Vecinos de barrios Lastarria y Bellas Artes se quejan por aumento de comercio ambulante

Por M. Vega, N. Cabello y P. Gutiérrez, El Mercurio.

Municipalidad pide a residentes que hagan las denuncias para que Carabineros pueda actuar:

Residentes reclaman que generan desorden y bloquean la circulación peatonal y los accesos a sus viviendas. Alcaldesa dice que vendedores se han desplazado a este sector por las fiscalizaciones en el centro.

Figuran entre los barrios más turísticos de Santiago, y los vecinos dicen estar acostumbrados al ajetreo que vive el sector hasta la madrugada. Pero en los últimos meses ha sido otro el problema que ha aquejado a quienes viven en los barrios Lastarria y Bellas Artes: la proliferación del comercio ambulante.

Ocurre sobre todo los fines de semana, cuando en las veredas cercanas a pubs , restaurantes, cafeterías, tiendas y áreas residenciales cada vez son más quienes se instalan a vender los más variados productos sin permiso municipal.

Los vecinos se quejan por que bloquean los accesos a sus viviendas, y algunos incluso, como medida disuasiva, salen a regar para mojar el pavimento e impedir que los vendedores se instalen en el frontis de sus casas.

Rosa María Bulnes, vecina del lugar, cuenta que esto comenzó cuando el municipio permitió una feria de las pulgas en el parque Forestal: “Esa es una instancia ordenada, pero abrió la puerta para que el comercio ambulante se acercara al sector, y ahora se han tomado todos los lugares”.

Los vendedores tienen su propia versión. “Tengo amigos a los que se los llevan los carabineros y les cobran multas de 3 UTM. El problema es que no hay ninguna posibilidad de pedir permiso”, dice una joven que ayer se puso a vender ropa en la calle Lastarria.

La alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, asegura que “se está haciendo un trabajo muy intenso, en coordinación con Carabineros, del comercio ilegal. Tenemos la nueva ordenanza, hemos estado haciendo operativos en varios lugares, en varias ferias libres, en Franklin, en el centro, y lamentablemente una de las consecuencias de esto es que el comercio se desplaza. Como se siente amenazado en un lugar, se va a otro”.

Una de las tácticas de los ambulantes para evadir a los carabineros es, precisamente, no instalarse todos los días. “Yo me pongo acá una o dos veces a la semana”, dice un joven que ofrece libros usados a la salida de la estación Bellas Artes. “Creo que hay cierta flexibilidad, porque a mí nunca me ha pasado nada, pero a los que venden ropa los persiguen”, añade.

Para el presidente de la Junta de Vecinos Parque Forestal, Héctor Vergara, hay una cuota de responsabilidad de la autoridad comunal. “La municipalidad ha autorizado comercio en la vía pública. A lo menos dos comerciantes en Merced, cosa que en las administraciones anteriores no había sucedido: que comerciantes que están en la vía pública tuvieran permiso. Antes eran todos ilegales”.

Agrega que además de esa calle, ha habido una proliferación de vendedores de este tipo en los espacios que quedan entre los cafés de Lastarria y José Miguel de la Barra: “Obviamente hay que denunciarlos, Carabineros no va actuar por iniciativa propia. Los vecinos también tienen una parte importante en este proceso: la denuncia”.

La administradora municipal, Marcela Hales, replica que el municipio se rige por la ordenanza legal vigente y la normativa regulada por la ley de rentas sobre el comercio establecido. Dice que en Lastarria, por ejemplo, solo existen 11 permisos municipales para anticuarios y libreros. Estos últimos, en todo caso, tienen puestos establecidos hace años, muy distintos a aquellos ambulantes que hoy ofrecen desde películas pirata hasta adornos de plástico, muchos de los cuales ocupan el mobiliario urbano para instalarse cómodamente.

“En caso de existir otras actividades de comerciantes ilegales, deben ser fiscalizados por Carabineros, al igual que todo el comercio ilegal”, advierte Hales, y señala que por ahora no se están autorizando nuevos permisos.

AYUDA Carolina Tohá llamó a los vecinos a denunciar al comercio ilegal.