Municipio dispone de 1.100 vehículos repartidos en 85 estaciones: El transporte en bicicleta enfrenta su mayor desafío en la peligrosa Ciudad de México

(El Mercurio, 30/04/2010)

por  KEN ELLINGWOOD Los Angeles Times

Hay que armarse de valor para pedalear en una contaminada urbe con cuatro millones de automóviles. También implica un cambio de mentalidad.

 

CIUDAD DE MÉXICO.- Una megalópolis extensa y atestada donde el auto es el rey, las ciclovías son pocas y los motoristas parecen decididos a atropellar a cualquiera que no esté tras un volante.

Convencer a los habitantes de que vayan pedaleando a trabajar para que ayuden al medio ambiente es la labor que enfrentan las autoridades de Ciudad de México, que tienen estacionadas cientos de bicicletas en barrios de mucho movimiento, con la esperanza de que la gente evite tomar el auto y vaya peladeando a sus destinos.

El nuevo proyecto, llamado Ecobici, está hecho de acuerdo con el modelo de programas de préstamo de bicicletas en ciudades como Barcelona, París, Copenhague o Santiago (Providencia). Los planificadores esperan que al saturar ciertos barrios de la capital con estos vehículos de tres velocidades, puedan convencer a los habitantes de que consideren pedalear al menos en parte de su viaje diario.

Los usuarios de Ecobici pagan una inscripción anual de US$ 24 y reciben una tarjeta que pueden pasar a través de un lector electrónico para sacar una bicicleta que pueden utilizar gratuitamente hasta por 30 minutos. Por tiempos más largos se les cobra hasta US$ 3 la hora.

Es difícil prever un camino más abrupto para el viaje en bicicleta que la caótica y contaminada Ciudad de México, donde 4 millones de vehículos pelean por un lugar.

“Muchas personas decían, ‘Estás loca; ¿bicicletas en Ciudad de México?’ Pero hemos visitado un sinnúmero de ciudades en todo el mundo que lo hicieron con éxito”, señala Martha Delgado, secretaria de Medio Ambiente. “Tenemos un clima maravilloso aquí. Necesitamos recuperar el espacio. Tenemos que mejorar la calidad del aire”.

Hasta ahora, las autoridades municipales han colocado 1.100 bicicletas en 85 estaciones en barrios con mucho movimiento cerca del centro (Providencia tiene 100 repartidas en 10 estaciones). Las áreas se escogieron porque combinan residencias y empresas.

Las bicicletas rojiblancas, equipadas con un foco y una canastilla para las pertenencias, también están esparcidas a lo largo del primer paseo peatonal de la ciudad: el Paseo de la Reforma. Su costo total alcanza los US$ 6 millones.

Las autoridades de esta capital ven el préstamo de bicicletas como un eslabón clave en una cadena de transporte público que incluye el metro de 4 décadas y un sistema de buses expreso de 5 años que opera en 38,4 kilómetros de vías exclusivas.

Ciudad de México es demasiado grande para pedalear de un extremo al otro, pero las autoridades esperan que la gente utilice las bicicletas para la primera o la última parte de sus trayectos.

En una ciudad que añade 250 mil vehículos a las calles cada año, la meta de Ecobici es aumentar los trayectos que la gente hace en bicicleta del 1 por ciento ahora al 5 por ciento. Los habitantes hacen alrededor de 30 millones de viajes al día.

Algunas personas se quejan de que la tarifa anual es demasiado alta. La falta de información tiene a muchos otros perplejos ante las hileras de bicicletas relucientes que han aparecido inesperadamente donde solían estar los ansiados estacionamientos de automóviles.

La barrera más grande para convertir a los capitalinos en usuarios de estos vehículos de dos ruedas es, según aseguran los ciclistas, la falta de una cultura de la bicicleta aquí. Aunque un sinnúmero de almas valientes circulan en éstas, los motoristas a menudo tratan a los ciclistas -y peatones- con hostilidad. Las ciclovías no siempre se conectan entre ellas y, en las áreas más congestionadas, a menudo igual son ocupadas por autos.

Pero las autoridades municipales están tratando de cambiar esa mentalidad. “Si queremos tener un futuro”, manifiesta Delgado, la secretaria del Medio Ambiente, “tenemos que abrir la puerta a las bicicletas en Ciudad de México”.

Derechos en 2 ruedas

El alcalde Marcelo Ebrard suspende el tránsito en el Paseo de la Reforma y otras calles de Ciudad de México los domingos en la mañana, para dejar espacio a los ciclistas y corredores. El programa recreativo de casi tres años es popular y ha dado a los habitantes una idea de cómo puede ser vivir con una bicicleta.

Además, hay un nuevo código de tránsito que explica el derecho de los ciclistas a compartir vías con los autos y exige que los motoristas disminuyan la velocidad cuando adelanten a las bicicletas.