Pesimismo en El Salvador luego de postergación de proyectos mineros

Por Rodrigo Álvarez Malla, El Mercurio.

Desierto de Atacama:

Los habitantes de esta localidad están temerosos de un eventual cierre del campamento y desde ya anuncian movilizaciones.

El anuncio de Codelco de postergar los proyectos destinados a prolongar la vida del campamento minero El Salvador (Región de Atacama) ha generado un clima de desesperanza en la comunidad local. Preocupados por su futuro, los lugareños especulan respecto de la posibilidad de que dichas iniciativas nunca se concreten y se termine adelantando el cierre definitivo del asentamiento.

En la zona se perciben los altibajos anímicos a los que se han visto enfrentados sus habitantes. Hace siete años, Codelco anunció el cierre, para 2011, de su producción minera, y familias enteras comenzaron a emigrar de El Salvador. Con los planes de retiro y traslado “se fueron casi 300 trabajadores de planta junto a sus familias. Hoy quedamos poco más de mil”, dice Egidio Macías, dirigente de esos operarios y concejal de la comuna.

El último censo reveló que la población de Diego de Almagro, comuna donde se ubica el campamento, disminuyó 10,6% respecto de 2002; es decir, se fueron casi dos mil personas. Sin embargo, y atendiendo el alto impacto que generaría el cierre definitivo de esa división de Codelco, la cuprera estatal -bajo la presidencia de Diego Hernández- buscó, a través de los proyectos San Antonio Óxidos e Inca de Oro, asegurar unos 15 años más de vida útil para la faena.

Entonces volvió el optimismo social, y una ola de trabajadores comenzó a llenar las casas que dejaron muchas familias. Gonzalo Montes, peruano, fue uno de ellos. “Llegué hace 5 años, porque me dijeron que acá había mucho trabajo. El mineral se estaba acabando, pero había muchos proyectos para muchos años”, recuerda.

En este tiempo, la menor actividad económica en el pueblo igual se sintió. “En algunos locales, las ventas del comercio han bajado hasta en un 35% este último año. Hay más trabajadores, pero menos familias”, cuenta Fernando Vega, presidente de la cámara de comercio local.

En medio de este proceso, se rumoreó del posible cierre de una de las dos escuelas básicas de El Salvador, por falta de alumnos, lo que fue desmentido por la gerencia.

Y cuando había vuelto la tranquilidad, el anuncio del presidente ejecutivo de Codelco, Thomas Keller, de postergar los proyectos como consecuencia de los altos costos de la energía en la zona norte volvió a oscurecer el futuro en la localidad. “Primero nos decían que era por falta de mineral que iban a cerrar El Salvador, ahora nos dicen que es por falta de energía. Son excusas para decretar el cierre definitivo”, afirma Francisco Aguilar, dirigente sindical de los trabajadores contratistas de esa división.

Las banderas y los panfletos oponiéndose al fin del campamento volvieron a aparecer, y Aguilar pronostica que la tensión en la localidad va a ir en aumento. “Estamos preparando, con varias organizaciones sociales y sindicales, una gran acción social para defender a El Salvador”, cuenta.

“Tenemos varias herramientas para defendernos, como los paros o las marchas. Vamos a actuar si el Gobierno y la empresa persisten en el cierre”, complementa Egidio Macías.

El peruano Gonzalo Montes dice que está agradecido de El Salvador. Trabaja limpiando la plaza de la localidad, “pero con todo esto, ya es hora de partir”, dice.

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US$ 1.000 milloneses el costo del proyecto de expansión suspendido por Codelco.