Las tareas pendientes de Santiago para convertirse en una ciudad global

Por Sergio Espinoza y Manuel Valencia, El Mercurio. (06/07/14)

Expertos analizan sus ventajas y deficiencias para “venderse” en el mundo:

Pese a sus atributos, autoridades y urbanistas señalan que la capital no ha sabido “creerse el cuento” ni valorar sus atractivos. ¿Qué falta? Encontrar un relato común que la distinga en el concierto mundial.

Con más hoteles de cadenas internacionales que ciudades como Sao Paulo o Buenos Aires y sede de uno de los cuatro parques urbanos más grandes del planeta, pero sin un centro de convenciones ni un teatro de la ópera de categoría internacional.

Son los contrastes de Santiago, una metrópoli que en las últimas dos décadas se ha desarrollado aceleradamente hasta posicionarse como la ciudad líder en América Latina para hacer negocios -según el último ranking de la revista América Economía-, pero que al mismo tiempo no ha sabido promocionar sus atractivos únicos ante el mundo, para potenciar su marca y destacarse en el concierto de ciudades globales.

La pregunta es si tiene los pergaminos para hacerse un lugar entre las grandes urbes del mundo, aquellas que gracias a una combinación de poder económico, carácter cosmopolita y calidad de vida figuran entre los destinos más demandados por los turistas y hombres de negocios. Según los expertos en el tema, sí. El problema es cómo.

Una suma de “islas”

“Santiago tiene atributos relevantes que no hemos valorado adecuadamente. Y la clave de las ciudades exitosas ha sido la de haber visibilizado sus atributos y ponerlos en valor”, sentencia la alcaldesa Carolina Tohá.

No se trata de competir con centros neurálgicos mundiales como Londres, Nueva York o Tokio, sino con ciudades más cercanas a nuestro nivel, entre las cuales hay varias latinoamericanas que están bien posicionadas en el imaginario colectivo global. Desde Buenos Aires con su vida nocturna y oferta cultural, pasando por Río de Janeiro y su característica geografía, hasta éxitos más recientes como Lima y su gastronomía o el polo de innovación urbana en que se ha convertido Medellín.

Precisamente esta última, así como Chicago, Londres y otras grandes urbes, cuentan con entes dedicados especialmente a “venderlas” en el exterior, a partir de sus singularidades.

En el caso de la capital chilena, poco y nada hay de eso. Peor aún, la institucionalidad que rige la vida de los santiaguinos es uno de los principales factores que conspiran contra la conformación de una imagen unitaria de ella en el extranjero. “Santiago es una ciudad fracturada, con una multiplicidad de comunas, cada una con su propia dinámica y su hábitat. Una suma de pueblos sin un sentido de unidad”, afirma Sergio Gamboa, director de la Escuela de Publicidad de la Universidad del Desarrollo. El intendente Claudio Orrego coincide con esa apreciación: “Somos una suma de islas remando cada una por su lado”.

El experto del Instituto de Estudios Urbanos UC Arturo Orellana opina que por ello Santiago no ha consolidado una estructura metropolitana que genere una dinámica turística que abarque todo el territorio. “Hoy la oferta se restringe a tres o cuatro comunas, entre La Moneda y Américo Vespucio. No hay suelo ni planes para generar grandes infraestructuras metropolitanas. Eso tiene un correlato con la institucionalidad, no se invierte en la ciudad, sino en forma fragmentada”, explica.

El historiador urbano de la UC Miguel Laborde enumera las consecuencias de esta situación. “Falta un centro de convenciones para congresos. Muchos eventos se van a Sao Paulo, México o Bogotá porque por falta de espacio es difícil hacerlos acá. En Chile estamos acostumbrados a la pequeña escala. Eso se nota en la Feria del Libro, que acá se hace en la Estación Mapocho”.

¿Otro déficit? Un gran espacio para la cultura, como un Teatro de la Ópera. “Muchos artistas pasan cerca, pero no vienen a Chile por la falta de un recinto de mejor capacidad”.

Primeros pasos

En opinión de Orrego, si bien la figura del “alcalde mayor” -con atribuciones sobre la ciudad más allá de las de las distintas comunas- es difícil de concretar, la necesidad de abordar los desafíos de la capital como un todo es clara y verá un avance cuando el intendente sea un cargo de elección popular y con mayores facultades que las actuales, que le permitan actuar como un articulador de los esfuerzos hoy disgregados.

“Si hay un tema que justifica una autoridad que vea a la ciudad como un todo, es este. Debiera ser el rol de cualquier intendente, pero me faltan atribuciones y recursos”, comenta.

Por lo pronto, un primer paso ha sido la conformación de una mesa regional donde están incluidos los 52 municipios de la Región Metropolitana, que estará encargada de elaborar un plan que muestre a los turistas extranjeros que Santiago es una ciudad buena para vivir, para invertir y para conocer.

“Lo primero es creerse el cuento”, opina Tohá, para quien el entorno geográfico, la seguridad y las condiciones de vida que ofrece Santiago superan a los de otras capitales latinoamericanas: “Por eso, más que compararnos con otras, debemos resaltar lo nuestro. En lugar de llorar por no tener un ícono como el Pan de Azúcar de Río de Janeiro, hay que poner en valor los hitos que tenemos” (ver recuadro).

El primer hito será la realización de la Copa América el próximo año, que aportará una vitrina para mostrar la oferta de la capital más allá del fútbol. “Llegó el momento de que Santiago se posicione como tal”, asegura Orrego. La instancia articulará los esfuerzos públicos y privados y dará recursos a las comunas para potenciar sus atractivos.

Más allá del certamen deportivo, también se harán gestiones para atraer otros eventos, como un torneo de golf de élite mundial y recuperar para la capital el campeonato ATP que Viña del Mar perdió.

De nivel internacional

Cordillera majestuosa.

Los expertos coinciden que es “la” postal de Santiago y que difícilmente un ícono urbano podrá competir con ella.

Turismo de viñas.

“El vino debiera ser nuestra carta de presentación, porque tenemos una tradición de 500 años”, comenta Miguel Laborde. Si California ha posicionado al valle de Napa como un destino vitivinícola y Argentina lo ha hecho con Mendoza, Santiago y sus viñas tienen todo para desarrollarlo.

Polo universitario.

Para el arquitecto y director del Instituto de Estudios Urbanos de la UC, Pedro Bannen, “así como los peruanos cocinan bien y venden su gastronomía, nosotros tenemos centros de estudios de nivel internacional, muy bien posicionados en los rankings “.

Centro de negocios.

La ciudad y su infraestructura lideran los distintos rankings en este ámbito a nivel regional.

Seguridad y estabilidad.

Laborde sostiene que así como Suiza se promociona por su tranquilidad y la solidez de sus instituciones, Chile -y su capital- podrían explotar esos atributos, en una región que no es fuerte en ellos.

Áreas verdes.

Pese a un déficit general, la zona centro oriente tiene un equipamiento de primer orden, y el Parque Metropolitano es el más grande de América Latina y el cuarto del mundo, superando por lejos al Central Park de Nueva York.