Declaración del Consejo de Monumentos Nacionales: Puerto Octay tiene su zona típica que valora históricas casonas de la colonización alemana

(El Mercurio, 23/07/2010)

por Soledad Neira

“Es un reflejo de lo que se podía ver allí hace 100 años”, dice la arquitecta Heike Höpfner, una de las impulsoras del proyecto.

PUERTO OCTAY.- Este pueblo está hoy como suspendido en el tiempo, luego que el trazado de la vía férrea y la Carretera Panamericana casi lo dejan en el olvido, aseguran historiadores locales. Y le debe probablemente a ese aislamiento que lo afectó desde comienzos del siglo XX haber conservado la maravilla arquitectónica que hoy es reconocida como “zona típica” por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN).

Lejos del ruido y del alboroto que vivió en pleno proceso de colonización alemana en el sur, cuando era uno de los principales puertos en el lago Llanquihue, por donde entraba y salía todo tipo de mercancías entre el norte y los colonos que se asentaban en Ensenada, Puerto Varas, Llanquihue, Frutillar y hasta Puerto Montt, Puerto Octay es hoy una ciudad silenciosa.

Un remanso que atrae a visitantes que se maravillan ante la belleza de sus construcciones en medio de un paisaje rodeado de volcanes, lagos y cascadas.

“Muy bien conservada”, “como congelada… No ha sido tan intervenida (…), con mucho reflejo fiel de lo que se podía ver allí hace 100 años”, dice la arquitecta Heike Höpfner, corresponsable junto a su colega Pablo Moraga del proyecto Fondart que apoyó la postulación.

De esa época datan algunas de sus más emblemáticas construcciones, como casas, hoteles y almacenes de madera, en cuya edificación se mezclaron tradiciones arquitectónicas traídas desde Europa por los colonos y la técnica local, de maestros chilotes.

Casas, un molino, una destilería y el almacén de Cristino Ochs, que según cuentan en el pueblo le dio el nombre a Puerto Octay. “Donde Ochs hay”, aludía a las bien dotadas estanterías del negocio, hasta que en 1859 se cambió la denominación original de Puerto Muñoz Gamero por Puerto Octay.

“La decisión del CMN fue unánime”, dice el secretario ejecutivo de esa entidad, Óscar Acuña. “Tiene valores evidentes, y no es sólo urbano, sino cómo se inserta en el paisaje del lago Llanquihue. Hay un ritmo de arquitectura que es armonioso”, enfatiza.

La declaratoria abarca 23 hectáreas, las que incluyen las calles Pichi Juan, Independencia, Pedro Montt, La Esperanza, German Wulf, Urmeneta, Amunátegui y San Agustín. Allí están la Parroquia San Agustín (1908); Casa Wulf Nº 2 (1925); Hotel Haase, y la Casa Ni-klitschek, que alberga a la Biblioteca Municipal y el Museo El Colono de Octay.

Hay otros inmuebles igual de valiosos, pero más alejados. Son unas 25 casas de más de un siglo o más, señala el alcalde Carlos Mansilla. Entre ellas, siete que podrían caber en la categoría de Monumento Nacional, advierte optimista. “Están en perfectas condiciones, gracias al esfuerzo de sus dueños”, sostiene Mansilla.

Hay 104 casos en el país

De un total de 1.204 monumentos nacionales declarados desde 1926, 104 son Zonas Típicas; 40 constituyen Santuarios de la Naturaleza; 315 corresponden a Monumentos Históricos muebles, y 745 a Monumentos Históricos inmuebles.

Las zonas típicas o pintorescas son conjuntos inmuebles urbanos o rurales, de valor urbanístico, paisajístico y ambiental. También pueden conformar el entorno de un Monumento Histórico o Arqueológico. Pueden ser grupos de construcciones, parques, lugares agrestes, entre otros. Combinan propiedad pública, fiscal y privada.

Óscar Acuña valora una reciente tendencia: las comunidades participan para consolidar los procesos de postulación. Un ejemplo es el de Albert Cussen, quien junto a su esposa Verónica Abud han contribuido a la conservación patrimonial de Puerto Octay, en donde poseen un campo lechero desde hace tres décadas.

“Durante los últimos seis años se ha hecho un trabajo entre los vecinos y la municipalidad. Se recuperaron casas con obras de restauración y pintura. Esto es un premio al esfuerzo y un enorme impulso para una ciudad con un gran potencial turístico”, sostiene el empresario.