Artista neoyorquina pinta mural con niños porteños

Nicolina Johnson (29) recorre el mundo para plasmar corazones que darán forma a multicultural exposición en EE.UU.

por María Elizabeth Pérez La Tercera

De pequeña que pintaba todo a su paso y fueron las paredes de su primera casa, en Seattle, sus primeros soportes. La afición la mantuvo cuando se mudó, siendo aún niña, a Nueva York, y hoy la lleva por el mundo para dibujar y pintar, junto a niños y adolescentes en situación vulnerable, vibrantes corazones y coloridos murales sobre espacios públicos. Nicolina Johnson (29) recorre por estos días Valparaíso, donde 15 niños ya plasmaron sus corazones, mientras que otros 15 colaboran con ella en la confección de un mural gigante de 15×6 metros, que celebrará a la ciudad patrimonio desde los alrededores del ascensor Artillería, el mismo que la artista plástica intervino el año pasado para pintar sus vagones y que, ahora, espera completar en el cielo de estos carros.

“Este mural gigante es un regalo para la ciudad que llevará corazones coloridos y dirá Viva Valparaíso”, cuenta Nicolina. Aprovechando la gran estructura de un cartel en el patio de una casa aledaña al ascensor, la joven, junto a los niños y otros artistas plásticos, como Rodrigo Quiroz, “Charquipunk”, y Simón “La Robot de Madera”, pintarán hoy con acrílicos sobre papel, que situarán mañana sobre el ascensor para que sea visible a gran distancia.

Tras intervenciones en las calles de Manhattan, en la estación Grand Central Station y en los carritos peatonales del Central Park; otros murales en Seattle y Los Angeles; en Toronto, Canadá, y en ciudades de Japón, India, China y México, Nicolina eligió Valparaíso, porque “es un lugar único, especial, es un laberinto de arte con mucho espíritu y personalidad y con gente tan abierta, artistas, músicos, con tanto talento, pero, a la vez, gente humilde”.

Bajo el nombre de “Corazones del Mundo” (Hearts of the World Workshop), la joven radicada en Nueva York recorre el mundo. Se trata de un proyecto sin fines de lucro, donde convoca talleres con niños y adolescentes de bajos recursos, a quienes les da una figura con forma de corazón y los invita a completar la obra con lo que deseen expresar.

Hasta ahora, 200 corazones ha reunido en ciudades de Europa, Asia y Sudamérica y se prepara para viajar luego a Sudáfrica. Su objetivo -dice- es reunirlos y exponerlos en un cuadro multicolor y multicultural en Nueva York.

Daniela Quezada, del Liceo Eduardo de la Barra de Valparaíso, fue una de las porteñas que participaron. “Fue muy lindo. Pusimos ahí todo lo que sentimos: yo reflejé amor, mucho amor, aunque no lo he pasado bien, alegría, optimismo, igualdad, porque es lo que sueño”, dice.

Especializada en el arte callejero, los murales de Nicolina lucen por sus colores vibrantes. “Mi pasión es traer el arte a la calle, porque el arte no sólo está en un museo o galería. Lo que quiero es que la gente lo encuentre sin buscarlo”, afirma.

En Valparaíso pasó el Año Nuevo y se quedará por dos semanas. Pintará también otro mural para el Instituto Chileno Norteamericano del Puerto, inspirado en la fusión de las culturas mapuche, aimara y de los pueblos del noroeste del Pacífico.

La joven es fundadora del Free Art Society (Sociedad del Arte Libre), dedicada a murales en recintos públicos.