Isla de Pascua sale al rescate de sus tradiciones, recupera la ciudad y regulariza sus tierras

A la fecha se han entregado 180 títulos que certifican el traspaso de predios a familias rapanuís.

Por Macarena Toro V., El Mercurio

El lunes Hanga Roa pasó de la lluvia al sol cada dos horas. Aunque sea invierno, el clima tropical motivó a 20 alumnos del colegio Lorenzo Baeza a correr a la playa tras salir de clases y bañarse con sus uniformes puestos. Solo un adulto los vigila, pero desde lejos y relajado. Los pequeños saben hasta donde jugar y al rato dejan el mar para partir empapados a sus casas.

Aunque ellos en las calles de la ciudad hablan español, lengua que predomina, los más ancianos se comunican en rapanuí, idioma que ahora aprenden día a día sus nietos desde prekínder en el citado colegio, el más grande de la isla. A través de un plan financiado por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), en este plantel los padres pueden elegir la modalidad de clases. Ciento veinte de 400 alumnos están en el sistema rapanuí teniendo todas sus asignaturas en ese dialecto.

” Mai ki haka puai te tátou re’o tupuna ” -enriquezcamos nuestra lengua materna-, dice Kava Calderón, profesora de 4° básico. La jefa de educación municipal, Jackeline Rapu, enfatiza que el plan es clave, porque “el Simce lo podemos recuperar en cualquier momento, pero la lengua la tenemos que salvar ahora”.

Desde 2010 que Isla de Pascua salió al rescate de su cultura y tras diversos trabajos con el Gobierno ya se comienzan a ver los frutos. Junto al plan en las escuelas, se impulsan talleres por más de $60 millones para aprender rapanuí, iniciativa que se replica en todas las etnias del país.

“Las últimas estadísticas establecían que solo 12% de los indígenas entendía y hablaba su lengua. Si no se hacía nada de aquí a 18 años, nos quedábamos sin hablantes nativos”, comenta el director de Conadi, Jorge Retamal.

Pero no solo el idioma se está rescatando. Esta semana, el ministro de Desarrollo Social, Bruno Baranda, aterrizó para monitorear otros cinco proyectos. Entre ellos destaca la regularización de las tierras. En tres años se aceleraron los trámites y cerca de 180 familias recibieron su título de dominio, certificando que el terreno de sus ancestros -que legalmente era de Bienes Nacionales- ahora les pertenece. Baranda dice que a fin de año se espera llegar a 250 certificados y en marzo alcanzar 300, terminando la lista de espera.

“Varios de los programas tienen la dualidad de que mezclan compromisos sociales con el fortalecimiento de la cultura”, destaca el ministro, quien entregó una sede para discapacitados y compartió en talleres especiales para adultos mayores.

Deporte mundial

La “renovación dentro de las tradiciones” de Pascua se aprecia también en su cancha de fútbol. El próximo mes se entregará completamente remodelada -a “estándar FIFA”, destacan las autoridades-, buscando ser sede de campeonatos deportivos o incluso punto de concentración de equipos profesionales.

La inversión de $600 millones se suma a una serie obras como la recuperación de la costanera, ampliación de la pista del aeropuerto, repavimentación de calles y mejoras en caminos rurales, nuevas maquinarias y el hospital, que costó $17 mil millones.

Y aunque es menos masivo que el fútbol (que cuenta con 12 equipos en la isla), el ancestral canotaje hoy ubica a Chile como bicampeón sudamericano.

“Ahora tenemos solo una buena canoa en condiciones para operar”, dice el entrenador David Hidalgo, quien celebró el anuncio de dos nuevas embarcaciones por parte de las autoridades. Baranda comprometió recursos, además, para que los jóvenes puedan ir a los campeonatos, como el Mundial de Brasil 2014. Entrenando dos horas diarias, los 60 isleños del equipo sueñan volver al ombligo del mundo con el primer lugar.

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”Varios de los programas tienen la dualidad de responder a una necesidad social, de la mano con la consideración especial de la cultura rapanuí”.
BRUNO BARANDA, MINISTRO DE DESARROLLO SOCIAL.

”Ahora, el idioma que se maneja a diario es el español y el colegio tiene la misión de recuperar y revitalizar nuestra lengua”.
KAVA CALDERÓN, MAESTRA DEL COLEGIO LORENZO BAEZA