Informe de Techo reabre debate sobre campamentos en Chile

Por Natalia Ramos Rojas, La Tercera.

ONG asegura que hay 705 campamentos, con 31 mil familias, mientras que el Minvu cifra los asentamientos en 542.

Yenny González vive en dos piezas de seis por tres metros, junto a su esposo y el hijo de ambos. “Mi casa es como una mediagua”, dice, y enumera los servicios básicos a los cuales no tiene acceso: “Tengo baño de pozo, el agua la sacamos con un motor desde un pozo y mi vecino me convida luz desde un medidor”. Según la dirigenta del campamento Cuñibal, ubicado en el kilómetro 10 del camino a Santa Bárbara, en la Región del Biobío, ella habita este campamento hace ocho años. Actualmente, está compuesto por 55 viviendas.

Este es uno de los 146 nuevos campamentos que Techo-Chile contabilizó hasta octubre, tras realizar una actualización del catastro que el Ministerio de Vivienda (Minvu) realizó en 2011, en donde cifró en 657 los campamentos en Chile.

Las cifras de ambos organismos difieren: mientras el Minvu sostiene que actualmente hay 542 campamentos y 22.300 familias viviendo en ellos, debido a que ya se han cerrado 115; el informe de Techo asegura que, a octubre de este año, había 705 campamentos y 31.783 familias en esta situación.

Se trata de estadísticas que reactivan el debate sobre por qué siguen existiendo campamentos en Chile.

Campamentos

“Uno de los principales problemas en el incentivo en la generación de los campamentos es la disposición de suelos para vivienda social”, asegura el arquitecto urbanista Pablo Allard, decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la U. del Desarrollo.

Mientras, Iván Poduje, arquitecto de la U. Católica de Valparaíso y Magíster en Desarrollo Urbano de la UC, coincide con este motivo y señala que, en algunos casos, las familias que viven en campamentos son las que “no logran acceder a planes estatales, se devuelven de viviendas sociales por las malas condiciones de sus barrios o viviendas, o porque requieren arrendarlas para tener un segundo ingreso”.

Según el Minvu y Techo, un campamento es un grupo de ocho o más familias, instalados en un terreno de manera irregular, con viviendas contiguas y que no cuentan con uno de los tres servicios básicos (agua, luz y alcantarillado). El criterio que difiere entre ambos registros es la ubicación del asentamiento: mientras el Minvu sostiene que estos están en terrenos “preferentemente urbanos”, Techo contabiliza, también, los asentamientos ubicados en zonas rurales del país.

El levantamiento de datos, realizado entre agosto y octubre, identificó 146 campamentos “que efectivamente no están en los registros oficiales del gobierno”, dice Pablo Beytía, director del Centro de Investigación Social de Techo. El estudio consideró, además de esta cifra, el registro del Minvu a octubre de este año, donde, tras el cierre de 106 campamentos, la cifra inicial de 657 había disminuido a 551. De esta manera, la primera parte del estudio de Techo arrojó 697 campamentos en total.

Los 146 nuevos campamentos representan a 6.569 familias no catastradas. De ellos, 22 asentamientos se formaron posterior al 2011.

Las regiones del Maule, Aysén y Magallanes no fueron revisadas, debido a que Techo no tiene oficina en estas zonas. En estos casos, se consideró las cifras del Minvu de 2011, y se aplicó el cierre de campamentos registrados hasta 2013 en estas regiones.

La segunda fase del levantamiento de datos de la ONG incluyó, además, la revisión de los 106 campamentos cerrados por el Minvu hasta octubre de este año. De ellos, 86 fueron cierres efectivos y 20 registraron habitantes al momento de la investigación. (ver recuadro).

“De estos 20, 12 son microcampamentos con siete o menos familias, y ocho son campamentos”, dice Beytía. Esta situación, que agrupa a 526 familias, se registra en las regiones de Coquimbo, Valparaíso, La Araucanía, Los Ríos, Arica y Parinacota y la Región Metropolitana.

Los 697 asentamientos de la primera fase, más los ocho campamentos arrojados en la fase final, suman 705 campamentos en el país.

Reacciones

“Para nosotros es fundamental saber con exactitud la dimensión actual de la problemática de los campamentos y su ubicación en el país”, señala Pía Mundaca, directora social de Techo, quien agrega que “esto nos permite evaluar cómo está siendo la política pública en el cierre de campamentos”.

En cuanto a la cantidad de familias en esta situación, señala que se pueden comparar las cifras de 2003 y de 2013, “y es prácticamente un escenario igual. Las cifras son totalmente contrarias a la sensación de que el problema desapareció”, señala.

Respecto de estos resultados y las cifras que el Minvu mantiene como oficiales, Mundaca señala que “buscamos que se realice un nuevo catastro, con una caracterización de las familias en los campamentos en Chile al día de hoy”.

Ana Claudia Amar, secretaria ejecutiva de Aldeas y Campamentos del Minvu, señala que “actualmente hemos cerrado 115 campamentos de los 657 catastrados en 2011”. Agrega que “desde hace dos años estamos cerrando un campamento a la semana”.

Respecto de una actualización al catastro de 2011, señala que esto no se ha realizado, porque “estamos en una etapa de evaluar nuestra intervención y certificando los resultados”. Para esto, dice, se está realizando un estudio con la facultad de Arquitectura de la U. Católica para “verificar en terreno el estado real de los 657 campamentos catastrados al inicio de nuestra gestión”. Sobre el estudio realizado por la ONG sostiene que desconoce los resultados del catastro y el detalle de cómo se hizo, y que “hay que evaluar los resultados con detención”.

El campamento Cordillera

Andrea vive con sus tres hijos y una ahijada en una mediagua en Puente Alto. Dice que llegó allí hace dos años, luego de que el lugar en donde estaba su antigua vivienda, el campamento Cordillera, fuera convertido en parque como parte del proceso de erradicación iniciado por el Minvu. Sin embargo, ella sigue viviendo en el campamento Cordillera: una pequeña porción de este asentamiento no fue cerrada y actualmente, está allí con, al menos, cuatro familias. “Estoy colgada a la luz al poste que está frente a la casa. Agua sacamos de una cañería que viene desde el parque. El baño lo compartimos con cuatro casas”, dice. Ana Claudia Amar precisa que “este campamento, al igual que dos más”, serían algunos de los “eventuales campamentos que estarían quedando con temas pendientes”.