Cinco mil nuevas calles fueron creadas en los últimos cuatro años en Santiago

Esto debido a los nuevos barrios que surgen cuando se levantan nuevos proyectos inmobiliarios en las zonas periféricas de la capital.

por La Tercera

Pese a que todavía no hay luces sobre la aprobación del Plan Regulador Metropolitano de Santiago, que hará crecer la ciudad hacia el surponiente sumando 10 mil nuevas hectáreas (y hará surgir nuevos barrios y calles), la capital ha seguido creciendo hacia los cerros, detrás de estos y en dirección de los cuatro puntos cardinales.

Según cifras entregadas por la empresa Mapcity, en los últimos cuatro años, la urbe sumó cerca de cinco mil nuevas calles al plano. “Crece a una tasa de 900 calles por año. Esto, principalmente, porque han surgido más condominios en las zonas periféricas de Santiago”, señala Cristián Araneda, country manager del mencionado buscador de calles.

¿Quién le pone los nombres? ¿Quién se encarga de fabricar los letreros? ¿Cómo se enteran de la creación de una nueva calle, los encargados de mantener al día el mapa de Santiago?

El camino de un letrero

Apenas se termina un proyecto inmobiliario dentro de la ciudad, emerge un nuevo barrio que necesita señaléticas para bautizar sus calles. Son las constructoras las que se comprometen a dejar instalados los nuevos letreros y también de sugerir nombres al municipio, pero son estos los que deciden. Según Paulo Marconi, subgerente de constructora Pocuro, la que ha construido nuevos condominios en Huechuraba, Maipú y Peñaflor, no tienen un “departamento onomástico” dedicado al invento de nomenclaturas. “Nos fijamos en las que tienen las zonas que rodean el nuevo condominio para sugerir algunas que vayan en la línea. Por ejemplo, si ya existe un sector con nombres de ríos, bahías o pájaros, nosotros proponemos temáticas como flora, volcanes, etc.”.

Ese listado llega a manos de la Dirección de Obras del municipio respectivo, pues ellos tienen el inventario de calles, pasajes y avenidas en una planilla. Después de chequear, el concejo municipal es el que aprueba los apodos, o bien, sugiere nuevos. “En uno de nuestros últimos proyectos en Peñaflor, propusimos calles inspiradas en personajes ilustres de la comuna y el concejo incluyó a una de las víctimas del accidente aéreo de Juan Fernández, Carolina Fernández”, dice Marconi.

Pese a todos los pasos que se deben seguir, hay comunas en las que las temáticas están repetidas. El secretario municipal de Puente Alto, Miguel Angel Román, cuenta que hasta hace cinco años no existía un registro en el municipio. “Por eso hay dos ‘Angel Pimentel’ y calles como Tocornal, Tocornal Grez y Domingo Tocornal”, dice.

Los letreros

Una vez escogidos los nombres que le darán carácter a un barrio, las constructoras llaman a licitación para adjudicar la fabricación de la clásica señalética. En Santiago, existen 20 empresas que se dedican a esto y aunque algunas han elaborado placas en colores, lo usual es que sean en negro y blanco, un diseño establecido en 1982 -junto con el primer manual de señalización del Ministerio de Transportes- que obedecía a una razón práctica: mayor contraste.

Fabricar un cartel demora una hora. Antes de ir al horno, el poste y la placa son pintados de negro. Solo una vez que se enfría, se le pegan las letras blancas reflectantes.

“La placa cuesta un $ 8.000, en este caso son dos. Por lo tanto, si se le suma el poste ($ 18.000) y luego, la instalación ($ 35.000), estamos hablando de $ 70.000 por señal instalada”, dice Pablo Cofré, gerente de Durman, una de las empresas del rubro.

Para la instalación, un equipo se encarga de recorrer cada esquina de la calle recién abierta. Perforan un agujero de 50 cm, se introduce el pilar y voilà: nace una nueva calle santiaguina.

Año a año Mapcity, renueva su foto satelital de la capital. “Ponemos la nueva imagen sobre la del año anterior y así detectamos nuevas vías, nuevos condominios, villas y barrios. Los nombres se los pedimos después a las municipalidades”, explica Cristián Araneda.

En qué se inspiraron las nuevas calles

Para levantar San Carlos de Apoquindo, en Las Condes, letreros se decantaron por la flora regional (Los Boldos, Los Espinos) y en ciudades italianas (Siena, Murano, Urbino, Bolonia y Cremona).

En Chamisero, se están instalando hoy letreros que siguen la temática de los “Camino…” (Camino del Solar, Camino del Refugio, etc.).

En estos últimos cuatro años, La Dehesa, sumó nombres de ciudades alpinas, como Brig, Bedretto y Bludenz.

En Quilicura, con un ánimo más vinoso, existen los pasajes Late Harvest, Syrah, Gewürtztaminer y Sauvignon Blanc Oriente.

En Huechuraba, a lo largo de Pedro Fontova, usaron pintores: El Greco y Joan Miró o congregaciones como Los Agustinos y Los Franciscanos.