Proponen medidas para enfrentar efectos del cambio climático en el Gran Santiago

Estudio de la Usach proyectó los trastornos que este fenómeno climático provocará en la capital a fines del siglo XXI.

por Darío Zambra
(La Tercera – 24/03/2011)

Debido al cambio climático, a fines del siglo XXI la temperatura del Gran Santiago aumentaría entre 3ºC y 4ºC y las precipitaciones disminuirían en 40% respecto de la actualidad. Con ese escenario como base, dos investigadores de la Facultad Tecnológica de la Universidad de Santiago realizaron un estudio para proyectar cómo estos cambios podrían afectar la vida cotidiana de los santiaguinos, y proponer algunas medidas para enfrentar sus efectos.

Según la investigación, en los últimos 25 años de este siglo, la cuenca de Santiago tendrá un clima semiárido, similar al de la ciudad de Salamanca, Región de Coquimbo.

Ante este nuevo escenario, en el estudio se plantea que en la capital se reprogramen los horarios de ciertas actividades que se realizan al aire libre, en particular entre las 12 y las 16 horas. “Se podrían registrar temperaturas máximas generales de 34,5ºC a la sombra. Por eso, no se deberían realizar clases de educación física al aire libre en esa hora y se tendrán que cambiar los horarios laborales de carteros, jardineros y obreros de la construcción”, explica el ingeniero civil en Geografía Silvio Cañete, uno de los autores de la investigación.

Además, los santiaguinos deberán aligerar su dieta, de manera de ajustar su metabolismo a mayores temperaturas. “También será necesario modificar su vestuario, utilizando telas que se adapten mejor al nuevo clima, como fibras similares a las que utilizan los deportistas”, asegura la jefa de la carrera de Diseño Industrial de la Usach, Carolina Marchant.

Para hacer frente a la incomodidad que las mayores temperaturas producirán en espacios cerrados como las oficinas, el estudio plantea que se deben concebir espacios que demanden poca energía para enfriarse en verano. En este caso, se aconseja privilegiar los colores claros que no capturan calor y los materiales aislantes. “La tendencia debe ir hacia los edificios que tienen una pared cubierta de vegetación, que producen sombra y son eficientes desde el punto de vista del regadío. En cambio, debemos ver mucho menos construcciones cubiertas de vidrio y espejos, que absorben radiación que produce calor, como los que están en la Costanera”, sostiene Marchant.

Déficit hídrico

Uno de los efectos del cambio climático en la cuenca del valle de Santiago será un mayor déficit hídrico. Esto, debido a las menores precipitaciones y a la mayor evaporación que se producirá en las áreas verdes de la capital, a causa de las mayores temperaturas.

Para mitigar el déficit, el estudio propone construir nuevos embalses en la precordillera, de manera de mantenr también el potencial hidroenergético de la cuenca.

En las áreas verdes de la capital, la demanda de agua para riego será 10% mayor a la actual. Para hacer frente a este problema, se plantea mejorar en un 25% la eficiencia de los sistemas de riego. “En ese sentido, los sistema por goteo son los más adecuados”, asegura Cañete.

Además, el déficit hídrico disminuirá la vegetación de las laderas orientales de la cuenca de Santiago, aumentando el riesgo de aluviones en caso de lluvias intensas. Para contrarrestar esta baja, será necesario reforestar un 45% de la superficie de cerros como los de La Reina y Pirque, con especies resistentes a la semi aridez, como algarrobos y pimientos.

Cambio climático

La Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático atribuye este fenómeno de la superficie terrestre directa o indirectamente a la actividad humana. Su principal causa es la mayor combustión de petróleo, carbón y gasolina. Según esta convención, hacia 2100 la temperatura de la Tierra habrá aumentado entre 1,4ºC y 5,8ºC, “que representa un cambio rápido y profundo”.