Municipio de Santiago alista plan para poner fin a los rayados y recuperar 19 edificios históricos

Alcaldía aportará barniz antimancha para quitar los grafitis fácilmente. Nueva ordenanza multará a organizadores por pegatinas en la vía pública.

Por Manuel Valencia, El Mercurio

Edificios históricos del centro de Santiago, como la casa central de la Universidad de Chile, el Museo Bellas Artes, el Colegio de Arquitectos o la Casa Colorada, hoy presentan un lamentable aspecto: están completamente cubiertos de rayados y pegatinas que dificultan apreciar su valor arquitectónico y patrimonial. Muchos, incluso, han sido restaurados, pero al otro día amanecen repletos de mensajes que los han convertido en verdaderas pizarras públicas que promocionan espectáculos artísticos o contienen rayas y consignas de todo tipo.

Para revertir esta situación, la Municipalidad de Santiago elaboró un plan que busca mitigar el impacto de estos “atentados urbanos”: se cubrirán las fachadas con un barniz que permite quitar fácilmente los rayados y que dura cinco años.

La iniciativa ya comenzó con el mural del cerro Santa Lucía, y seguirá con otros 18 inmuebles históricos -como los ya mencionados-, además de otros, como la iglesia de la Gratitud Nacional, el hospital San Juan de Dios y el edificio municipal.

Según explica la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, estos edificios están tramitando un permiso ante el Consejo de Monumentos Nacionales para iniciar la intervención. Para ello, el municipio dona el barniz y las instituciones propietarias de los inmuebles aportan la pintura y la mano de obra. Algunos, como la iglesia San Francisco, ya cuentan con la autorización. Sin embargo, la orden franciscana no ha podido reunir los $11 millones que cuesta la instalación de andamiajes y la pintura, por lo cual se buscan aportes en la empresa privada.

Además de este plan, a mediados de octubre debutará una nueva ordenanza de aseo, que permitirá multar con hasta $200 mil a las empresas organizadoras de eventos que pongan pegatinas y carteles en la vía pública.

“Esto va a permitir una mejor fiscalización de una actividad que es comercial, que pega estos carteles a expensas del espacio público. Vamos a establecer la responsabilidad de quienes se benefician del evento, incluido el local de realización”, explica Tohá. Agrega que hoy se sanciona a una empresa por todas las pegatinas, pero con el cambio se multará a los organizadores con $200 mil por cada afiche instalado.

El próximo año también debutará el nuevo plan Alameda, que busca restaurar, con el aporte financiero de privados, las fachadas de edificios emblemáticos de la principal arteria de la capital.