Libro reúne cien imágenes de Santiago entre 1790 y 1910

La Plaza de Armas tenía jardines a la usanza europea y el cerro Santa Lucía escasa vegetación.

por Cristián Labarca
(La Tercera – 21/06/2011)

Nadie sabe bien dónde fue a parar. Traída desde Europa por don Francisco Gandarillas, alguna vez adornó el cerro Santa Lucía, hasta que en 1875 la escultura equina fue sacada del hito y reinstalada sobre el acceso al Club Hípico de Santiago. Desde ahí volvió a desaparecer, nadie sabe bien cuándo, con destino igual de incierto. Sólo quedó de ella una fotografía, de 1874, captada por Pedro Emilio Garreaud.

Esta y otras vistas urbanas dispersas en museos, bibliotecas y colecciones públicas y privadas fueron recopiladas en un texto del arquitecto y docente de la Universidad Católica, Germán Hidalgo.

En librerías desde diciembre del año pasado, Vistas panorámicas de Santiago 1790-1910 fue presentado ayer en el Colegio de Arquitectos, como una investigación que está lejos del ejercicio nostálgico. El texto corresponde más bien a un análisis visual de la ciudad desde lo alto del que tempranamente se transformó en su mirador natural predilecto: el cerro Santa Lucía. Por cierto, no muy verde en esa época. Luego Santiago se fue expandiendo y se requirió de nuevos puntos de vista para apreciarlo. Ya en 1860 lo que predominan son fotos desde los cerros Blanco y San Cristóbal. “No sólo hablamos de una diversificación de miradores en la ciudad”, dice el autor, “sino de una transformación del modo en que ella es percibida, a través de un nuevo tipo de panorámicas, más lejanas y distantes, y por tanto, reveladoras de la condición abstracta de la ciudad moderna”.