Sismo reveló seis debilidades en el nuevo sistema de alerta ante emergencias

El protocolo que permite tomar decisiones a autoridades locales con la información en terreno funcionó por primera vez el domingo. “Hubo alerta, la levantaron, volvió, y al final fue levantada. No hay seguridad en la información”, criticó el alcalde de Constitución, Hugo Tillería.

por El Mercurio

148% se incrementó el tráfico de llamadas de voz tras el sismo del domingo respecto de un día normal.

211% subió el uso de mensajes de texto. Según la Subtel, el 80% llegó con éxito. Algunos SMS tardaron 5 minutos o más.

Tres compañías (Movistar, Claro y Entel) recibirán cargos por no entregar los datos que se exigen en emergencias.

Alarmas aún no están operando

4 En Pelluhue, en la costa del Maule, hay un sistema que avisa a la población para que evacue en caso de maremoto. Pero aún no funciona. “Se instaló hace un par de meses, pero no está habilitada porque no tiene el soporte técnico del SHOA y de Directemar”, dijo el capitán de puerto de Constitución, teniente 1° Andrés González.

Los módulos de alerta se activan automática o manualmente. Su alcance es de 1,8 millas (3.330 m). Tienen energía solar y una señal luminosa (baliza), y además emiten un ruido como sirena. “Tenemos que captar la mayor cantidad de información para que los analistas del SHOA determinen si activar o no la alarma (…) La alerta de tsunam i o de evacuación preventiva la debe emitir la Onemi, no el puerto de Constitución”, agregó González.

Los habitantes de Pelluhue no ocultaron su molestia porque no estaban operativas. “Gastaron mucha plata en esos postes y no sirvieron de nada”, dijo Jorge Acuña (32).

La desconfianza en la información oficial

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En la costa del Maule no esperaron las instrucciones de las autoridades para refugiarse en los cerros: salieron de sus casas por cuenta propia y en el camino se enteraban de retazos de información por vecinos y rumores. “Después del 27-F, ahora nos organizamos solos. Ya no le creemos a la Onemi ni al SHOA”, dijo Cindy Silva (24) en Curanipe. De paso, criticó los avisos disímiles de las autoridades respecto de las alertas. “La confusión de las autoridades te invalida para tomar decisiones. Al final, no sabes a dónde ir”, agregó.

El 90% de los 1.300 habitantes de Iloca y las localidades vecinas no esperó a Carabineros, que después del sismo alertó con megáfonos sobre la evacuación. Salieron de inmediato, por su cuenta. “Nadie es mago para saber si el mar de verdad no se va a salir”, dijo la mariscadora Paulina Pizarro (47). En Constitución, pocos hicieron caso a las autoridades cuando afirmaron que podían regresar a sus casas. “Preferimos prevenir que curar. Yo aún estoy afectada por lo de 2010; no me olvido de los muertos, y por eso ahora no dormimos”, dijo María Caripán.

Discrepancia de las autoridades locales por el recogimiento del mar

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La “apreciación visual” de que en Iloca el mar se recogió unos 40 metros motivó al director de la Onemi en el Maule, Carlos Bernales, a evacuar preventivamente la costa a las 21:45 horas del domingo. Según la Onemi, la información provino de Carabineros y pescadores de Iloca.

Pero mientras se evacuaba, el alcalde de Licantén, Héctor Quiero, decía que el mar no se recogía, sino que había una marea baja normal. Precisaba que había recorrido la costa y no veía anomalías.

Pensaba que la alerta fue de Carabineros, pero en Constitución autoridades marítimas afirmaron que un radioaficionado de Iloca avisó a una radio de Curicó que el mar se recogía. Al escuchar eso, volvieron a recorrer la costa, comprobando que sólo había una baja habitual en la marea. Tanto el edil como la Capitanía de Puerto atribuyeron la alerta al desconocimiento de la población.

Finalmente, a las 23:46 horas se levantó la evacuación que movilizó a más de nueve mil personas. Pese a ello, ayer en la mañana, 289 habitantes de la zona costera aún seguían en las zonas altas, temerosos de volver a sus casas.

Ya en la tarde, Sergio Barrientos, sismólogo de la U. de Chile, dijo que le habían reportado una variación de 2 cm en el mar. Mauricio Araneda, gobernador de San Antonio, añadió otro problema: según él, los municipios de San Antonio, Cartagena y El Tabo no respondieron a la alerta. En Cartagena, los equipos de radio estaban apagados y en El Tabo, guardados en oficinas, acusó.

La información más precisa llegó de EE.UU.

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Se demoró un par de minutos más, pero el Servicio Geográfico de Estados Unidos (USGS) dio una información mucho más precisa de la magnitud del sismo desde el comienzo. La primera aproximación que hizo fue de 7,4° Richter, corrigió a 7,2 y finalmente se quedó con 7,1. Todo esto antes de las 20:00 horas del domingo.

Al contrario, la página web del Servicio Sismológico de la Universidad de Chile entregó cuatro cifras diferentes hasta llegar al 7,0 definitivo. Es decir, para la ciudadanía resultó mejor consultar la información de la USGS que la generada por los especialistas locales.

Además, unos minutos después del temblor, tanto el portal del Servicio Sismológico de la U. de Chile como la página web del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) colapsaron y resultó imposible conocer más antecedentes, justo cuando se hablaba de que el sismo no había sido de 5,8°, sino cercano a los 7°.

Para obtener información sobre el riesgo de maremoto sí sirvió el portal del Pacific Tsunami Warning Center de Hawai. Sólo siete minutos después del sismo, subió un boletín señalando que no se esperaba un tsunami destructivo, aunque sismos como éste “a veces generan maremotos locales”. En la Onemi recibieron la información, pero el SHOA descartó esa posibilidad.

Retraso de un año en alerta por SMS

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Pese a que, después del terremoto del 27 de febrero de 2010, las autoridades pusieron especial énfasis en la corrección de la norma para contar con mejores redes de comunicación en telefonía celular, la implementación del modelo de alertas vía mensajes de textos -anunciada por el Ministerio de Transportes hace prácticamente un año- aún no se puede implementar debido a que sólo el 25% de los aparatos es compatible con la tecnología.

El proyecto tecnológico, que apunta a alertar y guiar a la población frente a determinadas emergencias, había sido anunciado por el subsecretario Jorge Atton en marzo de 2011, estableciendo el inicio de operaciones para fines del año pasado. No obstante, las pruebas desarrolladas hasta ahora revelan que sólo el 25% de los celulares cuenta con la tecnología necesaria.

Consultado respecto de cuándo esperan poner en marcha la iniciativa, el subsecretario (s) de Telecomunicaciones Jorge Molina precisó que “va a depender de las pruebas (…) esperamos que sea durante el segundo semestre de este año, porque cuando empecemos a operar, tenemos que estar seguros de que esto funcionará”. Otro de los anuncios que no ha podido implementarse es la alerta por televisión digital, pero tiene más retraso aún porque el proyecto de ley respectivo sigue en el Congreso.

Diferencias en las vocerías de los ministros

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Pasadas las 23 horas del domingo, el Vicepresidente Rodrigo Hinzpeter informaba que la magnitud del sismo había sido corregida por el Servicio Sismológico de la U. de Chile a 7,0° Richter. Agregaba que la evacuación en las zonas costeras había movilizado a cerca de 25 mil personas.

Minutos después, el vocero de Gobierno, Andrés Chadwick, hablaba de un sismo 6,8° y de 7.500 evacuados.

La discrepancia en las cifras continuó ayer. Desde las 7:30 horas, el jefe del Centro de Alerta Temprana de la Onemi, Miguel Ortiz, informó en tres ocasiones que el temblor fue 7,0° Richter y que los evacuados eran 24.283. Su último reporte fue a las 11:30 horas.

Casi al mediodía, en La Moneda el ministro Chadwick hizo una evaluación del operativo. En ella destacó la coordinación y funcionamiento del protocolo, que ahora permite tomar decisiones con información recogida en terreno. Sin embargo, al referirse a la magnitud del sismo, nuevamente afirmó que era 6,8° Richter y sobre la gente retirada de la costa enfatizó que “se logró en menos de una hora evacuar a 7.500 personas”. Consultada la Onemi sobre esta diferencia, señaló que todos sus reportes habían sido entregados al Gobierno.

Respecto de las tres correcciones que debieron hacer a la magnitud del temblor, el sismólogo Sergio Barrientos explicó que se hizo porque al comienzo los sismógrafos registraron sólo un tipo de ondas que lo cifraron en 5,8°. Con el paso de los minutos se recibió más información y se fue ajustando. El experto afirmó que con los 65 sismógrafos que se instalarán este año, esta imprecisión disminuirá, pero de todas formas se analiza cómo mejorar por ahora la entrega de información a la gente.