¿Somos 16.341.929?

Por Carlos Alonso y Oriana Fernández, La Tercera.

Ayer, el director del INE entregó los resultados preliminares de población y señaló que la cifra oficial será dada a conocer en el último trimestre de 2014, tras proceso de conciliación.

Cuántos somos los chilenos? La respuesta aún sigue inconclusa. Si bien en abril de 2013, el entonces director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) Francisco Labbé informó al país que éramos 16 millones 634 mil 603, ayer, el actual director del INE, Juan Eduardo Coeymans, adelantaba que la cifra “preliminar” de chilenos llegaba a los 16 millones 341 mil 929, es decir, casi 300 mil personas menos de las informadas con anterioridad. ¿Qué pasó en el camino?; varias cosas. La primera es que la cifra entregada por Labbé fue cuestionada por los técnicos del mismo INE, quienes hablaron incluso de manipulación de datos. El conflicto escaló hasta que Labbé presentó su renuncia y asumió en su reemplazo Juan Eduardo Coeymans. Este optó por nombrar una comisión de expertos nacionales para aclarar las dudas.

La instancia técnica estaba compuesta por el director del centro de Microdatos de la Universidad de Chile, David Bravo; el investigador del PNUD, Oscar Larrañaga; Magda Ruiz, de Celade; Isabel Millán y Felipe Zamorano, representantes del gobierno para analizar el censo.

Luego de cinco meses de trabajo, la comisión entregó un informe demoledor: la tasa de omisión era 9,2%, tres veces más alta que los censos anteriores, y recomendó realizar un censo abreviado en 2016. Conocida esa información, el Presidente Sebastián Piñera pidió perdón al país por los errores cometidos.

Luego de ese episodio se anunció la conformación de una comisión de expertos internacionales, integrada por el doctor en demografía de la Universidad de California-Berkeley, Griffith Feeney; el experto en censos y estudios estadísticos Roberto Bianchini y Rajendra Sing, ex jefe de estadísticas censales de Estados Unidos.

Esta vez, la opinión fue diametralmente distinta. Recomendaron usar los datos para políticas públicas sin ningún problema.

De allí en más, el director del INE junto a sus asesores más cercanos elaboraron una propuesta, la cual apuntaba a publicar la base de datos revisada con sus respectivos anexos y, a la vez, recomendaba realizar una actualización de la población en 2016, en base a las estadísticas de nacimientos, defunciones e inmigrantes.

Y ayer entregó los datos revisados, que consideran como población preliminar a 16 millones 341 mil 929 personas, de las cuales se cuantifican 15.758.682 personas efectivamente censadas y 583.247 moradores ausentes.

Ahora bien, Coeymans fue claro en señalar que esta no es la población oficial de Chile, ya que para eso todavía falta un paso clave: el proceso de conciliación censal que realizará a partir de marzo con el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade), perteneciente a la Cepal y que se extenderá hasta septiembre. Por lo tanto, todavía quedan varios meses para saber efectivamente cuántos somos.

El proceso de conciliación censal consiste en ajustes en las estimaciones del nivel y estructura de la mortalidad, de la fecundidad y de la migración, para lograr coherencia con las cifras censales de población, y permite tener un nivel de omisión tanto a nivel nacional como regional.

El director del INE explicó que la diferencia entre ambos procesos radica en que durante el de revisión, se suprimió la idea de considerar dentro de la proyección de población a las viviendas no logradas y sólo se consideró a los moradores ausentes. “Se adjudicó a los moradores ausentes las mismas características que los residentes de la población censada que se encuentra más cerca y que sea de características similares”. Este es el principal cambio que se realizó en comparación con el proceso de Labbé.

Asimismo, Coeymans defendió el proceso realizado y la recomendación que entregaron los expertos internacionales, ya que, a su juicio, “la base censal está intacta. Se examinó el proceso de captura de datos y se constató que la población con moradores ausentes y de las viviendas no logradas estaba claramente identificada”, indicó. Acotó además que las fichas censales todavía están para que cualquiera las pueda verificar y contrarrestar”.

Si bien se esperaba que la información se diera a conocer durante los primeros días de marzo, Coeymans dijo que se adelantó debido a que tenía agendado un viaje a Nueva York, a presentar y describir lo que hemos hecho en este proceso del censo.

El director añadió que la puesta en escena del INE contaba con la autorización del gobierno. “El ministro de Economía, Félix de Vicente, validó la entrega de información”, aseguró Coeymans. Lo cierto es que desde La Moneda se autorizó que se entregara ayer toda la información del Censo 2012, ya que el Presidente Piñera quería dejar zanjado el tema censo antes que terminara su período.

Con todo, Coeymans sostuvo que “los usuarios del censo serán quienes determinen finalmente si el censo está bien o mal realizado. Esa es la evaluación y el juicio histórico que tendrá este proceso”. Pese a ello, la Presidenta electa, Michelle Bachelet, ya anunció que realizará un censo en 2016, por lo que todo este proceso que lideró Juan Eduardo Coeymans está en cuestión (ver recuadros).

David Bravo, director del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, expuso que justamente esta entrega de datos era lo que no debía ocurrir, “básicamente, porque el censo adolece de un problema de calidad en las cifras. No puede ser enmendado por la vía estadística”, y agregó que la decisión del INE fue “imprudente”, pues, “no hay razón técnica para dar a conocer esta presentación y no haber esperado al menos 13 días para presentar estos estudios a la nueva administración”.

Francisco Klapp, investigador del Instituto Libertad y Desarrollo (LyD), señaló que “los resultados son consistentes con las recomendaciones del comité internacional, compuesto por destacados economistas, los que concluyeron que el censo estaba bien tomado, no de manera perfecta, pero de manera perfectamente buena y cumpliendo con los estándares mínimos recomendados por los organismos internacionales”.

Y Eduardo Carrasco, director INE en el Censo 2002, comentó que “la cifra actual es mucho más útil. Entre un dato estimado hace 10 años, siempre es mejor el dato contado. Las proyecciones demográficas no reconocen el dinamismo de la población, hay comunas que han tenido desarrollo importante entre censos. Tener una cifra lo más actualizada posible también es bueno, para políticas públicas es mejor, es más adaptado a la realidad”. El experto recordó, además, que los datos del censo se utilizan para las políticas económicas y sociales del país.