Planta CCU en Paine: alcalde se reúne hoy con director del Servicio de Evaluación Ambiental

Por Juan Manuel Villagrán S., Diario Financiero.

El movimiento de vecinos que está contra la planta busca sensibilizar a las autoridades sobre el impacto del proyecto.

Los intentos de vecinos por detener la instalación de una planta de CCU en Paine, siguen adelante. Hoy, el movimiento “No a la CCU en Paine” se reunirá con el director del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), Jorge Troncoso, y con el alcalde de Paine, Diego Vergara.

Así lo señaló la vocera del movimiento Marcela Rojas, quien además agregó que el objetivo es sensibilizar sobre los conflictos que tendría la planta en la zona.

Tanto los dirigentes como el alcalde ya se han reunido con varios organismos que tienen poder de decisión en la Comisión de Evaluación Ambiental, como los Seremi de Obras Públicas y también el de Vivienda y Urbanismo.

La guerra del agua

La disputa entre las comunidades de Paine apoyadas por su municipio contra la firma de bebidas CCU, ligada al grupo Luksic, ha sacado chispas.

La empresa está tramitando ambientalmente el proyecto de una planta de bebidas que contempla la inversión de 
US$ 300 millones. El complejo está diseñado en 50 hectáreas y se desarrollaría por etapas y al final de ellas en el año 2032 tendría una capacidad para producir anualmente 3 millones de hectolitros de cervezas y 12 millones de hectolitros de bebidas.

La primera adenda del proyecto que está en evaluación ambiental ha presentado reparos de distintos ámbitos y servicios, donde el que reviste mayor profundidad e importancia para las comunidades es el relacionado con el agua, recurso de vital importancia para esa comuna.

“Hace 20 años que la pluviometría viene bajando ostensiblemente. No hay ningún estudio serio de CCU que avale que no se impactará a las comunidades con el agua, no lo han comprobado”, dice el alcalde Vergara.

En su observación al proyecto, la Seremi de Medio Ambiente se pronunció “inconforme con el proyecto” porque podría “producir efectos adversos significativos sobre la cantidad y calidad de los recursos naturales renovables, incluidos el suelo, agua y aire”.

La Seremi de añade que “el proyecto compraría el 4,71% de los litros de agua disponibles de los acuíferos de Paine y Buín (…) lo que provocaría un descenso de los niveles de aguas subterráneas en su área de influencia, pudiéndose generar un efecto adverso significativo”.

En tanto, fuentes allegadas al caso por parte de CCU sostienen que “el tema agua, técnicamente es muy simple y de nulo impacto. Por eso, no existen cuellos de botella ni una estrategia mayor que el hecho de tener que comprar los derechos de aguas en el mercado”.

La firma ya ha comprado más de 50 derechos de un total de 200 que necesita. “Un descenso del 4,71% en 20 años es despreciable. Quiere decir que en el año de mayor explotación el nivel bajaría 50 centímetros”, explican cercanos a CCU.

Si bien la Seremi de Medio Ambiente y la municipalidad de Paine advierten de lo relevante que podría ser el impacto del uso de agua de la futura planta, la Dirección General de Aguas no hizo mayores observaciones sobre el proyecto en la primera Adenda.

Las claves del proyecto

Inversión. La planta de CCU requerirá una inversión estimada de US$ 300 millones. Se levantaría en una superficie construida de 50 hectáreas y se desarrollará por etapas y al final de ellas (año 2032) tendrá una capacidad para producir anualmente 3 millones de hectolitros de cervezas y 12 millones de hectolitros de bebidas.

Oposición. Vecinos de la zona se organizaron y crearon el movimiento “No a la CCU en Paine”, donde comparten una visión crítica junto al alcalde Diego Vergara. La primera adenda del proyecto ya tiene 188 observaciones ciudadanas.

Compromiso. Al finalizar la última junta de accionistas de CCU, el presidente del directorio, Andrónico Luksic, se comprometió a estudiar el proyecto de manera personal, para evaluarlo y analizar si es posible mejorarlo. En una reunión con los vecinos de Paine, que protestaban a las afueras del edificio de la compañía, el empresario se dio un plazo de 30 días para estudiar a fondo el plan de la futura planta.