9 razones de porqué EE.UU es más dependiente del auto que Europa (Parte II)

© andysternberg / © La Citta Vita, vía Flickr.

Ayer les contamos las primeras 4 razones de porqué las ciudades de estadounidenses son más dependientes del automóvil que las ciudades europeas, según The Atlantic Cities. Un análisis, que confronta las políticas de transporte a un lado y al otro del Atlántico y los resultados que estas han tenido.

Un interesante análisis también porque podemos claramente distinguir cuál ha sido el modelo a seguir en las ciudades chilenas.

Las otras 5 razones son:

5. Los subsidios del gobierno: Durante los últimos 40 años, los impuestos a la gasolina, los peajes y las tasas al registro de automóviles han cubierto sólo el 60 o el 70 % de los gastos de carreteras en EE.UU. El resto se ha pagado mediante ingresos y otros impuestos no relacionados al transporte. Estas subvenciones han disminuido el costo y han aumentado la demanda del automóvil privado en EE.UU. En los países europeos, los conductores suelen pagar más en impuestos y tasas que el gasto que hacen gobiernos en carreteras.

6. Enfoque tecnológico: Las respuestas políticas a los problemas generados por el automóvil en EE.UU se han centrado en los cambios tecnológicos en lugar de promover un cambio de comportamiento. Por ejemplo, las respuestas a la contaminación del aire o a la seguridad consistían en soluciones tecnológicas-  tales como convertidores catalíticos, combustibles más limpios reformulados, cinturones de seguridad y airbags-  que permiten que la gente siga conduciendo como de costumbre. Los países europeos incorporaron estos requisitos tecnológicos, pero también redujeron los límites de velocidad de forma más agresiva en barrios enteros, crearon zonas libres de autos, redujeron la cantidad de estacionamientos y aplicaron otras políticas que fomentan cambios en el comportamiento.

Sigue leyendo este artículo después del salto

7. El transporte público: Un sostenido apoyo del gobierno ayudó a los sistemas de transporte europeos a sobrellevar el aumento de los automóviles con más éxito. Especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, los sistemas de transporte de  Estados Unidos, que eran de propiedad privada, aumentaron sus tarifas, perdieron pasajeros, o bien se fueron a la quiebra y los que no, fueron salvados por el gobierno, aunque en algunos casos  la ayuda llegó demasiado tarde. Por ejemplo, muchas ciudades vieron sus sistemas de trolebuses desaparecer por completo en los años 50` y 60` (aunque en el último tiempo este sistema ha resurgido).

8. A pie y en bicicleta: Sólo unas pocas ciudades de Estados Unidos, tales como Davis y California, han implementado desde los 70` servicios para peatones y ciclistas. En cambio, muchas ciudades europeas, como Amsterdam y Copenhague , han implementado redes enteras de ciclovías y han calmado el tráfico en sus calles, lo que que permite un fácil recorrido en bicicleta entre cualquier  punto de origen y destino en una ciudad o región. Además, las leyes de tránsito europeas protegen a los peatones y ciclistas, a menudo poniendo la responsabilidad de un accidente en el conductor, mientras que las leyes de Estados Unidos, la policía, los tribunales y los jurados a menudo no logran procesar o castigar a los conductores que matan a peatones o ciclistas. (¿Nos suena conocido esto en Chile o no?)

9. Leyes zonificación: Hay muchas diferencias entre los sistemas de planificación de uso del suelo en Estados Unidos y Europa. Los europeos tienden a permitir una mayor mezcla de usos en sus zonas residenciales, manteniendo distancias de viaje más cortas. Por ejemplo, en Alemania, una zona residencial puede incluir consultorios médicos, cafeterías y edificios de vivienda. Por el contrario, en Estados Unidos las zonas residenciales, a menudo, prohiben otros usos. Otro factor es que en Estados Unidos se establece un número mínimo de estacionamientos para el desarrollo de proyectos inmobiliarios, mientras que en Europa lo que se impone es el número máximo.