La apuesta por una casa restaurada

[PAREJAS JOVENES] contratan oficinas de arquitectos para remodelar departamentos o casas antiguas. También es un buen negocio: se venden a un valor mayor que el de compra.

por Katerinne Pavez
(La Tercera – 09/09/2010)

UNA vivienda antigua y a maltraer puede transformarse en una propiedad más valiosa que un inmueble nuevo. Esa es la apuesta de quienes compran una casa o departamento desvencijado, de antigüedad superior a 30 años y contratan oficinas de arquitectos para remodelarla.

El negocio ha crecido tanto, que desde hace cuatro años existe una oficina de propiedades y arquitectura especializada en la búsqueda y reacondicionamiento de estos inmuebles. Son una especie de cazadores de casas viejas, que conocen la ciudad, sus barrios y pueden identificar una edificación que puede “revivir” frente a otra que no vale la pena. Se trata de la oficina Estilo Urbano. Su fundador es Francisco Vicuña, quien saltó de la administración de empresas al corretaje de propiedades y hoy, en asociación con el arquitecto Andrés Prado, vende la propiedad, diseña su remodelación y contrata a los trabajadores que la llevan a cabo.

“Acompañamos al cliente desde la compra. En general, se trata de personas que valoran la calidad y la nobleza de las construcciones antiguas y quieren remodelarlas a su pinta. Algunos, incluso se alegran de que esté a mal traer para tener la oportunidad de cambiar todo a su gusto”, dice Andrés Prado. En estas propiedades, los arquitectos tienen permiso para todo: botan paredes, cambian cañerías, hacen ventanas nuevas y añaden dormitorios. En 2010, ya han trabajado en seis proyectos, el mismo número que todo el año pasado. Y nunca han parado de trabajar desde que se inauguró la oficina, en 2006.

El perfil de quienes toman esta opción son matrimonios jóvenes con hijos pequeños, que deciden dejar el departamento en el centro que ocupaban, pero no desean alejarse tanto de la ciudad. “Las casas nuevas están en La Dehesa o Peñalolén, ahí el problema es que hasta para comprar cigarrillos debes usar el auto”, dice el arquitecto Mario Vergara, de la oficina Gendelman/Vergara, quien ha hecho remodelaciones en el sector de Providencia. Incluso, él mismo decidió comprarse una casa en Vitacura, detrás de Plaza Lo Castillo, para refaccionarla por completo.

Quienes buscan estas casas intentan vivir como en dos ciudades. “Son personas que tienen cultura urbana, que les gusta estar cerca de cafés, teatros y plazas, pero mezclar eso con un lugar amplio, como los de las casas de las afueras, con jardín, o un departamento espacioso”, asegura Nicolás Loi. Este arquitecto tiene, al menos, dos proyectos de este tipo al año y acaba de terminar una remodelación de una casa de los 60 para un matrimonio y sus tres hijos, en el sector de Pedro de Valdivia Norte.

Entre los sectores más cotizados por estos clientes están -en Providencia- los barrios de Pedro de Valdivia Norte, Avenida Italia, Carlos Antúnez y Bilbao con Tobalaba. En Vitacura, los lugares favoritos son Plaza Lo Castillo y Villa El Dorado. En Santiago Centro, el Parque Forestal es un clásico, además de Lastarria.

Según explican en Estilo Urbano, una vivienda antigua y remodelada puede costar lo mismo o incluso menos que una casa nueva. “Una propiedad nueva cuesta 70 millones, una remodelada puede costar 40 millones y gastas 20 en la remodelación, pero tu casa o departamento tiene mejores materiales: una losa de 40 centímetros y no de 15 como en los departamentos nuevos, donde escuchas todo lo que hacen tus vecinos”.

Si se toma en cuenta que en La Dehesa una casa puede costar desde $ 120 millones y, en Providencia, un inmueble usado del mismo tamaño cuesta menos de la mitad, la alternativa,incluso, resulta un buen negocio a futuro. Otro beneficio de estos inmuebles es que tras la modernización aumenta su valor. Nicolás Loi recuerda el caso de un cliente que compró un departamento en $ 40 millones, lo remodeló con $ 10 millones más y luego lo vendió en 70 millones. Loi señala que, en promedio, una remodelación tiene un costo de entre ocho y 12 UF el metro cuadrado, considerando el cambio de redes eléctricas y cañerías.

Francisco Vicuña tiene ojo clínico para determinar qué hace que una propiedad tenga valor y cuenta que muchas veces ni siquiera los dueños saben lo preciadas que son sus casas antiguas. Uno de los detalles que más se valoran en estas viviendas es el piso de parquet, además de la firmeza de paredes y techumbre, la madera de las puertas y la altura de la casa. Otro dato importante es el patio, que debe ser lo suficientemente amplio para permitir un buen trabajo paisajístico. Y si tiene la firma de un arquitecto, tanto mejor. “Hay quienes asignan mucho valor a este detalle”, señala. El único problema con el que se han encontrado es la falta de estacionamientos en los barrios antiguos. “Algunos edificios tienen cochera, pero no alcanza para la cantidad de propietarios que tienen auto”. Aún así, la mayoría de sus entusiastas clientes no se hace problema: arrienda estacionamiento, viaja más en Metro o, incluso, comienza a usar bicicleta más seguido.