Gobierno estudia endurecer norma de emisiones para termoeléctricas existentes

La Moneda podría optar por acortar los plazos de adecuación para las centrales o restringir los límites de emisión de algunos contaminantes.

por Antonio Astudillo
(La Tercera – 22/12/2010)

Nuevos cambios estudia el gobierno para la nueva norma de emisiones de las centrales termoeléctricas, los que podrían endurecer la propuesta original que aprobó el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad el 1 de diciembre.

Esa instancia definió una norma que limita las emisiones que pueden realizar las centrales a carbón existentes y nuevas, respecto al material particulado fino (PM 2,5), dióxido de azufre (SO2) y óxido de nitrógeno (NOx). La norma establece plazos de entre cuatro y cinco años y medio para que las generadoras se adapten y define parámetros más exigentes para las nuevas plantas y más permisivos para las antiguas.

Aunque la regulación la aprobaron los ministros, ahora está en el escritorio del Presidente Sebastián Piñera esperando su firma, para luego ser enviada a la Contraloría. En este punto, el Mandatario podría hacer modificaciones, aspecto que inquieta a las grandes generadoras eléctricas.

Fuentes de La Moneda dicen que el tema está en revisión y que el Presidente debe sostener aún reuniones bilaterales con los ministerios respectivos, y que en función de esos análisis se tomará una decisión en los próximos días.

Otras fuentes del gobierno aseguran que Piñera no quedó conforme con la norma propuesta por el Consejo de Ministros respecto a las centrales existentes. El Mandatario consideraría que las plantas se pueden adaptar en un plazo menor y también sería partidario de reducir los límites a las emisiones de algunos componentes e igualarlos con las exigencias que se piden a las centrales nuevas.

En todo caso, aseguran, Piñera estaría consciente de la importacia que tiene la seguridad energética para el país. Por eso pidió más antecedentes a sus asesores antes de tomar una decisión.

Una medida muy exigente podría provocar que los operadores privados prefieran paralizar las centrales en lugar de realizar inversiones para adaptarlas. Esto generaría menor oferta de energía en el país, en un escenario donde se estima un crecimiento de la demanda del orden del 6% a 7%, para 2011.

La propuesta de Bachelet

En el proyecto original -elaborado por la administración Bachelet-, las emisiones de SO2 para las centrales en operación estaban limitadas a 200 miligramos por metro cúbico de aire (mg/Nm3) y el Consejo la elevó hasta los 400 mg/Nm3. Mientras las emisiones de NOx quedaron en 500 mg/Nm3 y el proyecto de Bachelet las fijaba en 400 mg/Nm3.

La norma propuesta por el Consejo también modificó los plazos de adecuación, extendiéndolos desde los 3 años considerados en el proyecto de Bachelet hasta los 5 años y medio, siempre y cuando las centrales no se ubiquen en zonas declaradas como saturadas ni latentes. En este caso, el plazo para realizar las mejoras tecnológicas será de 4 años.

Según la consultora KAS Ingeniería, de las 18 plantas termoeléctricas existentes en la actualidad, 17 deberían realizar inversiones para cumplir con la exigencia que propuso el Consejo de Ministros.