Metro descarta expropiación en jardines del ex Congreso Nacional

La empresa pretendía crear ahí un acceso para la estación Plaza de Armas de la Línea 3.

Por Darío Zambra, La Tercera

A mediados del año pasado, un grupo de ejecutivos de Metro llegó hasta la ex sede del Congreso Nacional, en el centro de Santiago. Ahí se reunieron con Nicolás Monckeberg, presidente de la Cámara Diputados, la institución que administra el edificio neoclásico de calle Compañía y que se inauguró en 1876.

En el encuentro, los representantes de la empresa estatal le presentaron el trazado de la futura Línea 3, que irá desde Huechuraba hasta La Reina. Como ésta pasará por el casco histórico de la ciudad, a través de Bandera, le informaron al parlamentario que en la esquina de esa calle con Catedral, en la vereda norponiente, se construiría una nueva estación llamada como su “hermana”, Plaza de Armas, y estaría conectada con ella a través de un túnel peatonal (ver infografía).

Le informaron eso y algo más: que crearían otro acceso peatonal en la zona nororiente de los jardines del ex Congreso, a pasos de la pileta de los querubines. “Me contaron que para hacer eso, debían expropiar 600 m2 de las áreas verdes”, cuenta el diputado.

Pero había un problema: sobre los jardines pesaba una condición patrimonial. Diseñados a fines del siglo XIX por Guillermo Renner -paisajista francés también autor del parque Cousiño, el actual O’Higgins-, alhajado con estatuas traídas desde Francia en el siglo XIX y dueño de árboles añosos en sus 2.700 m2, estaba declarado Monumento Histórico.

Es por eso que la idea de expropiar estas áreas verdes fue recientemente descartada por Metro. Mientras tanto, la empresa seguirá ejecutando la ingeniería básica de todas las estaciones de la Línea 3.

El gerente comercial y de Asuntos Corporativos de Metro, Alvaro Caballero, explica que ahora el acceso peatonal estará frente al ex edificio legislativo, casi en la esquina suroriente de Bandera con Compañía. “Después de analizarlo, vimos que era la alternativa más adecuada. De esa forma, no tendrán que intervenirse los jardines del ex Congreso”, agrega el ejecutivo.

Una de las razones que pesó en esta decisión fue la negativa del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), que le dio el valor patrimonial al recinto en 1976. Esta entidad advirtió hace un tiempo, en el proceso de evaluación de la Declaración de Impacto Ambiental presentada por Metro, la imposibilidad de ejecutar obras en el lugar.

“Todo el recinto está protegido y sus jardines son de los pocos que conservan la estampa clásica de fines del siglo XIX. Por eso le pedimos a la empresa que lo mantuviera excluido de sus excavaciones”, afirma el secretario ejecutivo del CMN, Emilio de la Cerda.

“Fue la decisión correcta, porque estas áreas verdes son centenarias y muy valiosas”, sostiene el diputado Nicolás Monckeberg. “La idea de construir el acceso ahí era inaceptable y no había ninguna posibilidad de tocar ese sector”, agrega Jorge Atria, ex integrante del CMN.

Precisamente, este último arquitecto lidera el equipo profesional que está elaborando un estudio para conocer el impacto que tendrá la Línea 3 sobre 27 edificios de alto valor patrimonial repartidos a lo largo del trazado. Se trata de inmuebles que estarán cerca de los nuevos túneles y galerías que se cavarán, entre ellos, el ex Congreso, la Catedral, los Tribunales de Justicia, el Museo de Arte Precolombino y la Bolsa de Comercio.

Esa investigación se la exigió el CMN a Metro, con el fin de saber cómo podría afectarse la integridad estructural de estos edificios con las obras. “Los túneles estarán a 30 metros bajo la superficie, lejos de las fundaciones de estos inmuebles, pero todos modos estaremos monitoreando su estado antes, durante y después de las obras”, explica Alvaro Caballero.

El estudio partió hace un mes e incluye inspecciones del equipo profesional en cada uno de los edificios. Sus resultados estarán listos en marzo próximo.