Transportes: instalación de fotorradares será escalonada y se iniciaría en 2016

Por Valentina Mery, La Tercera.

Gobierno le puso urgencia simple al proyecto que busca instalar estos equipos en las vías con más accidentes vehiculares del país.

Con el objetivo de mejorar los hábitos de conducción de los automovilistas chilenos, el Ministerio de Transportes le asignó, a fines de la semana pasada, urgencia simple a la tramitación del proyecto de ley que crea el Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones (Cati), que fue presentado en enero. Esta entidad será la encargada de coordinar la instalación de fotorradares para detectar los vehículos con exceso de velocidad.

La autoridad tiene como meta que estos aparatos comiencen a operar en 2016, aunque con un número reducido de aparatos, para luego ir aumentando su instalación paulatinamente.

“Creo que ya estamos en una etapa de nuestro país en que no podemos seguir controlando la velocidad mediante las pistolas de Carabineros, que son muy pocas, y distrae recursos escasos (…) que podrían destinarse a otras cosas y, por lo tanto, estamos impulsando este proyecto”, aseguró el ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo.

La iniciativa busca que las cámaras automatizadas sean visibles y anunciadas para que los conductores puedan reducir la velocidad. En esa línea, se busca evitar los cuestionamientos y controversias que estos aparatos generaron en los años 90 -cuando eran administradas por las municipalidades-, debido a que no siempre estaban bien señalizados y por la elevada tasa de infracciones diarias que sacaban.

Al respecto, la autoridad informó que del total de los fondos recaudados por los fotorradares, el 85% de ellos correspondería a ingresos fiscales generales y el 15% sería repartido entre los municipios. “Lo que más nos interesa es el cambio cultural de los conductores”, recalcó la secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), Francisca Yáñez.

La autoridad informó que las cámaras serán instaladas en puntos claves de todo el país, donde los índices de accidentabilidad por exceso de velocidad sean altos. “Tenemos que partir con un grupo pequeño de radares en los sitios más críticos, para lograr un aprendizaje de cómo operan, cómo opera el sistema de notificación de infracciones y, una vez que esté operativo, ir paulatinamente incrementando el número de puntos controlados”, explicó Gómez-Lobo.

¿Solución?

Una vez que las cámaras detecten a los vehículos que sobrepasen los límites de velocidad, las multas van a ir aumentando gradualmente, según los kilómetros por hora en que sobrepasen la norma. Además, quienes circulen por sobre los 50 kilómetros por hora serán enviados al Juzgado de Policía Local y podrían perder la licencia.

Según Alberto Escobar, gerente de asuntos públicos de Automóvil Club de Chile, “en el país el 60% de los conductores excede las velocidades máximas en ciudad, y lo hace en 20 kilómetros por hora sobre la máxima permitida (…) lo que hacen los radares, en definitiva, es regular tramos de una vía, y eso hace que grandes volúmenes de automóviles circulen a una velocidad prudente”.

Según detalla Escobar, “en el mundo está demostrado que los radares de control de velocidad son grandes reguladores de la siniestralidad vial” y superan la eficacia de los sistemas de control que ocupan los carabineros. “En Santiago, ellos no pueden fiscalizar en las autovías concesionadas, porque no tienen berma. Por lo tanto, no tendrían dónde detenerse, no pueden fiscalizar de noche porque es muy peligroso, no pueden detener a los automóviles que van infringiendo la velocidad máxima en terceras pistas, porque no los pueden detener”, agrega.