Transantiago: Fisco financia casi la mitad de cada viaje y traslado promedio cuesta $794

La aprobación de la ley de subsidio al transporte público incluye traspasos de hasta US$ 1.450 millones anuales al sistema, que evitarán alzas bruscas en las tarifas.

Por Francisco Fuentes, El Mercurio

Cada vez que usan el Transantiago, los capitalinos pagan con su tarjeta Bip entre $590 y $670, dependiendo de la hora del día y de si abordan un bus o el metro o una combinación de estos medios de transporte en un mismo trayecto. Sin embargo, en términos reales ese viaje le cuesta al sistema $794.

La actualización de los costos totales del Transantiago se conoce en el marco de la aprobación de la ley que crea un subsidio permanente para el Transantiago y el transporte público en regiones, cada uno por US$ 1.450 millones anuales durante los próximos nueve años.

Según estos datos, independiente de la tarifa que los usuarios pagaron al validar su tarjeta Bip, la gestión del transporte público de Santiago costó en 2012 unos $866 mil millones (1.681 millones de dólares), cifra que cruzada con los 1.088 millones de viajes efectuados por las personas en el año arroja un costo promedio de $794 por traslado, aún considerando que una persona valida su plástico 1,6 ocasiones por cada viaje.

De ahí se desprende que si el Estado subsidia el 40% de cada trayecto, entonces financia $318 por viaje, mientras que el pasajero desembolsa $476 (60%).

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Si bien la nueva legislación contempla fondos para las 15 regiones del país, en Santiago ofrece la particularidad de que a partir de 2014 el subsidio podrá contener alzas tarifarias producidas por el déficit generado por la sola operación del Transantiago, que se arrastra desde la fallida puesta en marcha del sistema en febrero de 2007.

Así, el mecanismo permitirá que los precios al pasajero se mantengan en rangos similares a los actuales, quedando solo espacio para alzas provocadas por bruscos cambios en el precio de los combustibles, el IPC o los insumos directos de su operación.

Según el ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz, que por estos días inspecciona en España la construcción de nuevos trenes para el servicio ferroviario Rancagua Express, la aprobación de la ley “permitirá que no se repitan alzas sucesivas y tan bruscas como las de $30 que se vivieron en 2010”.

Desde ahora -precisó- “esta aprobación de la ley de subsidios, que impulsamos con tanta fuerza, nos permitirá focalizar los recursos con mejoras reales que serán claramente perceptibles por las personas”.

Un breve recuento de gastos revela que desde que opera el subsidio transitorio, Transantiago logró eliminar al menos 130 millones de transbordos, dio de baja más de 2.500 buses “enchulados”, consiguió un nivel de aprobación cercano al 60% y ubicó la regularidad y frecuencia de las micros en torno al 90% de cumplimiento.

Pero el cambio más radical de los dos últimos años es la disminución del déficit operacional del sistema, que solo en 2012 se redujo en casi 50 mil millones de pesos, según cifras del Directorio de Transporte Público Metropolitano que encabeza Patricio Pérez.

Cuánto ponen otros Estados del mundo

Diversos especialistas en transporte público del país, incluso los más críticos del Transantiago, aplaudieron el miércoles la aprobación de la ley de subsidio. Consultados al respecto, todos sin excepción comentaron que no existen sistemas de calidad que no reciban un aporte estatal.

Aquí, algunos ejemplos comparativos destacados en el Barómetro del Transporte de la European Metropolitan Transport Authorities-2011:

Praga , el sistema checo de trenes y tranvías recibe anualmente 74% de aporte fiscal.

París ofrece el 61% a los trabajadores y lo financia con subsidios estatales e impuestos.

Estocolmo , en pagos directos y aportes en infraestructura, el subsidio es de 60%.

Madrid , el municipio aporta el 56% de subsidio.

Berlín tiene aportes fiscales directos de 54%.