Metro Puente Cal y Canto, 1987

Por Archivo Urbano, La Tercera.

Se inauguró el 15 de septiembre de 1987, exactos 12 años después de la ceremonia que echó a andar la Línea 1. Y allí estuvo Augusto Pinochet Ugarte cortando la cinta, como la primera vez, pero ahora de civil, de cara a la larga campaña que terminaría con el plebiscito de 1988. El acontecimiento pasaba por lo “gigantesco” de la nueva estación, como se la describió en la prensa: con tres niveles, Puente Cal y Canto, efectivamente, era la más grande de las dos líneas por entonces en operaciones, y su costo, sumado al del tramo de 1.500 metros que la comunica con Santa Ana, llegó a los US$ 27 millones de la época.

Según informaba entonces Ludolf Lausen, director del Metro, se trató de la primera obra de esta envergadura que no contó con la asesoría directa de expertos extranjeros. En tanto, la extensión de la Línea 2 generó la siguiente previsión: unos 30 mil pasajeros se sumarían a los 480 mil que diariamente ocupaban el servicio. Puente Cal y Canto se erigía, así, en el límite norte de la Línea 2 y lo sería hasta la inauguración de Patronato, al otro lado del Mapocho, en 2004.

Al año siguiente de capturada esta imagen, la revista Eure publicó un texto de Sergio Morales sobre el Metro. Allí, el investigador de SUR consigna una demanda mucho menor que la predicha por la firma de ingenieros que asesoró el estudio en el que se basaría el proyecto, llegando a “un tercio de la capacidad potencial”. A pesar de la subutilización, la empresa “muestra un exitoso manejo presupuestario, apareciendo como rentable. La explicación de este éxito aparece ligada a políticas de autofinanciamiento y reducción de personal, al mismo tiempo que al aumento de la productividad en el trabajo”.