¿Y la Playa? Avenida del Mar. La Serena.

Terraza y rampa de acceso para personas con discapacidad

En la ciudad de La Serena, específicamente, en la Avda. del Mar, se inauguró, hace algunos días, un nuevo acceso para uso especifico de personas con discapacidad, iniciativa que tiene como fin “facilitar el acceso de toda la ciudadanía a la costa”.

El proyecto que consiste en una plataforma o terraza de acceso estructurada en madera con una rampa, se ubica en playa La Barca de La Serena.

Para quienes no conocen la Avda. del Mar, ésta es una calle paralela a la playa que recorre completamente desde el Faro Monumental Hasta la Caleta de pescadores de Coquimbo, tiene cuatro accesos, siendo los mas conocidos La Avda. Aguirre (El Faro) y Avda. Cuatro Esquinas. Este proyecto se emplaza en un lugar entre estos dos accesos.

En algún lugar de esta imagen se encuentra el acceso para minusválidos

Mas allá de nombre de calles y direcciones, llama la atención el hecho de que este acceso, que pretende ser el primero de varios, no se encuentra debidamente señalizado, me refiero a que en ningún lugar de toda la extensión de la playa, hay una señalética que indique su ubicación, ni siquiera el lugar en que se emplaza físicamente está señalizado.

Mayor es la sorpresa al darse cuenta que los estacionamientos cercanos a este lugar son abiertos a todo el publico y no exclusivos para personas con discapacidad, o sea, el acceso universal, se encuentra limitado a quienes lo logren encontrar y desde lejos, puedan llegar.

Cuando se habla de acceso, de facilitarlo, no puede limitarse a construir una parte, debe ser una totalidad.

Avda. del Mar con Cuatro Esquinas. Uno de los puntos de acceso a la playa

El “acceso universal”, debería serlo desde la llegada, ofreciendo un acceso claro, directo y mas importante aún, orientador.

Este punto es relevante, el de la llegada. Como explicaba anteriormente, La Serena tiene sólo dos accesos a la Avda. del Mar, por lo que estos puntos de encuentro (ciudad-playa)debieran ser espacios de fácil lectura y por sobre todo orientadores.

Difícil orientarse cuando el primer acceso, el visual, se encuentra obstruido por la excesiva cantidad y tamaño de las concesiones temporales (concesiones de “escasa importancia” en términos normativos) que se ubican, contrariamente a su denominación legal, en los lugares mas importantes del borde (los accesos) obstaculizando tanto la vista como el paso y la escasa señalética naufraga entre la publicidad.

La accesibilidad no es solo poder dar el paso final, es un recorrido, como alguien dijo “es poder llegar, acceder y hacer uso con independencia”, entenderlo de ésta manera y no como un punto aislado en la trama, haría posible ,tal vez, que iniciativas como ésta no pasen desapercibidas y tengan la importancia, en la trama, que se merecen.