Construirán cárcel en medio del desierto para reemplazar al penal más hacinado de Chile

Por ÓSCAR SAAVEDRA y RODRIGO ÁLVAREZ, El Mercurio

“El Arenal”, en la Región de Atacama, es un símil de un recinto en el desierto de Mojave, en EE.UU.:

Reos estudiarán o trabajarán a diario. Su capacidad será doce veces mayor que la cárcel de Copiapó, afectada actualmente por sobrepoblación de 300%.

Los tres mil ochenta reos que albergará la cárcel “El Arenal”, el primero de los cuatro penales diseñados por el Gobierno para disminuir el hacinamiento que afecta al sistema penitenciario, serán vigilados las 24 horas del día por Gendarmería. Y dependiendo de su nivel de instrucción, deberán cursar estudios básicos, medios o técnicos, o trabajar en talleres o en la mantención del recinto.

Ninguno pasará sus horas de encierro como hoy lo hace la gran mayoría de los casi 49 mil reclusos que hay en el país, que se levantan sólo para esperar que transcurra la jornada. Y así, los meses y años de su condena.

La cárcel “El Arenal”, ubicada a 35 kilómetros de Copiapó en un terreno de 89 hectáreas en el sector Caserones, fue diseñada para que el 100% de los internos desarrolle una actividad diaria. Los nuevos penales, que según el plan gubernamental estarían en funcionamiento en 2016, se levantarán en terrenos con una superficie dos veces mayor que la de los establecimientos actuales, precisamente para levantar centros de capacitación e instalaciones de fábricas en su interior.

En el nuevo penal copiapino se recluirá a 1.680 hombres con bajo compromiso delictual, y a 1.400 que serán condenados de alta peligrosidad e imputados (en proceso de investigación, aún no sentenciados). Estarán separados por secciones, de acuerdo al o a los delitos por los que fueron condenados, el riesgo de fuga y grado de rehabilitación, entre otros factores.

“El Arenal” está basado en un penal de California (en EE.UU.), situado en el desierto de Mojave, con características geográficas y climáticas similares a las que presenta el norte del país.

El diseño de Gendarmería contempla piezas comunes para 100 internos, en las cuales hay una garita de vigilancia. Desde ahí, un gendarme observará por cámaras de seguridad a toda la sección. En promedio, cada reo tendrá un espacio de 29 m².

El penal también considerará comedores compartidos y una cocina central, que proveerá de alimentos a todos los reclusos y al personal de Gendarmería.

La lavandería funcionaría de la misma manera. Se pretende que los presos vistan un mismo uniforme (como los reclusos de Estados Unidos), el cual será limpiado y luego distribuido por esta unidad.

Hasta ahora, el programa del servicio penitenciario consigna un régimen de visita solamente los fines de semana.

Buscan empresas

Este penal reemplazará a la cárcel de Copiapó, que tiene la sobrepoblación penitenciaria más elevada, con un superávit que alcanza el 300%.

Se multiplicarán por doce las plazas hábiles para recibir internos. La seremi de Justicia en Atacama, Carolina Vilches, explica que “el recinto penal de Copiapó tiene capacidad para 250 personas, pero actualmente hay más de 800. Por eso que este proyecto es tan necesario”.

Agrega: “Lo que se busca es aprovechar el gran espacio del desierto, y contar con amplias instalaciones que permitan una rehabilitación real de los reos”.

Actualmente, el Gobierno efectúa un levantamiento de cuál es el tipo de industrias que podrían instalarse en este penal. Asimismo, la autoridad gestiona un plan de incentivos para que los empresarios construyan allí sus dependencias, como talleres de mueblería o carpintería.

La nueva cárcel implica una inversión de US$ 80 millones.

3.080 reos habitarán la nueva cárcel “El Arenal”; 1.600 serán de alta peligrosidad.

89 hectáreas tiene el terreno donde se edificará el penal, que tendrá una superficie construida de 48 mil m².