Todo el Chile está mirando al sol

Por Rosanna Cáceres Vergara. Estudiante Arquitectura UC

Entre las discusiones con respecto a la crisis energética mundial, la aprobación de las cinco centrales del proyecto Hidroaysén por parte de la Corte Suprema y el desarrollo de nuevas tecnologías sustentables, es valido y necesario preguntarse acerca del futuro panorama energético chileno tanto a corto como a largo plazo.

Ante esta interrogante, surgen nuevas luces de la mano de iniciativas generación de ERNC (Energías Renovables No Convencionales) en el norte de nuestro país, como por ejemplo, el proyecto “Pedro de Valdivia”, que fue presentado el día 28 de marzo, por el grupo español Iberoélica. ¿Cómo estamos potenciando la energía solar a través de las políticas energéticas?

Es el mayor proyecto de energía solar sometido a evaluación ambiental en el país. Comprende una planta termosolar de 360 MW, con una inversión cercana a los US$2.600 millones, de acuerdo a su Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Se ubicará en la comuna de Maria Elena, en Tocopilla (II Región) e incluye la instalación de dos líneas de transmisión de 220 KW de circuito doble y 5,5 km que discurren en paralelo, y una subestación eléctrica para interconectar con el SING (Sistema Interconectado del Norte Grande).

Pero este proyecto no camina por sí solo, ya que en esta zona (donde actualmente el 83,3% de la energía es producida a base de carbón), se espera que el 61% de los proyectos futuros considerados por el Centro de Despacho Económico de Carga (Cdec) para este año y hasta el 2017 produzcan energía solar. De los cuales, actualmente se están instalando 863 megawatts (MW) en paneles en Arica, Pica, Pozo Almonte, San Pedro de Atacama y el Salar de Huasco.

Todas estas plantas se instalan dentro del extremo norte del país, territorio que goza de unos de los mejores cielos del mundo, y que recibe en promedio 2.000 kWh/m2 año , cifra que se torna considerable cuando se compara con lo recibido por Alemania, el primer productor de energía solar en el mundo, cuyos territorios reciben alrededor de 1.200 kWh/año . El panorama es aún mejor cuando comparamos lo recibido por Alemania con todo nuestro territorio: Cada metro cuadrado de Chile recibe del sol entre 900 y 2.200 kWh de energía al año, donde lo recibido entre la IX y la X región es similar al territorio Alemán .

Considerando las diferencias económicas entre los países como uno de los factores para tal abismante diferencia, nuevamente es necesario reflexionar acerca de la coherencia de los planes energéticos que están actualmente en discusión, ya que claramente como país no estamos aprovechando nuestra posición como “potencia solar”, ya sea por la falta de políticas públicas adecuadas, que realmente impulsen el desarrollo de la energía solar, o porque como población no tenemos conciencia del potencial energético de nuestros cielos más allá del desierto.

Así, el la inversión, el tamaño y el aporte de energía al SING por parte de proyecto Pedro de Valdivia, se presentan como una iniciativa a imitar para las otras regiones del país, y como una alternativa viable y de menor impacto ambiental que las tradicionales hidro y termo eléctricas, para complementar el Sistema Interconectado Central.