MOP levanta puente para evitar que niños crucen en balsa el río Perquilauquén para ir al colegio

Por Sergio Bustos, El Mercurio.

Obras concluirán en el verano del próximo año:

Nuevo viaducto de 116 metros de largo, unirá las regiones del Maule y Biobío y además potenciará el turismo en ambas zonas.

Son cerca de 200 los niños y trabajadores que a diario cruzan en una balsa las aguas del río Perquilauquén, curso fluvial divide, en la precordillera, a las regiones del Maule (Provincia de Linares) y Biobío (Provincia de Ñuble).

Para poner en movimiento la embarcación, sus tripulantes no sólo deben tirar con fuerza la cadena metálica que los llevará hasta la otra ribera, sino que también deben permanecer alertas y mantener el equilibrio para evitar un volcamiento.

La mayoría de los usuarios son de la comuna de San Fabián de Alico, Bío-Bío, que a partir de las 06.45 de la mañana llegan desde sus hogares, en el sector de Trabuncura, para iniciar la peligrosa travesía que los llevará hasta Parral, en el Maule. Cuando se registran lluvias, la turbulencia hace imposible cruzar en balsa y se recurre a un carro colgante. Otro peligro.

Por eso el MOP inició las obras de construcción de un puente en el sector, que con una longitud de 116 metro de largo y $592 millones de inversión, hará que este sea el último invierno en que se utilice este recurso para la conectividad de los habitantes del sector. Las obras concluirán en el verano del próximo año.

Para Thomas Schnellenkamp, directivo de Abratec, una de las empresas del complejo, el puente representa una oportunidad para reforzar la llegada de turistas. “Será el último invierno con temor y riesgo” dice. Este sentimiento es compartido entre quienes utilizan la balsa diariamente.

El esfuerzo de cruzar

“Con las heladas, las manos llegan a quedar rojas. Hay que tirar con fuerza para cruzar en menos tiempo y evitar algún accidente”, cuenta Claudio González, de 13 años. Él es parte de los escolares que a diario suben a la balsa para llegar a la escuela de la Villa Baviera donde estudian.

Además, son cerca de 150 los hombres y mujeres que laboran desde 2008 en diversas áreas productivas, en la ex Colonia Dignidad. Ello, luego de la apertura turística y comercial del ex enclave germano. Aunque son solo unos 50 metros navegables la distancia que recorre la frágil embarcación, “el río es bravo y peligroso. Ha caído gente al río y ha sido un milagro que no ha muerto nadie. Por eso el puente nos cambiará la vida”, dice el trabajador forestal Patricio Yáñez (50), habitante de Flor de Quigüa, distante 14 km del río.

“Se generará una sinergia entre quienes visitan nuestra comuna, la cuna del artista Nicanor Parra, ubicada entre ríos y montañas, y aquellos turistas que llegan al hotel en Villa Baviera”, proyecta Lorena Jardua, alcaldesa de San Fabián de Alico.

A su vez, el MOP estudia dar continuidad a la ruta precordillerana que une las provincias de Curicó, Talca y Linares a través del megapuente que se construye sobre el río Maule (1.567 metros).

“La idea es llegar hasta la Región del Biobío, y el puente Trabuncura es una alternativa de trazado para el futuro diseño de esas obras”, explica el ministro (s) del MOP Lucas Palacios.