Edificios se convierten en un espectáculo de luces y colores

Por Florencia Polanco, El Mercurio.

Cencosud ya está realizando pruebas de luz en la Gran Torre Santiago:

Cada vez son más las construcciones en Santiago que usan este recurso en su diseño para marcar su presencia en la ciudad.

Quienes transitan por la Costanera Norte durante la noche podrán notar que hace algunos días una suave luz de color morado ilumina desde la base a la cumbre uno de los cuatro vértices de la Gran Torre Santiago del Costanera Center. Pese a que en Cencosud no quisieron revelar detalles sobre la iniciativa, confirmaron que la proyección de la luz corresponde a una de las pruebas para definir cómo será el diseño que iluminará los 300 metros del rascacielos más alto de Latinoamérica.

Cuando la torre esté terminada, el diseño de luces se prevé que se convierta en todo un espectáculo urbano, similar a la Torre Entel, la primera que incorporó colores fluorescentes para resaltar su fachada. Aunque por estos días la dejan apagada, porque le están haciendo mantención al sistema de iluminación.

Si bien en Chile la tendencia de iluminar construcciones de valor arquitectónico no es nueva -hace décadas que íconos patrimoniales lo incluyen en el diseño de su puesta en valor-, cada vez son más los edificios modernos que la están implementado. Así Santiago moderniza su imagen, siguiendo tímidamente los pasos de ciudades tan deslumbrantes como Hong Kong o Dubái.

Por Los Militares, en Las Condes, un edificio de oficinas revistió su fachada con brillantes tubos de color amarillo, similares a la espada láser de “La Guerra de las Galaxias”. Al transitar por el lugar de noche, es imposible no detenerse a admirar su diseño.

“La idea era hacer algo distinto. Un juego de luces que le aportara algo diferente, para que tuviera un caché en su fachada que resulta ser atractivo para muchas personas”, explica Matías Silva, uno de los arquitectos del proyecto.

La empresa FLT estuvo a cargo de la implementación del sistema de luces, compuesto por 580 equipos LED. Los tubos quedan prendidos durante tres horas, y según Silva consumen lo mismo que un hervidor eléctrico. Además, el diseño incluye paneles solares para alimentar el sistema y que sea así más sustentable.

“Siempre ha habido una preocupación por las fachadas y la identidad de un edificio, la iluminación es otro elemento que permite diferenciar los edificios, cuando la visión es mucho más particular durante la noche, porque en el día tienden a un colorido y presencia mucho más planos”, comenta Mónica Pérez, arquitecta experta en iluminación hace “años luz”, según dice.

Transitando por Andrés Bello a la altura de la Plaza Italia, unas brillantes “pecas” verdes sobresalen sobre los árboles. Se trata del Hotel Ibis de Providencia, que también incorporó esta tecnología para destacar su presencia en la ciudad.

“La iluminación se ha ido valorizando ya no solo como algo funcional, sino como parte de la propuesta estética. Durante el siglo XX se consolidó en edificios corporativos, con un afán de convertirlos en verdaderos íconos urbanos, para que la gente reconozca el poder político o económico como puntos de referencia para orientarse en la ciudad”, sostiene Pablo Allard, urbanista y decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad del Desarrollo.

Lo que explica el arquitecto también se ve retratado en el lujoso Hotel W, ubicado en Las Condes, que resalta el frontis del edificio con una delgada franja que cambia de colores como arcoiris. También ocurre en la Torre 4 del Costanera Center, que tiene un arco de luz del mismo color que el rascacielos. “Esto apunta a resaltar aspectos arquitectónicos y a mantener la presencia urbana de los edificios durante la noche”, añade Allard.

Aunque el incremento de esta tendencia también tiene su contrapartida, porque el cuidado ambiental y la eficiencia energética son temas cada vez más sensibles. Por eso, según el arquitecto, hay países donde se está reduciendo la implementación de luces al mínimo necesario, con elementos LED o luz solar: “No solo por lo ambiental, sino porque está empezando a pesar la contaminación lumínica”.