La ruta que se construye hacia el canal Beagle eleva su trazado e inicia su etapa más compleja

ruta conexion tierra del fuegoPor Nieves Aravena E., El Mercurio.

El Ejército trabaja en dos frentes para conectar Tierra del Fuego:

Con casi 60% de avance, las faenas de apertura de esta vía se aproximan al km 80, enfrentando una mayor pendiente en busca del cruce de la cordillera de Darwin.

Desde Tierra del Fuego, Magallanes Como casi todos los días, está nevando. Y que esté nevando, ya no es novedad. Tampoco que los termómetros marquen 9 grados bajo cero -pueden bajar hasta menos 20- cuando son cerca de las diez de la noche.

Pero, como casi todos los días, este clima crudo de alta montaña en las latitudes del sur de Tierra del Fuego no impide el trabajo.

En la pronunciada pendiente, donde avanza la punta de la ruta que el Ejército, a través del Cuerpo Militar del Trabajo (CMT), construye para conectar con el canal Beagle, las máquinas se mueven incesantes.

En la oscuridad, con grandes luces, las orugas se desplazan con sus palas excavadoras sobre una ruma gigantesca de piedras molidas y tierra húmeda. Extraerán durante toda la noche y cargarán en camiones este material fragmentado, más de mil metros cúbicos, que dejó la última tronadura de la tarde.

Aquí, donde se abre más camino, las faenas son continuas día y noche, con turnos de ocho horas. “Estamos recuperando lo que no se pudo hacer. El invierno ha sido muy duro, caían en un día dos metros de nieve y se tapaban los tramos en que trabajábamos”, dice el jefe zonal del CMT en Magallanes, teniente coronel de Ejército Ricardo Frávega.

La vía, con un trazado de 139 kilómetros, que partió en 1994 para dejar conectado todo el territorio de Chile y sacar a Puerto Williams del aislamiento, bordea el 60% de avance total.

Eso incluye el nuevo contrato en ejecución desde noviembre de 2014, con el cual el Ejército sumó otro frente de trabajo, desde bahía Yendegaia hacia la cordillera de Darwin. Esta ruta, que lleva un avance de 3 kilómetros, sale al encuentro del eje troncal que va hacia el sur, y en 2018, ambas quedarán separadas por solo 15 kilómetros (ver mapa).

Hoy, la distancia entre ambas puntas de las vías en construcción es de unos 60 kilómetros, con una cordillera de por medio.

En cada frente, la meta es sumar entre 2,5 y 3 kilómetros en promedio.

Hacia la cordillera

Rumbo al sur profundo, la apertura de la vía troncal que cruza el lado chileno de la isla Tierra del Fuego se encumbra mientras se aproxima a su etapa más compleja: el cruce de la cordillera de Darwin.

Pero ya saben que no es infranqueable. Por uno de sus valles pasará el camino, elevándose a unos 500 metros sobre el nivel del mar, en el paso más alto. Durante el verano, el comandante Frávega, junto a un geomensor y un inspector del MOP, hizo una travesía de tres días por la zona donde corre el trazado de las futuras obras. “La cordillera es la última frontera antes del Beagle. Ese es el desafío”, afirma.

Hoy el avance de este tramo casi toca el km 80, desde donde la faena inicia una etapa que solo crecerá en dificultades por el trabajo en ascenso. “Es la fase más compleja. Si bien no es una gran altura, sabemos que se complica por las pendientes y las bajas temperaturas que predominan durante nueve meses del año, lo que puede afectar el trabajo”, explica el oficial.

En el km 86 habrá que tender un puente para cruzar un río y luego, hasta el km 90, los obstáculos se incrementarán. “Son 4 kilómetros de alta montaña, casi todo rocas y hielo. Es una mole, y atravesar esa mole es el desafío”, describe José Cárcamo, ingeniero civil de la UC, con posgrado en Mecánica de Suelos, quien es el responsable técnico de la ejecución ante el MOP.

Él forma parte del grupo de civiles (38) contratados por el CMT, que se suman a la fuerza mayor que componen casi un centenar de militares.

En las faenas, a Cárcamo le toca conciliar los dos mundos, el de personal de Ejército (que son mayoría) y el de los civiles. “Ellos, los militares, tienen otra valoración. Sienten que los obstáculos son para vencerlos. No importa las circunstancias, siguen adelante”, relata.

Mientras, dice, los civiles que están en la obra, profesionales y técnicos, esperan que vele por que las condiciones en que trabajan acá sean las del mundo civil.

“Sin el equipo humano del Ejército, esto no se podría llevar a cabo; con estas condiciones climáticas extremas, los civiles solos… dejarían la faena”, dice Cárcamo, convencido.

De Puerto Williams a Punta Arenas

Con una vía sinuosa entre lagos, montañas y parques de conservación (Karukinka y Yendegaia), el turismo se verá favorecido. Pero más aún lo agradecerán los habitantes de Puerto Williams, al otro lado del canal Beagle, si el camino queda operativo en 2022 o 2023.

Hoy usan el ferry o barcaza por el canal Beagle hacia el norte, gracias a un subsidio estatal al pasaje. Viajan durante 30 o 32 horas por los canales y a mar abierto, rumbo al Estrecho de Magallanes, mientras se siente el azote de las olas en el trayecto. Si hay mal tiempo, la espera de la barcaza al abrigo de un fiordo puede agregar otras 9 o 10 horas. Con esta ruta, tendrán otra opción con viajes de 12 o 15 horas.

Herminio Vallejos, técnico civil que trabaja para el CMT desde el km 0 de esta obra, sueña con ese instante. “A mí me gustaría ver esa alegría, cuando salga Puerto Williams del aislamiento. Si lo sacamos, la gente va a ser feliz. ¿Se imagina? Tener un auto para salir… Es lo mismo que nos pasó a nosotros en Futaleufú con la Carretera Austral, y yo quiero estar aquí y verlo”.

 La lucha contra la nieve que borra el caminoEn esta época del año, todos los días la rutina es parecida. Cuadrillas del CMT se encargan además de mantener expedita la vía ya construida para el tránsito de camiones, maquinaria y vehículos que van a los dos campamentos del Ejército instalados en la zona, en el sector de Lago Fagnano y río Azopardo, que están separados por unos 6 kilómetros entre sí.

La ruta presenta en su trayecto “dos cumbres”, en el km 21 y en el km 45, que son los lugares más críticos, ya que permanentemente se tapan de un abundante manto blanco.

Hay zonas donde simplemente la nieve tapa de un plumazo la vía y la sumerge en el paisaje. Les dicen “los voladeros”: se llegan a acumular hasta 4 metros de nieve en un par de días. “Cae nieve y además hay nieve que arrastra el viento fuerte de más de 60 km/hora. A veces trabajamos día y noche para que la nieve no borre el camino”, explica el subteniente de Ejército Cristóbal Canto, encargado de coordinar las tareas de mantención y despeje.

Incluso deben montar una guardia para que avise que comenzó a nevar, porque si la precipitación es muy intensa, quedan aislados. “No se puede cerrar el camino”, enfatiza. Con este fin, se suscribió entre el MOP y el CMT un contrato por $492 millones por tres años para el despeje y mantención de la ruta en el tramo entre el puente sobre el río Rassmusen (km 0) y el puente sobre el río Azopardo (km 65).

El oficial explica que durante tres meses del año (entre diciembre y febrero) se reducen las precipitaciones sólidas que predominan en esta parte de la isla Tierra del Fuego. El CMT se encarga del despeje, pero la mantención y el tapado de baches están a cargo de una empresa vía licitación de Vialidad.

Contratos CMT-MOPEn ejecución hasta 2018:

Tramo de 16 km en el troncal: entre el km 77,4 y el 93,5.

Inversión: $13.500 millones

(Incluye costo de nuevo campamento del troncal: $675 millones)

Tramo de 31 km desde Yendegaia

Inversión: $18.350 millones

(Incluye $2.923 millones para barcaza de apoyo a obras y $2.615 para levantar campamento base).

El último tramo de 15 km, entre los km 93,5 y 108,6, no cuenta aún con contrato, y es fundamental para completar las obras, ya que une los dos tramos anteriores.