Transantiago sufre fuga de pasajeros mientras aumenta demanda por automóviles y Metro

Por Francisco J. Fuentes, El Mercurio.

Autoridades, privados y expertos explican las causas y aportan fórmulas para evitar una debacle en el sistema:

Desde 2008, el transporte público perdió 124 millones de validaciones, una caída de 6,9% en la demanda, mientras que Metro aumentó en 4,9% el número de pasajeros respecto de hace seis años.

Aunque representantes de la industria automotriz dieron cuenta esta semana de que por octavo mes consecutivo las ventas de autos nuevos anotaron un descenso durante agosto, producto de la desaceleración económica, en los últimos seis años la falta de transporte público de calidad y el aumento de los ingresos de los chilenos solo han arrojado cuentas positivas en este mercado, que el año pasado comercializó más de 360 mil automóviles cero kilómetro.

Al otro lado de la vereda, Transantiago vive su peor crisis. Al fuerte deterioro de los buses oruga se suma el aumento en los tiempos de viaje por causa de los tacos y la difícil situación económica que atraviesa Alsacia, el mayor operador de buses del sistema.

Por si fuera poco, el Metro también enfrenta una coyuntura compleja, luego que a las cotidianas interrupciones del servicio se sumaran dos ataques con bombas y otras fallas en las líneas 4 y 5, que terminaron por afectar a 500 mil clientes.

Dicha situación ha tenido un correlato en los resultados operacionales del transporte. A excepción del bienio 2007-2008, cuando Transantiago registró su mayor incremento de demanda (24,2%), el uso del transporte público ha ido decreciendo sostenidamente desde entonces y acumula una caída de 124 millones de validaciones entre ese período y 2013. Ello equivale a una baja de 6,9% en la demanda total en seis años (ver infografía).

Pese a sus últimos problemas, el Metro es el único de los operadores del sistema que no para de crecer. Desde la partida del Transantiago y hasta el año pasado ha incrementado su demanda en 110 millones de pasajeros.

Para el presidente de la comisión presidencial Pro-Movilidad y ex ministro del área, Germán Correa, “esta tendencia es prácticamente estructural, por la caída del transporte público frente al creciente uso del automóvil. Si a eso se suma que la ciudad ha ido sumando más transporte de carga, más transporte comercial y de servicios, tenemos una situación de crisis de movilidad, que en definitiva termina afectando al bus”.

El ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, asegura que “lo que estamos viendo tiene relación con la falta de prioridad de inversión que se les dio en los últimos cuatro años a los buses, que es justamente lo que estamos reimpulsando”.

Añade que mientras “podamos darle prioridad al transporte público, ya sea con medidas de gestión o más inversión, y se pueda mejorar la velocidad de los buses, esperamos revertir esta tendencia”.

Héctor Moya, presidente de la Asociación de Concesionarios de Transporte Urbano de Superficie (Actus), opina que “las cifras sobre ventas de autos hay que analizarlas con cuidado, porque indudablemente esos vehículos fueron comprados precisamente por personas que antes usaban los buses”.

Añade que en el caso del Metro, este sigue creciendo porque aporta certeza y seguridad, “elementos que nosotros desgraciadamente no hemos podido entregar al no contar con la infraestructura adecuada, como las vías exclusivas. No cabe duda de que hay un déficit en esa materia. Si en 2005 el Estado se comprometió con 300 km de vías para buses, hoy solo presenta 60 km”. Otro factor en contra son los tacos, dice, “que han hecho caer la velocidad de los buses en cerca del 5% anual”.

Según Moya, la solución requiere decisiones importantes, como la construcción del futuro corredor Alameda-Providencia, lo que “obviamente disminuirá la cantidad de pasajeros en la Línea 1 y así evitaríamos la locura de construir otra Línea 1 Expresa”, .

El académico en transportes Louis de Grange señala que la caída de demanda en buses y el aumento del parque automotor “se deben a múltiples razones. La principal es el aumento en el ingreso per cápita, que induce un mayor uso de modos alternativos, como el auto”. Por eso, dice compartir “plenamente lo planteado por el ex Presidente Ricardo Lagos respecto de la urgencia de expandir la red de metro de Santiago, partiendo por la urgente Línea 7, paralela a la 1”.

Viajes

9 millones de traslados diarios ocurren en Santiago.

35% de ellos se realizan en transporte público y 25% en transporte privado.

16% de los viajes corresponde a transporte público.

4% se hace en bicicleta, el modo que más se expande.