Observatorio Urbano Vinculante, Valparaíso 2036

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Por Daniel Morales Escudero. Arquitecto independiente molo.cl. Secretario General del Colegio de Arquitectos de Valparaíso y Activo colaborador del movimiento Puerto Para Ciudadanos.

En 1536, Alonso de Quintero a bordo del mítico Santiaguillo naufraga frente a las costas de lo que hoy es la plaza Echaurren, Desde tierra firme Juan de Saavedra, quien tenía la misión de reconocer el sitio donde había recalado la nave, fue quien nombra esta bahía como Valparaíso en honor a su pueblo natal. Este acontecimiento marca en gran medida destino de la ciudad, la cual no se funda ni se planifica, asociando su existencia y desarrollo más bien al azar, la espontaneidad y en muchos casos a la improvisación.

Al cumplirse diez años de recibir la declaración de Patrimonio de la Humanidad, diversas entidades, personajes y autoridades locales han dejado impresas sus opiniones y reflexiones haciendo un diagnostico del estado de la ciudad y sus intervenciones. En este mar de declaraciones y visiones retrospectivas de las implicancias de este nuevo estatus que obtuvo la ciudad, se logra entrever un proceso de aprendizaje y de acción que nos recuerdan este sino de la ciudad donde nuevamente el azar y la improvisación han dejado un gran número de preguntas capitales desatendidas y hemos ido descubriendo enormes vacios legales, políticas públicas ambiguas, ausencia de liderazgos, burocratización de los mecanismos de planificación y aprobación de proyectos, todo lo cual ha conllevado finalmente a la frustración y desconfianza del porteño que no ha logrado satisfacer sus altas expectativas creadas.

De esta manera deberíamos aceptar que el título nos llegó repentinamente y la ciudad no estaba preparada ni contó con la respectiva capacitación para la importancia de esta singular distinción. Con el paso del tiempo logramos entender que el valor de la ciudad no está solo en su casco histórico, sino que es todo el anfiteatro el que goza de un incalculable valor urbanístico, donde cada persona puede sentir que es parte de un espectáculo inagotable.

Es por esto que los invito a plantearse sobre el futuro de la ciudad para no caer así en el inevitable análisis circular, en la crítica tardía y la autocrítica que todos nos debemos hacer. Valparaíso en este momento se encuentra en un momento clave y decisivo para construir de manera correcta su -hasta ahora- inexistente hoja de ruta, definir sus vocaciones y proyectarse como una ciudad que puede resolver sus conflictos de forma inteligente e integrada.

En el último tiempo, el concepto de observatorio está en boca de muchos, tanto en el mundo académico, político, gremial y ciudadano. Para ciudades complejas como Valparaíso, cada vez se hace más necesario contar con un espacio donde se pueda exponer, debatir e informar oportuna y adecuadamente las ideas y los proyectos que conforman su devenir. Es por esto que el Colegio de Arquitectos de Valparaíso, entendiendo la importancia y la urgencia que para la ciudad tendría la existencia de un espacio con estas características, incorporó en su agenda el desarrollo de esta temática con el fin de aunar voluntades para concretar lo que por el momento se ha denominado como “Observatorio Urbano Vinculante, Valparaíso 2036”, que consiste en un espacio físico, central, abierto al público, que contiene principalmente una maqueta escala 1:500 de toda la ciudad donde los proyectos de gran envergadura se presenten a la comunidad insertando simulaciones a escala de las distintas propuestas, además de la existencia de salas y auditorios equipados para que los autores puedan exponer abierta y transparentemente los alcances de cada iniciativa. El observatorio además debe contar con salas de exposición permanente, un centro de documentación y distribución de informativos sobre los nuevos debates y contingencias. Los principales objetivos debieran ser, entre otros, la formulación de un plan urbanístico estratégico para la ciudad del cual se derive un plan de inversiones publico/privadas, generar políticas públicas acordes a las reales necesidades de la comuna en base a nuestra identidad local y principalmente dotar a la ciudadanía de herramientas de participación real y vinculante, junto con herramientas de monitoreo a proyectos en curso, de modo que los productos que de allí emanen le den cuerpo y alma al proyecto colectivo de ciudad deseada.

Espacios como este existen en las principales ciudades del mundo y son fundamentales para los procesos de planificación territorial, ambiental, energética, abarcando desde los problemas de movilidad urbana hasta la confección de instrumentos para medir la salud ambiental y la calidad de vida. En ciudades como Berlín, que cuenta con la suya, las ventajas han sido enormes, ya que se ha demostrado que por el sólo hecho de existir un lugar con estas características, se eleva automáticamente la calidad de los proyectos e inevitablemente el nivel del debate y por ende se logra resguardar de mejor manera que el destino de la ciudad quede en manos de sus habitantes y no a merced del mercado y a la falta de regulación apropiada. Así podremos en base al acuerdo y al consenso ciudadano, empezar a dar respuestas a cada una de las preguntas capitales desatendidas y sabremos responder claramente cuál es la ciudad que queremos, cómo queremos financiamos, qué queremos hacer con nuestro valioso borde costero, cómo queremos nuestras plazas, etc. Para llegar así a los 500 años del descubrimiento de Valparaíso, celebrando una “Joya” de ciudad, en vez de conmemorar simplemente, un naufragio.

Edificio Cousiño, hoy como DUOC es un ejemplo de una catástrofe revertida

Taller de arquitectura USM, el trabajo académico de intervenciones retroactivas sobre proyectos existentes demuestra que un mismo edificio, con el mismo uso y programa arquitectónico, pudo haber generado enormes beneficios a la ciudad, en este caso el edificio Portal Valparaíso se rediseña el acceso peatonal ubicándolo en línea con el ascensor dejándolo como protagonista, a diferencia de lo existente donde esté quedó completamente anulado.

El respeto que se da entre vecinos versus la irreverencia de las nuevas construcciones en altura en los cerros.

Imagen de la maqueta del Observatorio Urbano de Berlín (Stadtmodelle)


Enviado a Plataforma Urbana por su autor Daniel Morales. Publicado originalmente en el martutino.cl