Costanera Sur: la autopista de 30 km que lleva 50 años sin concretarse

por Patricio Cofré, La Tercera

Incluida en las planificaciones urbanas de los años 60, todavía tiene tramos sin diseño.

Costanera Sur con calle del Bicentenario. La señalética de tránsito ubicada en esa intersección de la comuna de Lo Barnechea es clara: los autos pueden trasladarse en ambos sentidos de la vía. Sin embargo, la ruta no tiene continuidad. Hacia el oriente, a 300 metros, se transforma en Escrivá de Balaguer Norte y hacia el poniente choca con un muro de 5 metros de altura.

Han pasado cinco décadas desde que la Costanera Sur fuera proyectada como uno de los trazados más relevantes para unir varias comunas de la ciudad, pero hasta ahora no se ha concretado. Existen tramos que no cumplen con los estándares bajo los que había sido proyectada, otros aún no han sido habilitados y algunos ni siquiera han sido diseñados.La iniciativa se incluyó en el Plan Regulador Intercomunal (PRI) de 1960, la primera herramienta de orden urbano de la capital.

“En esos años comenzó a analizarse la conectividad de Santiago y para cumplir ese objetivo se determinó que debían existir vías como el anillo Américo Vespucio, la Norte-Sur y un sistema de costaneras por la ribera del río. Esas serían las vías estructurantes de la ciudad”, explica Iván Poduje, arquitecto y socio de la oficina de estudios y proyectos urbanos Atisba.

Durante los 70 se realizó un plan de autopistas en el que también estaba contemplada Costanera Sur. Pero fue recién con la elaboración del Plan Regulador Metropolitano (PRMS) de 1994 donde se definieron las fajas viales para construirla.

Ahí se estableció que se trataría de una autopista pública gratuita que uniría 30 kilómetros de Santiago por el lado sur del río Mapocho. Conectaría Américo Vespucio en Cerro Navia, hasta la Plaza San Enrique en Lo Barnechea. Tendría dos pistas por sentido, semáforos y una velocidad máxima de 70 kilómetros por hora.

Poco después, en 1997, el ministro de Vivienda de la época, Sergio Henríquez, anunciaba el inicio de las obras. “De aquí a dos años y medio tendremos conectado desde el puente San Enrique, en El Arrayán, hasta Américo Vespucio en la zona poniente”, aseguraba.

Pocos avances

Algunos tramos de lo que en esa época consideró la Costanera Sur hoy tienen otros nombres. Avenida Andrés Bello, Cardenal Caro, Balmaceda y Escrivá de Balaguer son parte del trazado.

“No existe la avenida urbana como fue concebida, salvo en las comunas de Santiago, Providencia y Vitacura. En Las Condes tiene tramos faltantes y en el poniente es una calle de menor estándar y está interrumpida entre Matucana y la Autopista Central”, analiza Poduje.

Actualmente, la Costanera Sur cuenta con dos pistas entre Américo Vespucio y Carrascal. Según Serviu, organismo a cargo de los proyectos en el sector, ya comenzó la licitación para diseñar el tramo con los estándares necesarios.

Desde allí, hasta Balmaceda existen dos kilómetros que se encuentran en conflicto. La obra, que cuenta con un puente y dos vías por sentido, tiene gran parte lista. Un litigio legal por la propiedad de un segmento de 400 metros en medio de la carretera, ha impedido concluir los trabajos y habilitar el tránsito de vehículos.

Zona oriente

En el otro extremo de la ciudad, en tanto, hay diferencias radicales. Mientras Lo Barnechea no tiene proyectos para el eje, uno de los puntos que avanza en su construcción es el segmento de casi tres kilómetros que es parte de las mitigaciones que debe realizar Parque Titanium, luego de llegar a un convenio con el Ministerio de Obras Públicas.

Ahí se construirán tres pistas por lado entre Nueva Tajamar y el puente Lo Saldes. Entre ese punto e Isabel Montt, por detrás del Parque Bicentenario de Vitacura, irán dos pistas. Todavía no existe claridad con la fecha de inauguración del sector.

En Vitacura tienen proyectos para ampliar Escrivá de Balaguer, incluida una platabanda sobre el río en la zona del Sport Francés.

“Claramente hoy no es una alternativa ni para la conectividad de la ciudad, ni ayuda a solucionar problemas viales porque no se ha desarrollado el proyecto en su totalidad”, concluye Carlos Melo, ingeniero en Transportes de la UDP.