Bancarrota otorga a Detroit oportunidad de resurgir tras décadas de abandono

Industrias de capital de riesgo y software podrían resucitar a la ciudad.

Por La Tercera

Por décadas, las luces de Detroit se han ido apagando. Los disturbios de los años 60 gatillaron olas migratorias a los suburbios y una década más tarde la llegada de automóviles importados de Japón sacudió su industria.

Pero incluso Dave Meador, de DTE Energy, un proveedor privado de servicio público, se sorprendió cuando se le pidió hacerse cargo de la iluminación de la ciudad.

Detroit conserva las huellas de sus glorias pasadas. El centro tiene rascacielos art déco, suburbios con imponentes mansiones con torreones, y una ribera de río que debería ser llenada con departamentos de lujo.

Pero aunque el anuncio del jueves del director de emergencias de la ciudad, Kevyn Orr, de declararse en quiebra parece repentino, la decisión estaba pendiente por más de una década.

Otras ciudades estadounidenses han estado cerca del colapso, como Nueva York, Pittsburgh y Baltimore, y en mayor o menor grado han tenido una reactivación.

Pero los viejos problemas de Detroit y sus US$ 18 mil millones de deuda son un caso especial, con difíciles desafíos económicos y una historia de malos manejos y corrupción que hacen imposible una solución rápida.

Tras haber ayudado a rescatar a la industria automotriz con plantas en la ciudad y en los suburbios y estados cercanos, la Casa Blanca ha dejado claro que esta vez no será parte de un rescate.

En una suave declaración emitida tras el anuncio de quiebra, la Casa Blanca dijo que el Presidente Obama estaba “monitoreando de cerca la situación”, y dejó en claro que cualquier solución estaba en manos de los dirigentes y acreedores locales.

La recesión en cámara lenta de Detroit ha ido en paralelo y, a la vez, ha sido motivada por el despoblamiento que ha destruido la base tributaria de la ciudad. El despoblamiento ha caído de un máximo de casi dos millones de personas en los años 50 a menos de 700 mil, cayendo en un cuarto desde 2000.

Detroit es el rostro de la vieja economía, con sus raíces en la industria automotriz. Pero ésta ya no es más considerada así, un cambio que podría ofrecer un camino para salir de la insolvencia. Los cerebros de los vehículos, los sistemas electrónicos, constituyen tecnología de peso que ante los ojos de algunos líderes empresariales otorgan a la ciudad la oportunidad de crear sus propias empresas de capital de riesgo y de industrias de software y de servicios.

Muchos consideran que la bancarrota es menos un símbolo de décadas de abandono que una manera de resurgir.