Más de 180 mil personas se abastecen de agua potable con camiones aljibe debido a la sequía

Por M. ROVANO, S. BUSTOS y N. GUTIÉRREZ, El Mercurio

Este año, Onemi ha entregado más de 234 millones de litros entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos:

Más de 180 mil personas se abastecen de agua potable con camiones aljibe debido a la sequía

Los principales afectados son los habitantes de zonas rurales, donde pozos y napas están prácticamente secos por la falta de lluvias. En algunos casos, subsisten con seis veces menos agua que alguien que vive en una ciudad. Y tiene que alcanzar para todo.

“Estamos vivos porque Dios nos tiene piedad”. Amperia Dinamarca no oculta la resignación en sus palabras al tratar de graficar su situación.

Vecina de Planilla, zona rural de La Serena, ella y su familia de 12 personas viven con 200 litros de agua a la semana, que reciben de un camión aljibe. Eso es un promedio de 28 l diarios, muy lejos (6,5 veces menos) de los 182,5 l que, según datos de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), usa en promedio un habitante de una ciudad.

Ni la situación de Amperia Dinamarca ni la de Planilla son hechos aislados. De acuerdo a las cifras que maneja la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), en Chile hay 183 mil personas que requieren ayuda para el abastecimiento de agua potable, entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos (ver tabla).

Esto, a raíz de la sequía que afecta a gran parte del país, y que tiene a las napas y pozos prácticamente secos en los sectores rurales, las zonas más afectadas. “Tratamos de ahorrar al máximo para tener qué tomar”, dice Amperia Dinamarca.

El director nacional de Onemi, Benjamín Chacana, afirma que “se están agotando los pozos, hay disminución de agua en las napas subterráneas y también tenemos reducción en los caudales de los ríos. El principal aporte de nosotros, como Onemi, es la ayuda a la gente que carece de agua potable para consumo”.

234 millones de litros

Hoy, cientos de camiones aljibe recorren pueblos, pequeños predios y parcelas repartiendo agua potable. Sólo la Onemi dispone de 118 vehículos, que entre enero y noviembre de este año han distribuido 234 millones 576 mil litros de agua potable, con un costo de $5.200 millones, ayuda canalizada a través de intendencias y municipios.

Sin ellos, estas familias no tendrían agua potable para realizar sus actividades básicas, aunque varios reclaman que eso no les alcanza. Algunos, como Juan Pacheco, habitante del sector Los Corrales, en La Serena, han tenido que recurrir a métodos inusuales para subsistir.

“Los 900 litros que recibo los reservo para las necesidades vitales de la familia, pero para regar mis cultivos hice un curso donde nos enseñaron a que podemos usar la orina, porque como tiene harto fósforo, sirve de abono, así que acá todo se recicla”, explica.

La región donde el mayor número de habitantes depende de camiones aljibe para abastecerse de agua es La Araucanía, con 41.320 personas. Allí sus 32 comunas cuentan desde hace más de cinco años con su respectivo camión aljibe de 10 mil litros, para paliar la sequía estacional.

Pero desde hace dos años la situación empezó a recrudecer y los pozos utilizados en las zonas rurales para consumo en viviendas, ganado y regadío recuperaron sólo un porcentaje mínimo de su capacidad usual. La intendencia debió destinar recursos para contar con otros 29 camiones de cinco mil litros que durante 2012 se mantuvieron entregando agua durante el año.

“Antiguamente, esto era un fenómeno sólo estacional, se repartía agua entre diciembre y abril, pero esto se fue extendiendo hasta llegar a lo que se vivió este año”, explica Janet Medrano, profesional de apoyo de Onemi en esa región.

Los camiones, según las condiciones de los caminos y el nivel de sequía, hacen rondas con diferencia de tres a diez días, y de acuerdo al grupo familiar dejan entre 200 y 1.000 litros de abastecimiento, los que son almacenados principalmente en tambores plásticos.

Otra de las regiones afectadas es Maule, con más de 18 mil personas afectadas y donde la Onemi reparte un promedio de 10 mil litros diarios de agua, en 18 comunas afectadas por la sequía. Esto sin contar que otros 12 municipios también hacen lo propio con sus camiones aljibe.

“Terremoto afectó”

Allí, una de las zonas más golpeadas es la del secano de la comuna de San Javier, donde por primera vez el reparto de agua en camiones aljibe se ha extendido durante todo el año. En el sector Ranchillo, los vecinos deben ingeniárselas para dosificar el líquido. “Se lava la ropa una sola vez, para que alcance para cocinar y el baño de los niños”, cuenta Margarita Gutiérrez.

En el mismo lugar, Edilia Albornoz (86) afirma que “este año sí que lo hemos sufrido. Estamos haciendo una noria y ya vamos en los ocho metros de profundidad, y aún no aparece el agua”.

Además de la sequía, los afectados por la falta de agua en la zona apuntan a otro responsable de sus penurias: el terremoto del 27 de febrero de 2010. “Después del sismo las napas subterráneas se movieron y donde antes quedaba un poco de agua, ahora sencillamente no hay nada”, dice Javier Orellana.

“Aparte de dejar la casa toda trizada, el terremoto nos quitó la poca agüita que iba quedando, porque las napas se hundieron más abajo en la tierra”, coincide Waldina Vergara (93). Mientras, y al igual que en otras regiones, los habitantes de esta zona afirman que la situación está lejos de mejorar. “Las norias y vertientes están secas. Es tremendo, y esto se agrava cada día”, dice Luis Farías (65), mientras llena sus estanques con 800 l de agua para la semana.