Maule y Bío-Bío recuperan sus playas y caletas

Como vimos esta semana en la prensa, parece avanzar el proceso de reconstrucción de las localidades costeras afectadas por el terremoto y el tsunami de febrero.

La alianza entre el MINVU y distintas universidades y expertos para reelaborar los planes de construcción para las ciudades, playas y puertos de la zona centro sur, está dando sus primeros frutos, porque ya se han mostrado a los alcaldes de 25 localidades los mapas que indican las posibilidades y condiciones de reconstrucción.

Entre abril y mayo de este año, el Ministerio de Vivienda  y urbanismo, a través de sus divisiones regionales, suscribió acuerdos con distintas casas de estudios, como la Universidad de Concepción, la del Desarrollo, la Universidad de Santiago, la Pontificia Universidad Católica y otras instituciones extranjeras, además de oficinas de arquitectos asesoras, para encargar estudios de impacto y la elaboración de nuevos y más adecuados planes de construcción para todas las comunidades costeras afectadas por el tsunami.

Para los pueblos y ciudades en la costa se crearon planes de reconstrucción especiales, al comprender que el primer paso para reconstruir era replantearse el riesgo al que están expuestos los asentamientos y las vidas humanas a la orilla del mar. Por eso la mencionada alianza con expertos e investigadores fue crucial, antes de dar el paso definitivo de volver a construir.

© Ministerio de Vivienda y Urbanismo. En verde las zonas beneficiadas con los PRBC

Los Planes de Reconstrucción del Borde Costero contemplan una alianza entre el gobierno y los expertos, y proponen obras de mitigación del impacto de las olas, pudiendo volver a habitarse las costas al tener una barrera de contención que al menos pueda dar a las personas la oportunidad de ponerse a resguardo.

En el intertanto, mientras el MINVU esperaba completar los planes finales, se anunciaban avances en una u otra localidad, y los mismos pobladores de comunidades costeras comenzaron a organizarse, de cara a la temporada de vacaciones, para recuperar el flujo turístico, al menos en parte. Aquí y acá pueden verse distintas iniciativas, aparecidas en la prensa, con las que los vecinos y gobiernos locales pretenden incentivar las visitas.

Ahora que los estudios están concluidos e informados a los alcaldes, se comenzará la etapa de entrega de fondos y construcción de las obras, que se calcula estén completadas de aquí a cuatro años. En todas las localidades afectadas, desde la región de Valparaíso a la Araucanía, se realizaron estudios de riesgo, modelaciones de tsunami y 25 Planes Maestros. En base a esos estudios se definieron las Zonas de Restricción y de riesgo, para implementar subsidios de reconstrucción en 18 comunidades de la costa, entre las regiones de O’Higgins y Bío-Bío. (indicadas en el mapa superior)

© Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Cobquecura, demarcación de zonas de riesgo

Las zonas de riesgo se diferenciaron en dos. Las zonas rojas son áreas de uso restringido, como están más expuestas al oleaje en ellas se instalarán las obras de mitigación y el equipamiento crítico para evacuaciones: también están habilitadas para desarrollar comercio, transporte portuario, zonas de actividad deportiva y áreas verdes y de uso público. Las zonas de tono más suave son de uso condicionado, las construcciones deben ser tsunami-resistentes, de un piso, de material sólido o cimentadas en pilotes. Aquí pueden instalarse viviendas, hospedaje, cultura y comercio.  Ambas, zona roja y zona naranja, son zonas potencialmente inundables.

© Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Iloca, demarcación de las zonas de riesgo

Los balnearios de Iloca (foto superior) y Dichato, en el Maule y en Bío-Bío respectivamente, fueron dos de los poblados más representativos de la devastación que dejó el tsunami, y de lo poco preparada que estaba la infraestrctura en la playa para mitigar o soportar grandes olas. Mapas como éste se generaron para todas las playas a reconstruir, el color rojo más intenso indica las zonas donde no pueden volver a construirse viviendas, aunque sí infraestructura turística adecuada y obras de mitigación del impacto de un posible tsunami.

© Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Dichato, demarcación de zonas de riesgo

Las zonas en color naranjo representan un área de menor exposición a las olas, pero debido al nivel de devastación que provocó el tsunami, los gobiernos regionales recibirán subsidios para reconstruir los barrios en esos sectores. En las zonas rojas se pretende implementar, por ejemplo, bosques de mitigación, y construcciones tsunami-resistentes según el modelo de países como Indonesia . Se prohibió la instalación de viviendas permanentes en las zonas rojas, y su uso sólo puede destinarse a comercio y actividades productivas; para estas zonas incluso puede ser necesario expropiar, para obras de mitigación que serían de uso público.

© Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Talcahuano, demarcación de zonas de riesgo

Para todas estas zonas costeras con estudios de impacto se implementarán subsidios, si cuentan con un Plan Maestro que contemple reconstrucción de acuerdo a las recomendaciones de los mapas y planes de evacuación. Para Talcahuano, por ejemplo, se ideó un plan maestro preliminar, que entre otras mejoras pretende instalar franjas arbóreas de mitigación (marcadas en verde en la foto inferior), el rediseño de corredores de transporte que mejoren la conectividad con provincias como Tumbes y la reconstrucción del mercado y de la plaza de armas.

© Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Talcahuano, Plan Maestro preliminar