Lampa, Padre Hurtado y Buin dejan carácter rural y reciben “rebase” del Gran Santiago

Por Manuel Valencia, El Mercurio.

En la última década, estas tres comunas crecieron con el auge inmobiliario de Maipú, San Bernardo y Quilicura:

Altos precios del suelo en las zonas más céntricas, reducción de los tiempos de traslado -por la construcción de autopistas urbanas- y seguridad de condominios explican su expansión.

Muchos argumentos cruzados produjo la reciente aprobación al plan regulador de Santiago (PRMS) para extender el radio urbano en 10 mil hectáreas, que se sumarán a las 75 mil que totaliza la superficie actual de la ciudad. Mientras algunos apoyan la medida por el efecto que tendría en la descompresión de los precios de suelo, otros señalan que extender la ciudad profundizará problemas sociales derivados de la segregación social.

Pero en la práctica, el Gran Santiago ha seguido extendiéndose más allá del límite urbano definido en el plan regulador de 1994.

¿Hacia dónde se ha “rebasado” la ciudad? Según un informe elaborado por la consultora AGS Visión Inmobiliaria, las destinatarias son comunas adyacentes a las grandes protagonistas del crecimiento urbano: Padre Hurtado (vecina de Maipú), Buin (por San Bernardo) y Lampa (por su vecindad con Quilicura). Todas cambiaron su carácter rural y se repletaron de conjuntos habitacionales y servicios que les imprimieron un nuevo aire urbano.

Las causas del fenómeno son múltiples: el alto precio de los suelos y el crecimiento económico, sumado a la construcción de nuevas autopistas que han abreviado los tiempos de viaje. En conjunto, desde 1994 las tres aumentaron fuertemente su superficie y generaron el 40% de los terrenos actuales: crecieron desde las 2.020 hectáreas a las actuales 3.259 ha.

En el mismo lapso, sus vecinas, Maipú, Quilicura y San Bernardo, se cuadruplicaron en tamaño: pasaron de 2.236 hectáreas a 9.709 hectáreas.

“No obstante que el crecimiento metropolitano de la última década se ha registrado principalmente en las comunas interiores, dado el menor tamaño de las comunas rurales, el crecimiento periférico ha impactado fuertemente en su desarrollo. En los próximos años esta tendencia debiera moderarse, dados los recientes cambios al PRMS”, indica el urbanista UC Luis Eduardo Bresciani.

Un buen ejemplo de este auge los ilustran los condominios de viviendas entre 2.000 y más de 6.000 UF que han proliferado en los entornos de la ruta 5 Norte y Sur y la Autopista del Sol.

“Este proceso sucedió antes con comunas que fueron periféricas como La Florida y Puente Alto”, asegura el director de estudios de AGS, Esteban González. “Por un tema de precio y disponibilidad, las comunas tradicionales pierden competitividad frente a las emergentes. Así, Padre Hurtado se transforma en el relevo natural de Maipú, Lampa lo es de Quilicura y Buin de San Bernardo”, agrega.

González asegura que en el auge de estas zonas influye, además, la sensación de seguridad que entregan estas comunas y que es promovida por los desarrolladores inmobiliarios, que ofrecen viviendas familiares, con patio y equipamiento.

Para el urbanista de la UC, Luis Fuentes, esta expansión muestra que Santiago ha entrado en una nueva fase de desarrollo urbano, en la cual conviven las lógicas de extensión de la “mancha” (Lampa y Padre Hurtado) y un crecimiento más disperso, que se da “a saltos”, como en Buin, que absorbe a San Bernardo pese a que está interrumpido por el río Maipo.

600

hectáreas se expande cada año Santiago.