La mentira más grande de la seguridad vial

Esa situación se da en La Serena, en el cruce entre el Terminal de buses y la Universidad de La Serena
http://goo.gl/NfHsbD
Actualmente pusieron una rejilla a lo largo de la calle de manera que uno debe caminar a la esquina esperar el semáforo y cruzar.
Como peatón estoy de acuerdo con el articulo sin embargo al analizar desde el transporte móvil, el constante cruce peatonal al medio de la calle aumenta la congestión vehicular, puede ser la solución menos popular pero es la mas barata y rapida, soluciones parche para problemas complejos.

Cuatro puntos:
1. La situación vial actual es consecuencia de la campaña – de casi un siglo – para que el ciudadano COMPRE UN AUTOMOVIL, campaña que sigue incólume a pesar de la evidente congestión. ¿Por qué permiten que continúe la venta desenfrenada de automóviles si el problema ya lo conocemos bien?
Agravante: la gasolina no tiene sustituto que valga la pena mencionar, y los automóviles serán chatarra dentro de pocas décadas, ya que la poca gasolina que quede se destinará a las ambulancias, guardacostas, helicópteros, etc.

2. En el centro de las principales ciudades la moda es, y ha sido durante las últimas décadas, levantar gigantes de concreto, de manera que en un espacio reducido encontramos docenas, y hasta cientos, de oficinas, cada una de las cuales es utilizada por dos o más propietarios de automóvil, y todos estos propietarios quieren llegar hasta su sito de trabajo en su vehículo, lo cual es causa de congestión DIARIA a ciertas horas: la entrada y la salida de las oficinas.
Muchos han buscado la alternativa de utilizar estacionamientos fuera del edificio, pero no quieren estacionar muy lejos de su oficina, y el problema persiste porque los estacionamientos son pocos y las oficinas son muchas (y su número sigue creciendo sin control).

3. Sistemas como el transantiago van poco a poco acaparando las mejores vías citadinas, obligando a los demás a buscar vericuetos y desvíos para llegar a destino, en un proceso que constituye, por una parte, una competencia desleal contra otras empresas de transporte colectivo que se ven arrinconadas hasta desaparecer, y por otra parte, el robo descarado de las vías que no pertenecen a los funcionarios municipales de turno ni a ninguna empresa privada, sino a los ciudadanos que en la ciudad viven, trabajan, circulan y se recrean, y que no pueden volar por los aires.

4. No hay ningún plan, ni a mediano ni a largo plazo, para disminuir los tiempos de transporte, acortando las distancias entre el domicilio y el trabajo o asegurando en cada barrio los terrenos y equipamientos para la convivencia y recreación a nivel local, en el propio terruño, con la familia y los vecinos.
Las horas así ahorradas significan que los trabajadores dispondrían de más tiempo para compartir con sus respectivas familias, base de toda ciudadanía que se respete.

Saludos.