Temuco echa humo

Por Nicolás Gutiérrez, El Mercurio. (15/06/13)

No recuerdan bien cuándo ni cómo la leña, el combustible usado por siglos en el sur, se convirtió en un arma de doble filo. Picazón en los ojos, respiración ahogada y una humareda impregnada en la ropa son ya cosa de cada invierno. Es la nube negra de los temuquenses.

La visibilidad no supera los tres metros. Los vehículos avanzan con luces altas y algunos utilizan las intermitentes para evitar cualquier roce o accidente. No es de noche, pero la espesa capa blanca -mezcla de bruma y humo- que cubre Temuco se hace sentir en avenida Recabarren, parte de la ruta del colectivo de la línea 25 que conduce Edgardo. Dice que ha estado así todas estas noches, pero que hoy debe extremar el cuidado e ir lento porque pueden venir algunos “copeteados”.

Hace menos de media hora terminó el partido de Chile con Bolivia y los pasajeros comentan que solo por eso hay un poco de gente en la calle. Los 3 grados Celsius tampoco ayudan.

-Los otros días no andaba nadie, uno que otro. No sé si por hacer caso a eso de no salir en las horas de más contaminación, porque igual el frío no hay quien lo aguante.

Es martes, el tercer día seguido en que la calidad del aire llega a niveles de Emergencia Ambiental. Los dos días siguientes la cosa no mejora: pese a que baja el material particulado PM 2,5, igual alcanza categoría de Preemergencia.

Los habitantes de la conurbación de Temuco-Padre Las Casas tienen claro que el principal culpable es la combustión de leña para calefacción, empeorada por utilizar palos húmedos y el mal uso de los calefactores.

-Esto debe haber empezado a notarse hace unos cinco años, ahí empecé a sentir de verdad el humo. Antes igual se hablaba de contaminación, pero no tanto como ahora.

Edisoni Alveal habla mientras espera con su hijo de un año y medio su turno con el pediatra. El niño tiene bronquitis crónica. Cuenta que lo lleva al jardín en la mañana bien tapado, y que después de las 18:00 horas no lo saca más de la casa.

Es que los peaks de material particulado fino se registran casi siempre entre esa hora y la medianoche, cuando hay casi 90 mil estufas a leña encendidas en la ciudad. De acuerdo a la norma que entró en vigencia el año pasado, la concentración promedio diaria de PM 2,5 no debe exceder los 50 microgramos por metro cúbico (ug/m {+3} ), lo que se considera Bueno. Mas de 110 es Preemergencia y sobre 170, Emergencia, los dos estados que reinaron esta semana. No en vano Temuco fue declarado por el Ministerio de Medio Ambiente como “Zona Saturada” en mayo pasado.

Si el panorama de los últimos siete días se bautizó como “terremoto negro”, los expertos han llamado a las fuentes de contaminación “el monstruo de las 90 mil cabezas”. Que sean tantos los emisores complica el tema, por la cantidad de personas que deben tomar conciencia y por lo difícil que se hace fiscalizar.

Lo resume bien Luis Díaz, director de la Unidad de Calidad del Aire de la Universidad Católica de Temuco:

-En el sur el consumo de leña es un tema cultural, está arraigado en las familias. Mucha gente prefiere tener una cocina amplia y alrededor de la cocina a leña la gente se reúne. Desarraigar eso es difícil.

En Temuco se consumen entre 4 y 5 metros cúbicos de leña por persona cada invierno. Son 450 mil que se usan anualmente y la mayoría de los locales dice vender leña seca y no verde, que es más barata y echa más humo.

-Compramos leña seca, o que se supone seca, y pagamos 26 mil pesos. Igual uno nunca sabe qué está comprando.

El de Rebeca Palma (40) es un testimonio que se repite. Porque hasta los medianamente expertos se equivocan y hay mucho comercio informal, en camiones que van a los barrios o venta por sacos. Para no pocos, la leña con sello de certificación no es opción, porque cuesta hasta $10 mil más.

Para el administrador de un local de venta que prefiere no dar su nombre, el problema es que también la gente ocupa muy mal sus calefactores.

-La mayoría “ahoga” la estufa, porque pone los troncos y cierra el tiraje para que dure más la leña. No sabe que eso da menos calor y lo único que logra es tirar humo. Lo mismo cuando se van a dormir: toman el palo más grueso y lo dejan puesto para tener brasas con qué encender en la mañana. Cierran el tiraje y se van. Y durante la noche no generan nada de calor y solo generan contaminación durante horas.

En esas condiciones es que a veces los peaks se elevan por algunos minutos a más de 500 ug/m {+3} , cuando no hay gente en la calle. Sin embargo, el finísimo polvo 2,5 sigue suspendido en el aire y mientras más frío hace, más se cristaliza. Y con más frío, más tiempo se encienden los calefactores.

-El material es tan fino que puede colarse por cualquier parte, por lo que si se midieran, creo que los índices dentro de los mismos hogares sería bastante alto -afirma Díaz.

Con el PM 2,5 las vías respiratorias se irritan, las partículas se alojan directo en los pulmones y la vulnerabilidad ante cualquier virus aumenta. Por eso la autoridad recomendó esta semana usar mascarillas y los colegios suspendieron las actividades físicas al aire libre.

-Es complicado adaptar las clases porque los niños quieren liberar energías. Les he explicado el tema de las partículas, pero ellos insisten en correr -comenta Rogelio Mardones, profesor de educación física del Liceo Adventista, quien ha tenido que ingeniárselas con clases teóricas.

Sara Núñez tiene 14 años y está en 1° medio. Asegura que nunca ha sido enfermiza, que asistió al colegio algunos días incluso con gripe, pero que desde el martes ya no pudo más. El jueves es una más de las que espera atención en la sala de urgencia del Hospital de Temuco, donde las consultas por afecciones respiratorias pasaron de 150 a más de 200 al día. Detrás de su mascarilla dice que le duele tragar y le pican garganta y oídos.

Otros han alterado sus rutinas. Rebeca Palma trabaja como nana y solía ir a trabajar en bicicleta desde su casa. Ya no: “empecé a ir en micro porque me cansaba, me ahogaba y tenía que avanzar a ratos a pie. Además pican mucho los ojos”.