdivia es muy importante para los santiaguinos”, cierra Pepe Murciego.