Cartas destacadas de la semana: Restricción a catalíticos y contaminación

Siguiendo con nuestra campaña Ideas para Santigo sin smog, y tomando uno de los que fue el tema de la semana, seleccionamos estas cartas al director, de dos diarios distintos, pero que tienen un objetivo en común. Este invierno, el tema de la contaminación del aire en Santiago y los momentos críticos del sistema de medición, ha desatado incluso discusiones políticas, alcanzando bastante visibilidad mediática.

Esta semana, el Ministro de Salud Jaime Mañalich planteó la posibilidad de que se incluyeran dígitos de restricción permanentemente para vehículos catalíticos, y la idea ha levantado tanto voces a favor como en contra.La Tercera, jueves 02 de junio
Señor director:

Ante la mala calidad del aire en Santiago y la propuesta del ministro Jaime Mañalich de ampliar la restricción a autos con convertidor catalítico, con vistas a mejorar la calidad del aire y proteger la salud -objetivo principal del Plan de Descontaminación-, se reabre la posibilidad de discutir las medidas implementadas al alero del plan y, especialmente, aquellas destinadas a gestionar los episodios críticos de contaminación.

La propuesta de Salud no es nueva, fue debatida en 2006-2007, durante la reformulación de las medidas para Gestionar los Episodios Críticos de Contaminación (GEC), cuando la ministra de Salud de ese entonces contrarrestaba a su par de Transportes, y que, al igual que Mañalich, se la jugaba por aumentar la restricción vehicular.

Si bien esta medida fue parte del decreto que actualizó el plan de GEC en 2007, y del decreto Nº 66 que actualizó el Plan de Descontaminación en 2009, nunca ha sido aplicada. El desastre del Transantiago fue la excusa perfecta para que el ministro de Transportes de la época la desechara. Hoy, sin conocer razones, vemos que la posición de Transportes no ha cambiado.

No estoy de acuerdo con la restricción vehicular como política para descontaminar Santiago. La labor del Estado debiera centrarse en buscar mecanismos que fomenten el transporte público y desincentiven el uso del automóvil particular, pero, dada la realidad actual -donde el 90% de los vehículos livianos utilizan convertidor catalítico-, esta es una de las pocas medidas paliativas para proteger la salud de los santiaguinos con la que cuentan autoridades ambientales y regionales a la hora de enfrentar episodios críticos de contaminación.

Paola Vasconi Reca
Fundación Terram

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El Mercurio, jueves 02 de junio
Señor Director:

En relación con la reciente propuesta por parte del ministro de Salud de impulsar la restricción de vehículos con convertidor catalítico, nos parece importante señalar que se puede demostrar, claramente, que ésta es una medida que sólo tiene un beneficio aparente en el muy corto plazo, para rápidamente comenzar a producir efectos que agravan la situación respecto del caso inicial. Ésta es la principal conclusión de un análisis ex post que hemos hecho de varias ciudades y sistemas de restricción vehicular en Latinoamérica (Bogotá, Medellín, México D.F., Quito, Sao Paulo y Santiago) y Asia (Manila y Beijing), y que está en revisión para su publicación en una importante revista internacional.

Aunque se cambie en forma aleatoria los días en que se restringen las patentes terminadas en ciertos números, la población adquiere vehículos con patentes terminadas en otro número (en general más antiguos y peor mantenidos) y luego no sólo los utiliza los días de restricción, sino que en el resto del tiempo y también los fines de semana, contribuyendo a un aumento severo del problema.

Como dato anecdótico, en Bogotá los avisos de venta de automóviles incluyen como información, aparte de marca, modelo, año y precio, el número de la patente del vehículo.

Juan de Dios Ortúzar S.
Profesor Titular, Departamento de Ingeniería de Transporte y Logística UC