La importancia de comprender y aplicar políticas energéticas en la empresa

Por El Mercurio.

Sustentabilidad y Cambio Climático de PwC Chile:

Los riesgos y oportunidades asociados a la gestión energética representan factores de éxito o fracaso para los proyectos y planes de desarrollo de las empresas Chilenas.

De acuerdo a las estadísticas económicas, ambientales y sociales presentadas por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en su “Factbook 2010 Economic Environmental and Social Statistics”, el crecimiento de un país en vías de desarrollo se encuentra fuertemente vinculado al incremento en el consumo energético. En este contexto, Chile se enfrenta a un desafío creciente para asegurar el abastecimiento de estos recursos estratégicos.

Se proyecta que el asegurar una transición a una economía desarrollada, representará un crecimiento progresivo en la demanda de energía. Así es como en el país se observa un creciente debate público sobre los diferentes escenarios de desarrollos de la matriz energética para asegurar el abastecimiento, integrando a un costo ambiental y social aceptable.

Frente a este escenario, es que la Eficiencia Energética (EE) surge como alternativa que permitiría el deseado desacople del desarrollo económico al consumo energético y concedería cierta independencia energética, tal como hoy la mantienen la mayoría de los países de la OCDE, a la cual Chile pertenece.

En febrero de 2012, el Gobierno de Chile lanzó la Estrategia Nacional de Energía 2012-2020 cuyo primer pilar corresponde a “adoptar un compromiso decidido con la eficiencia energética e impulsarla como una política pública de suma importancia en la búsqueda de una reducción del consumo y de desacople entre crecimiento y demanda energética”. Este pilar se materializa en el Plan de Acción de Eficiencia Energética 2012-2020 (PAEE) que compromete una reducción del 12% de la intensidad energética al año 2020 a través de la Eficiencia Energética.

Para ello, es indispensable la acción de los diferentes sectores industriales y de la población en general. En esta línea es que la norma ISO 50001 de Sistema de Gestión de la Energía (SGE), lanzada en junio de 2011, busca profesionalizar las prácticas de gestión de la energía en las organizaciones, proveyendo una estructura de procesos organizacionales que apunta a incrementar el control del desempeño energético y su mejora continua.

Eficiencia energética

Mathieu Vallart, Socio del área Sustentabilidad y Cambio Climático de PwC Chile, señala “desde el año 2010 hemos trabajado con la ISO 50001, cuando la norma aún se encontraba en borrador para discusión, pero es evidente que desde su lanzamiento oficial hay un mayor movimiento en el mercado. Interpretamos que la norma viene responder a una prioridad de las empresas Chilenas y ayuda a estructurar una respuesta a la inquietud sobre el uso eficiente de la energía. En la actualidad, dos empresas se han certificado en Chile según la norma ISO 50001 y se observa un importante movimiento empresarial en desplegar un plan de implementación de ésta, en la búsqueda de los beneficios de un Sistema de Gestión de la Energía formal.Un fuerte driver de las empresas al tomar la decisión de trabajar en medidas de Eficiencia Energética, es el ahorro de costos directos por la reducción de consumo de energía. Sin embargo, se observa que las principales barreras de las empresas para la implementación de un SGE son el foco en la producción, falta de sistemas de monitoreo, lo que se traduce en falta de información, o en otros casos, en falta de entendimiento de la información disponible para comprender el comportamiento energético y las medidas necesarias que mejoren el desempeño”.

El ejecutivo agrega: “Por otra parte, la implementación de un SGE involucra la movilización de recursos monetarios pero también de horas hombre del personal de la compañía para llevar a cabo el requerido proceso de cambio cultural, integrando el desempeño energético al proceso de toma de decisión de la organización. En esta línea, observamos que en estos procesos el análisis de costos y beneficios es clave, y los riesgos y oportunidades asociados a la gestión energética representan factores de éxito o fracaso para los proyectos y planes de desarrollo de muchas empresas Chilenas. Dentro de esto, podemos mencionar el impacto que podría tener tanto en la producción como en la reputación corporativa o de marca, por el uso responsable o irresponsable de recursos escasos, y posibles restricciones en el futuro que respondan a regulaciones asociadas directamente al uso de energía y agua, o indirectamente, a las emisiones de gases efecto invernadero”.

“Finalmente”, concluye el Socio de PwC Chile, “hacerse cargo del uso eficiente de los recursos estratégicos responde a una lógica de conducta responsable del negocio, el beneficio o castigo en competitividad impacta directamente y crecientemente los estados de resultados de las compañías y tiene externalidades crecientes en reputación corporativa, posición de marca, acceso a mercados, entre otros”.

No es casual que el diseño de la norma se enmarque en un espíritu que apunta a que la eficiencia energética y la implementación de un sistema de gestión de la energía responda a una decisión de negocio y nazca de la alta gerencia y, desde ahí, permee al resto de la organización.