Pobladores de Paso El León arriesgan otra vez su vida para cruzar río

Por Soledad Neira, El Mercurio

Pasarela colapsó en la cordillera de Llanquihue:

Debieron volver a usar un oxidado andarivel para atravesar el río Manso, única forma de llegar a Argentina, donde se abastecen.

“Retrocedimos 12 años, cuando menos, pero ahora con mucho más riesgo en ese carro oxidado”, dice René Montero, presidente de la Junta de Vecinos de Paso El León, una apartada localidad fronteriza a 2 kilómetros del límite con Argentina, en la zona cordillerana de la Provincia de Llanquihue, Región de Los Lagos.

Tras doce años de servicio, el 5 de julio pasado la única pasarela sobre el río Manso colapsó por el peso de la nieve, dejando a los pobladores aislados y obligándolos a recurrir al viejo carro que cruza colgando de un par de cables de acero.

“Era peligroso antes… ¡imagínese ahora, con esos cables todos oxidados! ¡Ni Dios lo quiera se vaya a cortar una punta, porque el cristiano que vaya cruzando se mata”, sostiene el dirigente.

Cincuenta familias viven de la otra orilla del Manso, y cruzar el río es la única forma que estas personas tienen para abastecerse en El Bolsón o Bariloche, en Argentina, porque por territorio chileno no hay caminos.

La pasarela, de 86 metros, deberá ser reemplazada por otra colgante. Pero ante la emergencia, la Onemi está comprando un bote zódiac que podría ser llevado a la zona para que lo operen los propios pobladores o los carabineros. Pero a los vecinos les preocupa, porque “aquí nadie puede operar un bote, nadie tiene un permiso especial”, según manifiesta Montero.

“Tenemos entendido que en Carabineros hay un funcionario que tiene licencia de patrón de nave menor”, dice el alcalde de Cochamó, Carlos Soto, quien estuvo en la localidad recientemente con especialistas que fueron a tomar muestras del suelo para el proyecto que deben presentar al Gobierno Regional de Los Lagos para lograr una solución definitiva.

Mientras, los pobladores siguen haciendo malabares para cruzar el peligroso río Manso. Por lo menos alcanzan a ir en el día a El Bolsón o Bariloche, pero ir a cualquiera de los dos puntos es un enorme sacrificio económico, porque sólo el flete desde estas localidades al paso fronterizo puede costar 40 mil o más pesos chilenos.

“Y en una emergencia, que alguien se enferme, la única forma es el helicóptero, porque la pista que había aquí es corta y está en muy malas condiciones, dice Montero.