Placas recordarán a 13 barcos sepultados bajo calles de Valparaíso

Habitantes y turistas del puerto podrán conocer los lugares exactos del actual casco urbano que ocultan los vestigios de las tragedias náuticas.

(La Tercera – 18/07/11)
Por Hernán Cisternas

Que la actual avenida Brasil era la playa Almendral y que la céntrica calle Esmeralda era un peñón azotado por el mar son parte de un pasado de Valparaíso que sólo está en conocimiento de entendidos.

Por lo mismo, pocos saben que bajo calles y edificios de la ciudad patrimonial se encuentra sepultada una docena de barcos que sucumbieron durante el siglo 19, cuando el puerto aún no ganaba terrenos al mar ni contaba con la protección del molo de abrigo o rompeolas, que empezó a ser construido en 1912 y se concluyó en 1930.

Los autores de un estudio que investigó esos naufragios colocarán placas identificatorias en cada uno de los lugares para que el público que transita junto al emblemático Reloj Turri sepa que allí se encuentran enterrados los restos de dos barcos; que otras cuatro embarcaciones decimonónicas están sepultadas a un costado de la Biblioteca Severín, cerca de la plaza Victoria, y que igual situación ocurre en el pasaje Ross, frente a El Mercurio, y se repite en la plaza Aníbal Pinto, en Urriola y en otros cuatro sectores de la avenida Brasil.

Durante el siglo XIX, con un Valparaíso carente de protecciones, el mar embravecido por los temporales disponía a su antojo de las embarcaciones. En la bahía local se han registrado alrededor de 500 naufragios desde el siglo XVII hasta ahora. De éstos, 13 corresponden a eventos ocurridos entre 1820 y 1890, cuyos vestigios y restos yacen bajo el casco urbano de la ciudad.

Hasta 1832, el mar llegaba aproximadamente 600 metros más adentro del actual borde costero de Valparaíso. Según antecedentes históricos, hasta 1632 el agua se desplazaba hasta lo que hoy es la calle Chacabuco. Con enroques, escombros provenientes de terremotos y rellenos artificiales, primero se conquistaron terrenos hasta la avenida Brasil; en 1860 se avanzó hasta lo que hoy es la calle Blanco, y entre 1912 y 1930 hasta el actual borde costero.

El joven historiador Mauricio Urzúa Duarte, autor del libro “Fragmentos de mar”, que investigó los naufragios como parte de un proyecto de la carrera de Turismo y Gestión en Cultura de la Universidad de Valparaíso, indicó que por años el tema fue tratado como algo mitológico. La existencia de barcos bajo la ciudad se divulgaba como rumor, pero faltaban estudios.

En 1998, cuando se construyeron los estacionamientos subterráneos de la Plaza Sotomayor, se encontraron los restos de la primera Esmeralda que tuvo Chile, navío español capturado por Lord Cochrane en 1820. Tras zozobrar en 1825, su estructura sirvió como esqueleto para el primer muelle que tuvo Valparaíso.

Para que el público pudiera ver los maderos y rocas de ese vestigio histórico, se habilitó un museo in situ . Sin embargo, dicho objetivo no se ha cumplido. Planchas de madera cubren la cubierta de vidrio, impidiendo el acceso al museo subterráneo.

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500

naufragios registra la bahía de Valparaíso desde el siglo XVII.

13

de ellos ocurrieron en sectores que hoy son terrenos ganados al mar.

600

metros tierra adentro, desde el actual borde costero, estaba la línea de playa en 1832.