Parte proceso para reconvertir ex cárcel de La Serena en dependencias de hospital

A partir del 23 de septiembre está programada inicialmente la demolición parcial del edificio, que data de fines del siglo XIX.

Por Matías Rovano, El Mercurio

Los 780 internos de la ex cárcel de La Serena abandonaron el lugar en 2006, rumbo al recinto concesionado de Huachalalume. Pese a que se levantaron varios proyectos, en 2010 se definió que el recinto construido en 1890 sería convertido en un Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT). Allí funcionarían varias dependencias de especialidades del Hospital de La Serena.

Las obras iban a partir a inicios de 2012 y aunque se cumplieron todos los requisitos y se traspasó el terreno, el proyecto tardó mucho más en concretarse debido a diferencias entre el diseño propuesto por el Servicio de Salud y el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN).

Tras varias gestiones, el CMN aprobó el decreto de demolición parcial del edificio que está inserto en el límite de la zona típica serenense, la más grande del país y con una fuerte protección patrimonial.

Así, la demolición comenzará el próximo lunes 23 de septiembre, proceso que podría tardar. No obstante, el CMN ordenó “la conservación de tramos significativos de los muros existentes por las calles Anfión Muñoz, Arquitecto Benavente, Larraín Alcalde y Amunátegui; del volumen del acceso principal, del panóptico o cuerpo central cupular y del pabellón de celdas existentes”, dice el documento del organismo.

La resolución obligó al Servicio de Salud a reformular el proyecto para poder agregar esos 3.143 m {+2} bajo protección al proyecto total, que alcanza los 35.405 m {+2} .

“Las celdas no van a permanecer de los mismos tamaños. Se van a hacer ajustes internos, pero se va a preservar lo que el Consejo de Monumentos quiere, que es que la figura panóptica, que tiene que ver con que la cúpula y la estructura de la galería se mantengan”, explica Ana Farías, directora de ese organismo.

Añade que ambos sectores no se emplearán como salas de atención, sino como áreas de administración, lugares de reunión y aulas de docencia.

Paso lento

En paralelo, ya se licitó la contratación de un arqueólogo, quien deberá supervisar la siguiente etapa. Como el nuevo edificio tendrá más de 35.000 m {+2} en cuatro pisos -dos de ellos subterráneos- se cavarán unos 260 pozos para realizar el estudio de suelo.

Ese proceso podría tardar, como mínimo, un año.

“Es un proyecto de largo aliento, por el mismo hecho de estar emplazado en el casco histórico es sabido que si nos encontramos con algo nos vamos a ir demorando cada vez más. Va a ser más lento de lo que nosotros quisiéramos”, agrega Farías.

Por eso, el valor del proyecto aún se desconoce.

“Hemos pasado de 50 UF a 70 UF el m {+2} . El costo de la construcción se ha ido modificando por un tema de oferta y demanda de mano de obra. Entonces, cuánto va a ser el costo definitivo de metro cuadrado para esta construcción no está estimado todavía”, detalla la directora.

En ese proyecto, que ha sufrido algunas modificaciones menores, se divide la cárcel en dos zonas. En el lado oriente, donde estaban los reos de mejor conducta y los menores, estará el “Hospital de Día”, con atenciones ambulatorias, diálisis, quimioterapia y otras prestaciones.

En el lado contrario, donde cumplían su pena los reos peligrosos y estaba el llamado “patio 6”, quedarán las especialidades como oftalmología, cardiología, otorrinolaringología y atenciones dentales.

$25 mil
millones es el costo total de las obras que transformarán la cárcel en un hospital.

35 mil
metros cuadrados tendrá el nuevo edificio de cuatro pisos, dos de ellos subterráneos.

1890
año en que se construyó la cárcel. En 2006, fue desalojada con el traslado de reos.