Archipiélago de Chiloé recibe distinción como uno de los siete “Sitios Ingeniosos del Patrimonio Agrícola Mundial”

Por Soledad Neira Farías, El Mercurio.

En Castro, la FAO entregó sellos a las 10 comunas chilotas:

Productores irán a Italia a exponer sus técnicas ancestrales de cultivo, que les han permitido preservar productos únicos.

Como “Sitio Ingenioso del Patrimonio Agrícola Mundial” fue reconocido Chiloé por la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que en una ceremonia en Castro entregó sellos a los 10 municipios chilotes, oficializando así la elección realizada en Beijing (China).

Su biodiversidad y ancestrales técnicas de cultivo que han permitido que se conserven productos nativos puros -como 300 variedades de papas, el cordero y el caballo chilote, entre otros- catapultaron al archipiélago a este selecto grupo, en un proceso en el que competía con 200 postulantes. El sello les permitirá a los productores postular a fondos nacionales e internacionales para mejorar la comercialización y la preservación de especies únicas.

Son sólo dos en Latinoamérica, recalca Alan Bojanic, representante en Chile de la FAO. El otro es un corredor agrícola entre Puno y Cusco, en Perú, donde se mantiene la milenaria técnica del imperio Inca de cultivo en terrazas. La lista se completa con sistemas en Túnez, Tanzania, Kenia, Filipinas y China.

Bojanic destaca las particularidades de Chiloé, como que el trigo mantiene características de hace 400 años, muy escasas en el mundo. Su condición insular; suelos ricos, “impresionantemente buenos para el cultivo de papas, y el tipo de clima han ayudado”, dice.

Lo mismo ocurre con especies forestales, en las que hay una contribución muy interesante, recalca.

Tan relevante es la experiencia, que el 23 de octubre un grupo de productores chilotes viajará a Italia a exponer las ancestrales técnicas.

Cecilia Guineo es una de las productoras de Ancud que irán a Europa a exponer sus métodos. “No podemos llevar papas, pero vamos a llevar fotos para mostrar nuestra labor”, dice la mujer, quien empezó a trabajar la tierra con sus abuelos, cuando tenía siete años, hace ya 30.

Trabajo compartido

Su familia es un buen ejemplo del tema cultural que reconoce la FAO. “Trabajamos todos, usamos todo lo que hay en el campo y en la playa. Y en el tiempo de la cosecha necesitamos ayuda. Cultivamos papas, ajo, hortalizas y producimos leche. Y en el tiempo de la cosecha, leche, cultivo de ajos, papas nativas y hortalizas, todo orgánico, libre de agroquímicos, porque siempre hemos fertilizado con algas”.

Además de fertilizantes naturales, ellos “han hecho un uso ingenioso del agua”, explica el intendente de Los Lagos, Juan Sebastián Montes, quien destaca también “el fuerte arraigo cultural que existe entre los chilotes, que los lleva a proteger lo que tienen, y eso es muy valioso. Por ello, los estamos apoyando con asistencia técnica”.

Los chilotes siguen compartiendo con sus vecinos desde las tareas agrícolas, como la siembra o la cosecha, hasta el curanto, o el yoco, una práctica del carneo de un animal que se reparte entre varias familias.

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300 variedades de papa se han preservado por siglos en la isla, además de otras especies únicas, como el ajo chilote.

200 sitios en el mundo presentaron antecedentes a la convocatoria.

10 municipios chilotes recibieron el sello de la FAO.