Felipe Cubillos y arquitectos critican burocracia de reconstrucción

Asimismo, las opiniones apuntan a que no existe un sistema especial para enfrentar las catástrofes.

(La Tercera – 01/08/11)

Por Tamara Meruane

Según cifras del Ministerio de Economía, los permisos de edificación pueden demorarse hasta seis veces respecto de los plazos máximos reglamentarios, pasando de 80 a 480 días en ser entregados.

Y aunque estos números no hablan de épocas de catástrofe, sí reflejan la lentitud de los procesos de construcción. La misma que hoy sufren con impaciencia los damnificados del 27/F que esperan una solución a sus problemas de vivienda.

La misma que motivó la semana pasada a cientos de dichatinos a manifestarse porque a 17 meses del terremoto no han recibido una solución definitiva a sus exigencias habitacionales.

Y no sólo ellos han alzado la voz. Actores privados también critican la dinámica que va desde la entrega de subsidios, hasta los permisos de construcción. De hecho, a junio de 2011 sólo se había cumplido el 23% de la meta fijada de hacer y reparar 220 mil casas.

El autogol del Estado

La Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) ha estado tras varias iniciativas posterremoto. La creación de la Ruta Caletas del Maule, proyecto de Jean Paul Luksic, las Escuelas para Chile, de la Teletón, y el plan maestro de Juan Fernández (el diseño y mejoramiento del plan regulador), proyectos de vivienda y la municipalidad de la isla.

Los dos primeros proyectos que fueron realizados con capitales privados ya están listos; sin embargo, los de Juan Fernández, que tienen que ver con dineros estatales, aún no se han finalizado.

Patrick Turner, presidente de AOA, afirma: “Esto lamentablemente es casi un autogol que se hace el Estado, porque tiene que cumplir sus propios procedimientos, los cuales están diseñados para épocas normales”.

El caso de Juan Fernández es, particularmente, complejo, ya que al ser una isla se requiere pasar por 17 organismos diferentes para construir las viviendas: “Tiene que ver la V Región, Dirección de Obras Hidráulicas, el MOP, los seremis de Vivienda y Bienes Nacionales y otras más. Hay que pensar que un tsunami borra hasta los terrenos y se llevó hasta los títulos de dominio en muchas partes”, afirma Turner.

Cuenta que aunque las demoras son algo a lo que están acostumbrados los de su profesión, “esta vez había una urgencia la que afectó a gente que de alguna forma no tenía por qué esperar esto”, dice.

Crear leyes especiales

Felipe Cubillos, líder de Levantemos Chile, fundación que ha construido después del terremoto, al menos 22 escuelas y jardines en la VII y VIII Región, afirma que: “Mi propuesta es que en una situación tan extraordinaria como ésta, ameritaba una normativa especial y de emergencia. Es imposible imaginar que con procedimientos normales podamos resolver problemas tan extraordinarios, como los que nos ocurrieron”.

Además, dice que la Ley 20.444, que creó el Fondo Nacional de la Reconstrucción y que establece mecanismos de incentivos tributarios a las donaciones “no funcionó. De hecho, en Levantemos Chile usamos la ley del ’60, que es una ley mucho más expedita y más eficiente que la que crearon”.

Paralelamente, otros privados han tenido obstáculos para avanzar rápido.

Patricio Pinto, secretario de la ONG Reconstruye, que brinda asistencia técnica a los afectados, cuenta que la resolución para que se convirtieran en organización, se demoró un año en salir. “Esperamos mucho tiempo una respuesta y no había cómo saber en qué iba. Esta demora nos imposibilitaba para conseguir financiamiento y donaciones, entonces todo el trabajo hecho hasta el momento corrió por nuestros bolsillos”, afirma Patricio Pinto.

Según Pablo Ivelic, encargado de reconstrucción del Minvu: “Efectivamente los instrumentos que utiliza el ministerio en tiempos regulares son instrumentos que están llenos de requisitos para poder avalar el buen uso de los beneficios que da el Estado. Ellos no son para tiempos de emergencia”.

¿Mea culpa del ministerio? “Eso lo tenemos que hacer como país, porque no existe un procedimiento establecido para enfrentar este tipo de catástrofes que no tienen parangón en la historia”.

“No vamos a disminuir la exigencia técnica”

Pablo Ivelic, encargado de reconstrucción del Minvu, afirma que se han realizado una serie de modificaciones a los subsidios habitacionales tradicionales, para poder lograr una mayor rapidez en la reconstrucción.

Explica, además, que no se crearon subsidios nuevos porque “su implementación requiere de un tiempo muy largo de conocimiento de todos los actores. Tomamos el chasis contractual del decreto supremo para atender el déficit habitacional y modificamos su forma y fondo”.

Con respecto de las críticas que hacen las empresas a las trabas del sistema, Ivelic responde: “Cuando se trata de subsidios y para que el proceso sea más ágil, nosotros hemos eximido de un montón de requisitos a las familias. Pero la exigencia de todos los aspectos técnicos no la vamos a eximir, ni menos a disminuir, porque queremos volver a construir viviendas que sean capaces de soportar los efectos de un evento de las características del 27 de febrero. Entonces los aspectos técnicos los vamos a resguardar a como dé lugar y si eso significa en algunos casos demorar más tiempo, estamos dispuestos a asumir los costos con tal de garantizarle a la familia una seguridad total”.